Cinco decenios de ministerio apostólico

sacerdotes postrados en el suelo durante el rito de la ordenación

Cómo ha cambiado el contexto de los sacerdotes formados ayer que ejercen hoy

sacerdotes postrados en el suelo durante el rito de la ordenación

OLEGARIO GONZÁLEZ DE CARDEDAL, sacerdote y teólogo, Universidad Pontificia de Salamanca | Los hechos externos han ido condicionando la comprensión y realización del ministerio sacerdotal. Volver la mirada a esos años para discernir, corregir, aprender y prepararnos con gozo ante el futuro es un imperativo sagrado. La Iglesia ha hecho una historia en ese entretiempo y debe conocer lo que otros han pensado y piensan de ella, pero, a su vez, ella debe dar la interpretación de los motivos, medios y fines con que ha actuado.

Una historia no está hecha hasta que no está interpretada. Otros han hecho la historia política, la historia social y la historia cultural de la Iglesia; es decir, de las repercusiones de la Iglesia en esos campos, esto es, en relación con la realidad anterior y exterior a ella misma.

Es momento de hacer desde dentro de la propia fe la historia teológica de las instituciones, de las personalidades, de las ideas y de las acciones que la Iglesia ha realizado en esos cinco decenios. Si no interpreta ella esa historia, se la interpretarán otros y terminarán por introyectarle una comprensión ajena, que a veces es alienadora.

No es verdad que no haya hechos sino solo interpretaciones, pero sí es verdad que un hecho de los hombres no es humano hasta que no conozcamos su interpretación auténtica. También en el orden de la fe y de la Iglesia, del Evangelio y del ministerio sacerdotal. Creer es vivir y pensar, hacer e interpretar.

(…)

En estos decenios, nuestro país ha pasado de una forma de vivir, pensar y creer a otra, con ganancia unas veces con pérdida otras, no siempre en continuidad con las anteriores, muchas veces en perplejidad y algunas en clara ruptura.sacerdote limpia el cáliz sobre el altar

Hemos vivido cinco transiciones sucesivas:

  • La transición económica (1959: planes de desarrollo, estabilización financiera, inicio de la emigración, primer intento de huelga general programada por el PC, fundación de ETA, reconocimiento internacional de España con la visita de Eisenhower, final de la primacía de la economía rural en el PIB).
  • La transición religiosa (anuncio del Concilio por Juan XXIII, el 25 de enero de 1959, y su celebración de 1962 a 1965).
  • La transición política o constitucional (final del régimen anterior, Constitución de 1978 y comienzo de la democracia).
  • La transición cultural (descolonizaciones, revolución sexual, posmodernidad, final de los valores sólidos, aparición de los politeísmos).
  • La transición moral (consiguiente a la alternancia de los partidos en el poder y pretensión de una cultura de la laicidad radical como forma verdadera de una España moderna, con retorno a la naturaleza, más atrás y más allá de la tradición judeocristiana que habría envenenado el placer derivado de una vida libre, serena y gozosa en el mundo, sin culpa y sin angustia).

Nosotros nos preparamos para el ministerio en los años 1943-1963: inseguridad internacional primero y luego años de autarquía nacional, cerrados sobre el propio mundo hispánico, uniforme y católico, para luego tener que vivir ese ministerio en el medio siglo siguiente tan distinto: abierto como un volcán, alterado, pluralista, cruzado por todas las opiniones y propuestas.

Al volver hoy la mirada a nuestro punto de partida, nos sobrecoge el asombro por la diferencia entre lo que nos guiaba en el comienzo y lo que después nos ha tocado vivir. Sabíamos clara y honestamente a dónde íbamos, pero no sabíamos a dónde éramos llevados. Como Pedro en el evangelio, a quien Jesús le dice: “Otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras” (Jn 21, 18). Hemos sido llevados por la historia colectiva, por el prójimo cercano, por Dios. Lo que vemos conjugando las miradas de 1963 (prospectiva) y de 2013 (retrospectiva), todo es parecido y, sin embargo, nada es igual en esas dos miradas: la primera hacia adelante y la segunda hacia atrás.

Cinco decenios: hechos y rasgos fundamentales

En ellos tenemos grandes logros positivos (libertad, justicia, sanidad, acceso general a la cultura, esperanza de vida…) junto a sombras, que tenemos que discernir sin olvidar ni absolutizar tanto aquellas como estas.

Si hablo de decenios, con ello no quiero decir que en este tiempo haya habido cinco ‘generaciones’ diferenciadas por sus ideas y actitudes ante el ministerio sacerdotal. El concepto de generación es más preciso y lleva consigo otras exigencias de duración temporal y orientación ideológica, de personalidades significativas y expresivas de una línea de pensamiento, vida y acción.

  • 1. 1960-1970. ¿De dónde veníamos: con que bagaje de amor, inteligencia y manos?
  • 2. 1970-1980. El estallido de todo lo evidente, de los modos de vida y de las instituciones.
  • 3. 1980-1990. Las lecturas verticales y horizontales del cristianismo.
  • 4. 1990-2000. Dos vuelcos políticos en el mundo.
  • 5. 2000-2010. Agotamiento de las miradas al pasado como determinante de la acción.

Pliego publicado en el nº 2.855 de Vida Nueva. Del 6 al 12 de julio de 2013

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