‘La mejor oferta’: el arte de fingir

La mejor oferta, película

La mejor oferta, película

J. L. CELADA | Giuseppe Tornatore, experimentado acomodador de lagrimales en el patio de butacas del Cinema Paradiso (1988), vuelve a escena tras su ambicioso viaje a la infancia de Baarìa (2009). Y lo hace alejado de cualquier atisbo de nostalgia, dispuesto a mostrarnos que se ha doctorado –ahora sí– en el arte de fingir. ¿Qué otra cosa es el cine?

Como el protagonista de su último trabajo, el realizador italiano asume que siempre hay algo auténtico escondido en cada falsificación. Una intuición que explota con habilidad en La mejor oferta, hipnótico thriller sobre el oficio (y el negocio) de las tasaciones, las subastas…, un universo donde abundan la carcoma y las telarañas y escasean las obras maestras. Aunque otro tanto podría decirse de la condición humana, si nos fiamos de lo que aquí sucede.

Encabeza el reparto de esta inquietante historia un afamado subastador (Geoffrey Rush impartiendo su magisterio interpretativo en cada plano), que recibe el encargo de tasar las propiedades de una misteriosa joven aquejada de agorafobia (Sylvia Hoeks). El encuentro entre ambos –primero telefónico y luego visual– en la vieja villa familiar de ella (un escenario propicio al suspense) nos permite ir descubriendo el carácter de uno y de otra. Todo un proceso que Tornatore traza con su pluma y sigue con su cámara con minuciosidad de orfebre.

Gracias al mimo –a ratos, virtuosismo– del guionista y director, el espectador queda atrapado por una atmósfera que realza las complejas personalidades de la pareja: un hombre convertido en un “autómata incompleto”, a quien el tiempo ha oxidado sus engranajes, y cuyo respeto y temor hacia las mujeres de carne y hueso es solo comparable a la pasión que siente por los retratos femeninos; y una hija única huérfana, que verá cómo la presencia del experto tasador pone patas arriba su vida de aislamiento y soledad.La mejor oferta, película

Completan la nómina de personajes principales el fiel cómplice de las “transacciones” artísticas del primero (el veterano Donald Sutherland), y su confidente sentimental, un muchacho especialista en arreglos mecánicos y consejos para dar cuerda a corazones bloqueados (Jim Sturgess).

Si bien Tornatore se permite hacerle un guiño al humor y la imaginación (“¿cómo es estar casado?”, se atreve a soñar nuestro protagonista; a lo que su ayudante responde con una media sonrisa: “Como participar en una subasta, nunca sabes si la tuya es la mejor oferta”), su licencia es apenas un anticipo, una pista de cuanto quiere contarnos el creador de esta cinta: que casi nada es lo que parece y que, como las obras de arte, las emociones humanas (amor, dolor, odio…) también se pueden falsificar, fingir.

Hasta el punto de que, por un momento, a uno le asalta la duda de si La mejor oferta de Tornatore es algo más que una gran película, toda una lección de buen cine… o un simple ejercicio de fingimiento. Eso sí, ciertamente inolvidable.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: La migliore offerta.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Giuseppe Tornatore.

FOTOGRAFÍA: Fabio Zamarion.

MÚSICA: Ennio Morricone.

PRODUCCIÓN: Isabella Cocuzza, Arturo Paglia.

INTÉRPRETES: Geoffrey Rush, Jim Sturgess, Sylvia Hoeks, Donald Sutherland, Liya Kebede.

En el nº 2.856 de Vida Nueva

Compartir