Los laicos toman la palabra en Santander

sesión de trabajo de la Asamblea diocesana de Laicos de Santander junio 2013

Con la participación de más de 1.500 fieles, entregan al obispo sus propuestas, a incluir en el próximo Plan Pastoral

sesión de trabajo de la Asamblea diocesana de Laicos de Santander junio 2013

FRAN OTERO | La Diócesis de Santander y su obispo, Vicente Jiménez Zamora, han dado la palabra a los laicos, que la han tomado y han hecho llegar un total de 60 propuestas aprobadas en la Asamblea de Laicos –celebrada en dos sesiones, el 22 y el 29 de junio– y tras un trabajo de varios meses realizado por más de 1.500 fieles y una encuesta entre 6.500 cántabros, entre creyentes y alejados de la fe.

Una intuición que tuvo Jiménez Zamora hace un año para profundizar en el tipo de laico que necesita su diócesis y, de este modo, “responder mejor a nuestra Iglesia y a la actual sociedad”.

Tras las dos sesiones de trabajo de la Asamblea, los asistentes, más de un centenar, aprobaron con el respaldo de una gran mayoría las propuestas. Entre otras cuestiones, apuntan la necesidad de que el laico se responsabilice de su formación, así como la potenciación de la catequesis familiar, la acogida en las parroquias y el sentido del sacramento del Bautismo.

Del mismo modo, creen conveniente que se dé a conocer la Doctrina Social de la Iglesia y los textos del Concilio Vaticano II, así como que se preste atención a la realidad que rodea al laico, se creen espacios de oración y se cuide el sacramento de la Unción de Enfermos. También se ha propuesto el fortalecimiento de la vida de las parroquias y el espíritu de comunión para evitar los individualismos.

Ante la realidad social

Teniendo en cuenta la realidad social que vive España, ponen especial énfasis en el campo caritativo y, por ello, consideran necesaria la promoción de la sobriedad y la austeridad como forma de vida, el fomento de iniciativas caritativas y solidarias, y la difusión de la campaña diocesana de Cáritas a favor de los parados. Del mimo modo, proponen que se dedique el salario de un día al mes a un fondo de ayuda a los desempleados.

La guinda a este importante evento la puso Jiménez Zamora en la Misa de Clausura: “Ha sido un acontecimiento de gracia; un paso de gracia por la historia de nuestra Iglesia diocesana. Ha sido una rica experiencia de comunión para la misión. La responsabilidad comunitaria hacia la Iglesia, que los laicos sentís de un modo especial, es ciertamente una fuente de renovación y forma el rostro de nuestra Iglesia para el futuro”.

Además, expuso algunos de los desafíos que la nueva evangelización plantea al laico. Destacó la importancia de la comunión y la corresponsabilidad, el protagonismo de los laicos –a los que considera “insustituibles”– en el anuncio de Cristo, la necesidad de la formación, la especial atención a los jóvenes y la unidad de vida, o lo que es lo mismo, “la coherencia entre lo que se cree y lo que se practica”.

Tras agradecer el trabajo a aquellos que llevaron el peso de la Asamblea Diocesana –el delegado de Apostolado Seglar, Felipe Santamaría, y la comisión encargada presidida por el vicario general, Manuel Herrero–, concluyó con unas palabras de Benedicto XVI del libro-entrevista Luz del Mundo: “No somos un establecimiento de producción, no somos una empresa que aspira a obtener ganancias, somos Iglesia. Es decir, somos una comunidad de personas que se encuentra afincada en la fe. La tarea no es elaborar algún producto o tener éxito en la venta de mercancías. La tarea consiste, en cambio, en confesar sin miedos la fe, en celebrarla gozosamente, en vivir coherentemente y en testimoniarla con valor y alegría”.

En el nº 2.855 de Vida Nueva

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