Presentada ‘Lumen fidei’, la encíclica de los dos papas

papa Francisco y papa emérito Benedicto XVI en los Jardines Vaticano 5 julio 2013

Iniciada por Benedicto XVI, es Francisco quien la ha terminado y firmado

papa Francisco y papa emérito Benedicto XVI en los Jardines Vaticano 5 julio 2013

El Papa y el papa emérito, hoy viernes 5 de julio

MARÍA GÓMEZ | A las 11 de la mañana del viernes 5 de julio, se ha presentado Lumen Fidei (Luz de la fe), la primera encíclica del papa Francisco, o, mejor dicho, la ‘encíclica a cuatro manos’, iniciada por Benedicto XVI y que Bergoglio ha recogido y terminado. Se da la circunstancia de que esta misma mañana Francisco y Benedicto XVI han aparecido juntos para inaugurar una escultura de San Miguel Arcángel en los Jardines Vaticanos.

Ante la prensa han comparecido el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos; el arzobispo Gerard Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe; y el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

Ha sido Fisichella quien ha apuntado algunas claves del momento en el que se publica esta encílica, justo a mitad del Año de la Fe y fechada el 29 de junio, festividad de los apóstoles Pedro y Pablo.

También reveló que a Benedicto XVI se le había pedido repetidamente que escribiera una encíclica sobre la fe, para concluir la tríada abierta con Deus Caritas est (2005), sobre el amor, y Spe salvi (2007), sobre la esperanza: “El papa no estaba convencido de tener que someterse a esta ulterior fatiga. Sin embargo, la insistencia prevaleció y Benedicto XVI decidió que la habría escrito como conclusión del Año de la Fe. La historia ha querido que fuera de otra forma, y la encíclica nos la ofrece hoy el papa Francisco como un programa sobre cómo continuar viviendo esta experiencia que ha visto a toda la Iglesia comprometida en tantas manifestaciones significativas”.

Fuerte connotación pastoral

“Hay que decir sin dudas de algún tipo –remarcó Fisichella–, que aunque Lumen Fidei retome algunas intenciones y contenidos propios del magisterio de Benedicto XVI, es plenamente un texto del papa Francisco. En ella encontramos su estilo, la inmediatez de las expresiones que usa, la riqueza de las imágenes que usa como referencia y la peculiaridad de algunas citas de autores antiguos y modernos, que hacen de este texto una verdadera introducción a su magisterio. Por poner un ejemplo, una lectura atenta mostrará que retornan con fuerza tres verbos: caminar, construir, confesar. De alguna forma, podríamos decir que la encíclica se estructura sobre estos tres verbos y especifica sus contenidos”.

Lumen fidei –ha concluido– es una encíclica de fuerte connotación pastoral. El papa Francisco, con su sensibilidad de pastor, consigue traducir muchas cuestiones de carácter estrictamente teológico en temáticas que pueden contribuir a la reflexión y a la catequesis. Nadie tendría que tener miedo de mirar a los grandes ideales y perseguirlos. La fe y el amor son los primeros que deben proponerse. En un período de debilidad cultural como el nuestro, esa invitación es una provocación y un reto que no pueden dejarnos indiferentes”.

“Un bien para todos, un bien común”

Para el arzobispo Gerhard L. Müller, el objetivo de la encíclica es “reafirmar de modo nuevo que la fe en Jesucristo es un bien para el hombre y es un bien para todos, un bien común: su luz no luce solo dentro de la Iglesia, ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades para que avancen hacia el futuro con esperanza”.

papa Francisco y papa emérito Benedicto XVI en los Jardines Vaticano 5 julio 2013

El Papa y el papa emérito, hoy viernes 5 de julio

El prefecto de Doctrina de la Fe ha ido desgranando las cuatro partes en que se divide el texto papal, y ha resaltado alguno de sus puntos relevantes, por ejemplo: “La fe nace de un encuentro que se produce en la historia y se transmite por contacto, de persona a persona, como una llama enciende otra llama”. O que “la unidad de la fe es un bien precioso que el Santo Padre y sus hermanos obispos están llamados a testimoniar, alimentar y garantizar como primicias de una unidad que se ofrece al mundo entero como don”.

Por último ha referido un pasaje de la cuarta parte de la encíclica: “Si es verdad que la fe auténtica llena el corazón de alegría y se ensancha la vida, la luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo, sino que nos abre a una presencia que le acompaña, con una historia del bien que se une a toda historia de sufrimiento, para abrir en ella un resquicio de luz”.

Müller ha destacado que “es una circunstancia afortunada el hecho de que este texto haya sido escrito con la mano de dos pontífices”, si bien aclaró: “No tenemos dos papas, tenemos un Papa, por eso solo una firma la encíclica”.

“La luz de la fe orienta el sentido de la vida”

Por su parte, el cardenal Ouellet ha considerado que la Lumen fidei “habla de la fe como de una experiencia de comunión, de dilatación del yo y de solidaridad en el camino de la Iglesia con Cristo para la salvación de la humanidad… Objetivamente, la luz de la fe orienta el sentido de la vida, ayuda y consuela a los corazones inquietos y abandonados, pero compromete también a los creyentes para que se pongan al servicio del bien común de la humanidad a través del anuncio y la división auténtica de la gracia recibida de Dios… Subjetivamente, la fe es una apertura al Amor de Cristo, un acoger, un entrar en relación que ensancha el yo a la dimensión de un nosotros que no es solamente humano, en la Iglesia, sino que es propiamente divino, esto es, una participación auténtica en el Nosotros del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo”

Además, “la encíclica da un notable contribución a la pertinencia de la fe para la vida social, para la construcción de la ciudad en la justicia y en la paz, gracias al respeto de cada persona y de su libertad, gracias a los recursos de la compasión y la reconciliación que ofrece para el consuelo de los sufrimientos y la composición de los conflictos”.

Y en sintonía con lo dicho por Müller, Ouellet también ha insistido en que “muchos aspectos desarrollados en precedencia por las encíclicas sobre la caridad y la esperanza se completan con esta puesta en luz de la fe como comunión y servicio al bien común”.

Juan Pablo II y de Juan XXIII serán canonizados

Por otra parte, al término de la mañana se conoció que Francisco ha aprobado la canonización del beato Juan XXIII y que ha decidido convocar un consistorio que se ocupará también de la canonización de Juan Pablo II, al reconocer, también hoy, el segundo milagro realizado por su intercesión. Juan Pablo II y Juan XXIII, dos papas a los altares – Seguir leyendo

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