Francisco cocina en Río la reforma de la Curia

El cardenal Maradiaga asegura que hay “mucho entusiasmo” entre los obispos por el momento que se está viviendo

cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa Honduras

El cardenal Maradiaga se mantuvo una reunión privada con el Papa en Brasil

DARÍO MENOR, enviado especial a Río de Janeiro | El papa Francisco dedicó la tarde de su segundo día en Brasil, el 23 de julio, sin citas oficiales en su agenda, a una reunión privada con el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa y coordinador del grupo de ocho purpurados creado por el Pontífice en abril para aconsejarle en la reforma de la Curia romana y ayudarle en el gobierno de la Iglesia universal.

Maradiaga, viejo amigo de Jorge Mario Bergoglio, le propuso la redacción de un instrumentum laboris (documento de trabajo) que contenga las propuestas que están recibiendo los miembros de esta comisión para renovar la comunidad cristiana. El texto sería fruto de la lluvia de ideas desde abajo hacia arriba que se está produciendo en muchos episcopados y debería estar preparado antes del mes de octubre, cuando los ocho cardenales se reunirán en Roma por primera vez con Francisco.

Muchas de las propuestas que ya están recogiendo los miembros de la comisión en sus áreas de influencia responden a las inquietudes que plantearon los purpurados durante las congregaciones generales, las reuniones previas al cónclave del pasado marzo.

Uno de los organismos que primero se quiere reformar es el Instituto para las Obras de Religión (IOR), la banca vaticana, protagonista de continuos escándalos. Muchos desean su cierre y su sustitución por un instituto financiero similar a los bancos nacionales de cualquier Estado, pero que cumpla con los principios de la banca ética. “Sería mucho mejor así”, afirma Maradiaga.

Las ideas llegadas a la comisión proponen una mayor colegialidad dentro de la Curia romana y de los distintos episcopados, así como una comunicación más directa con el Pontífice, sin necesidad de pasar excesivos filtros. “Hay un gran deseo de que el Papa esté mejor informado, de que no se repita lo que sufrió Benedicto XVI con el ‘caso Vatileaks’. Entonces no le dieron toda la información que había”, comenta el arzobispo de Tegucigalpa.

Reducir el poder de la Secretaría de Estado

La comisión que coordina estudiará cómo se hicieron las anteriores reformas de la Curia romana para preparar la que se avecina. Se pretende redimensionarla y evitar duplicidades, como la que se da con la evangelización. No termina de entenderse que haya dos organismos vaticanos dedicados a ella: un pontificio consejo, creado por Benedicto XVI para impulsar la nueva evangelización, y una congregación, la antigua Propaganda Fidei, dedicada a las tierras por evangelizar.

También se quiere reducir el poder de la Secretaría de Estado, de manera que quien sustituya al actual secretario, el cardenal Tarcisio Bertone, no tenga una responsabilidad similar a la de un primer ministro y a la de un ministro de Exteriores de forma simultánea. Podría crearse un cargo nuevo, el de coordinador de la Curia romana, que sería ocupado por un personaje de peso, pero sin competencia directa sobre ningún dicasterio.

Según Maradiaga, hay “mucho entusiasmo” entre los obispos por el momento que se vive hoy, en el que se están poniendo los pilares de una profunda reforma de la Iglesia.

En el nº 2.859 de Vida Nueva

Número especial JMJ de Vida Nueva

ESPECIAL WEB: JMJ RÍO 2013

Compartir