Libros

De la salvación a un proyecto de sentido


Una obra de Juan Antonio Estrada (Desclée de Brouwer, 2013). La recensión es de Diego Tolsada

De la salvación a un proyecto de sentido, libro de Juan Antonio Estrada, Desclée de Brouwer

Título: De la salvación a un proyecto de sentido. Por una cristología actual

Autor: Juan Antonio Estrada

Editorial: Desclée de Brouwer, 2013

Ciudad: Bilbao

Páginas: 416

DIEGO TOLSADA | ¿Era necesario o conveniente un libro así? El renqueante mundo del libro religioso español parecía ampliamente servido por los abundantes ensayos recientes y los muy buenos estudios históricos sobre Jesús de Nazaret de los últimos decenios, especialmente los elaborados por “la tercera ola” de la cristología. Y más ahora que, gozosamente, la magnífica aproximación histórica de José Antonio Pagola ha sido rehabilitada por la Congregación para la Doctrina de la Fe más allá de toda inmerecida sospecha y ataque.

Pues, a pesar de todo, este libro es no solo conveniente sino necesario, porque no ofrece solo una jesulogía o una cristología dogmática, sino que pretende y consigue ofrecernos, sobre esas bases, el sentido que Jesús de Nazaret puede aportar hoy a la vida de los seres humanos.

“El cristianismo responde al sentido de la vida con una forma concreta de existencia, la de Jesús de Nazaret” (p. 18). Es, como el mismo autor dice lapidariamente en un momento, una “cristología espiritual, pneumática” (p. 389). “La salvación que trajo Jesús se tradujo en una vida con sentido, en la que la acción de Dios se hizo presente en la lucha contra el sufrimiento, el perdón de los pecados y la curación de los enfermos. La salvación en la historia es una respuesta a las necesidades espirituales y materiales del ser humano, abriendo un espacio a una vida esperanzada y con sentido” (p. 268).

Si fijar con la mayor exactitud posible quién fue históricamente Jesús de Nazaret es algo absolutamente imprescindible, hay que asegurar esa fijación para dar un paso más: poner la fe y la vida en él, adentrarse en el seguimiento y el discipulado como sentido para la propia vida (y no creer y servir a cualquier imagen de Jesús desvirtuada, caricaturizada o fabricada a nuestra imagen y semejanza en función de nuestras necesidades e intereses personales o colectivos).

Estrada había publicado ya un interesante estudio sobre El sentido y el sinsentido de la vida. Preguntas a la filosofía y a la religión (Trotta, 2010), buscando orientaciones para una vida lograda. La nueva obra intenta dar una respuesta a esa problemática, la respuesta que dimana del proyecto vital de Jesús de Nazaret. Es un esfuerzo inteligente y claro, y al mismo tiempo propositivo más que impositivo, para hacer una hermeneútica actualizada de la categoría clásica de “salvación” traducida a hoy como oferta de sentido y plenitud de vida.

“El gran reto de los evangelios es la propuesta de una humanidad vivida con hondura, desde la fidelidad a la dinámica liberadora de Jesús… Los evangelios constituyen un desafío para la persona que se pregunta por la salvación en el presente histórico. Jesús tenía razón en sus criterios y en su conducta, en los valores por los que vivió y murió, y en el proyecto histórico de sentido que desplegó en Israel… Merece la pena vivir como Jesús vivió” (pp. 317-318).

La oferta cristiana

En la introducción, el autor ofrece un amplio y denso resumen del contenido de la obra (pp. 18-28). Los temas principales se articulan en ocho capítulos: los orígenes de Jesús (con una sugerente aproximación a su código familiar), la vocación y la evolución que Jesús experimentó en su proyecto vital (Juan Bautista, tentaciones…), su proyecto de sentido, articulado en torno al señorío de Dios en la sociedad (Reino) y la felicidad del ser humano, la puesta a prueba de ese proyecto (Cena y Huerto de los Olivos) y el aparente fracaso del sentido en la cruz, la esperanza abierta en y por la Resurrección según las diferentes cristologías (capítulos 6º y 7º), y un último capítulo dedicado a la oferta de sentido del cristianismo.

Este capítulo parte de la necesidad que todos tenemos siempre de modelos de vida. Desgraciadamente, nuestra sociedad ofrece una oferta de sentido basada en el consumismo. El cristianismo no va ni puede ir por ahí, sino que se la juega en ofrecer como sentido de la vida el seguimiento de Jesús. La comunidad de los seguidores debe, para recuperar la plausibilidad del discurso cristiano, hacer el esfuerzo de traducir la categoría de una salvación de ultratumba a un proyecto de sentido pleno en esta vida, tal como se puede encontrar en la vida, la muerte y la resurrección de Jesús.

Para servir a este propósito, Estrada ha desarrollado una rica reflexión, recogiendo de modo conciso pero riguroso los datos históricos más sólidos de que hoy disponemos y lo fundamental de la dogmática cristológica bíblica. Pero la novedad de la obra se presenta precisamente aquí: cada momento de la vida de Jesús, cada punto estudiado da pie al “salto” a nuestro hoy, ofreciendo una sugerente aplicación de aquello que ocurrió o se dijo entonces a lo que puede seguir significando para nosotros en nuestro mundo actual.

La reflexión rehuye la anécdota, pero eso mismo permite dibujar en filigrana a lo largo de las páginas una antropología cristiana para nuestro momento histórico. Los grandes interrogantes humanos de siempre reciben un sentido y respuesta profundos desde la luz que llega todavía desde los lejanos años del Nazareno y de la fe que en él pusieron sus primeros seguidores.

Otra gran riqueza de la obra es algo también muy actual: lejos de ofrecer un fácil concordismo indiferenciado de las tradiciones, hay un gran respeto a las diferentes corrientes teológicas del primitivo cristianismo (cada evangelista, Pablo, etc.), de modo que se va descubriendo la riqueza plural con que se pudo entonces y se puede vivir hoy el sentido que Jesús ofrece a la existencia humana.

Un libro, pues, que pretende que cada lector descubra y acepte el sentido de vida que hoy sigue teniendo el Evangelio de Jesucristo. Es esta dimensión vital la que permite decir que es un libro que hacía falta.

En el nº 2.857 de Vida Nueva.

Actualizado
19/07/2013 | 13:45
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