Brasil y el desafío de la ‘desmoralización’ de la religión

El cardenal Scherer atribuye el fuerte descenso de católicos al momento de “transición cultural”

misa de inauguración de la JMJ Río 2013 23 julio

La Cruz de la JMJ, en la misa de inauguración en la playa de Copacabana ayer martes 23

FELIPE MONROY, director de VNMéxico, enviado especial a Río | La pregunta es recurrente y obligada: ¿qué sentimiento provoca en los brasileños la masiva pérdida de fieles en el seno de la Iglesia católica? A todo obispo, sacerdote, líder, político o experto, la prensa le cuestiona a este repectos con los datos duros provenientes de una serie de consultas divulgadas por los medios de comunicación.

Al país con el mayor número de católicos del mundo se le va el título junto a los miles de devotos. Pero no solo, México (el número dos) también vive una situación semejante. Tanto más, se habla de 10.000 feligreses menos al día en América Latina.

El cardenal Pedro Odilo Scherer, arzobispo de São Paulo, debió atender la misma pregunta expresada así por un periodista brasileño: “¿Cómo contrasta la primera visita del papa Francisco a Brasil con la reciente pérdida de fieles católicos en los últimos años?”.

El cardenal desestimó que un tema estuviera relacionado con el otro, “lo que sucede es que estamos en un momento de transición cultural, un momento de crisis cultural y de valores. Hoy los valores religiosos son cuestionados, replanteados, reformulados y muchas veces representados en otras formas, bajo lógicas de la sociedad de consumo y del mercado; y no bajo la concepción que tiene la Iglesia católica de esos valores religiosos y de su propuesta religiosa, desde la óptica de sus principios, de la respuesta profunda a las cuestiones existenciales que el ser humano busca”.

También señaló el purpurado que aunque, “evidentemente, se asegura que otros grupos religiosos están creciendo, en realidad son propuestas religiosas diseminadas, fragmentadas”. “Y –añadió el arzobispo– es importante ver que no solo la Iglesia católica pierde fieles, esto también sucede en otras religiones. Todas las Iglesias tradicionales están perdiendo fieles, también las Iglesias evangélicas tradicionales perdieron porcentualmente más fieles que la Iglesia católica en Brasil. Estamos viendo, de hecho, una movilidad religiosa, de un grupo a otro grupo. Esta migración religiosa necesita ser examinada precisamente desde la comprensión de los valores y los temores que estas migraciones experimentan”, acotó.

misa de inauguración de la JMJ Río 2013 23 julio

Los participantes de la JMJ resistieron la lluvia durante la misa de inauguración

El cardenal Scherer, sin embargo, advirtió que “el gran problema es la desmoralización de la religión” por trasladar las exigencias del consumo o la lógica del mercado a la experiencia de la religión. Este fenómeno, dijo, provoca que más gente viva ‘sin religión’, pues, al migrar por varios grupos religiosos, termina por no tener nada: “La gente está migrando por las religiones, van de desilusión en desilusión hacia la no religión”.

Las cifras

Según los datos divulgados por la Fundación Getulio Vargas (FGV), la municipalidad de Río de Janeiro registra los números más bajos de fieles católicos de todo Brasil: menos de la mitad de la población se declara católica y más de 15% afirma no tener religión alguna. La media nacional registra un 62% de católicos.

Otro informe, ahora de la encuestadora Datafolha, indica que de 3.758 entrevistados en 180 municipios del país, el 57% de los brasileños con más de 16 años se declararon católicos; en la misma encuesta, pero de 2007, la propia Datafolha hablaba de un 64%. Y, en 1994, los católicos alcanzaban el 75%.

Le siguen los evangélicos pentecostales (19%) y las Iglesias evangélicas neopentecostales (9%). Brasil, en suma, tiene 123,2 millones de fieles católicos.

Rodrigo Coppe Caldeira, profesor de Ciencias Religiosas en la Universidad Pontificia de Minas Gerais, en declaraciones al diario La Folha de São Paulo, apuntó que la apertura a un pluralismo religioso en el país es una de las posibles claves para entender esta tendencia:

“Antes, ser brasileño significaba ser católico. Pero el católico brasileño siempre fue un católico de muchas pertenencias; acudía a la iglesia los domingos, pero frecuentaba una misa-blanca u otra agrupación religiosa; solo que era forzoso declararse católico para ser aceptado socialmente. Los cambios sociales hacen que esto ya no sea necesario”, explica el profesor.

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