Mártires, memoria para la reconciliación

catedral de Tarragona
acto anual en Cervera (Lleida) de recuerdo a los mártires claretianos muertos durante la persecución religiosa en España siglo XX

Acto anual de recuerdo a los mártires claretianos en Cervera (Lleida)

Mártires, memoria para la reconciliación [extracto]

JORDI LLISTERRI y JOSÉ LORENZO | El 13 de octubre, Tarragona acogerá la mayor beatificación de mártires de la persecución religiosa en la España del siglo XX. Aunque algunos lo interpretan como un cierto tipo de revanchismo, se trata de un acto eclesial que busca ahondar en la reconciliación y subrayar el perdón que aquellas víctimas de la barbarie ofrecieron a sus asesinos.

“Esta beatificación no va en contra de nadie; al contrario, va a favor de una sociedad que busca la paz y la concordia y que no quiere que vuelvan a repetirse estas barbaridades”. Este es el espíritu que preside la ceremonia de beatificación del próximo 13 de octubre de otros 500 mártires de la persecución religiosa en España durante el pasado siglo XX, según la expuso en Madrid, en la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) el 19 de junio, el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, como anfitrión de un acto previsto en el plan pastoral aprobado por la Plenaria de los obispos españoles.

De hecho, esta macrobeatificación (que es muy probable que no sea la última, pues todavía hay “muchísimas causas abiertas en España y en Roma”, según se confirmó en la presentación de la misma a la prensa) es una de las principales acciones contempladas para el vigente Año de la fe. Para remarcar su importancia, en la Plenaria de la CEE de abril pasado, los obispos hicieron público un mensaje titulado (al igual que el lema de esta beatificación) Los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe, y que va encabezado por las palabras de Benedicto XVI en la carta apostólica Porta fidei, donde recuerda que, “por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los había transformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del amor, con el perdón de sus perseguidores”.

mártires claretianos de la Guerra Civil de Tarragona serán beatificados en 2013

Mártires claretianos de Tarragona

La ceremonia de beatificación, a la que podrían asistir unas 50.000 personas (entre ellas, algunos familiares directos de los nuevos beatos), estará presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y comenzará a las doce del mediodía en el Complejo Educativo de la ciudad tarraconense. A esa hora se conectará con Roma para que el papa Francisco dirija unas palabras a los asistentes.

Causas pendientes

Pero el programa de actos –la organización corre a cargo de la la Secretaría General de la CEE, a través de la Oficina para las Causas de los Santos, en coordinación con el Arzobispado de Tarragona– comenzará el 11 de octubre con diversos actos de acogida a los peregrinos y el ofrecimiento de distintas rutas para recorrer el itinerario de los primeros cristianos. La víspera, el sábado 12, a las 19:00 horas, se celebrarán unas vísperas solemnes en la catedral. Además, durante esos dos días, se celebrarán en el Auditorio Tarraco Arena Plaza tres representaciones de La Pasión de san Fructuoso, a cargo del grupo de la Asociación Cultural San Fructuoso.

A día de hoy, la Santa Sede ha aprobado el decreto de martirio de 480 mártires, pertenecientes a 29 causas. Se espera que en breve se publiquen los decretos de otras cuatro causas, que sumarían algunas decenas de mártires más, con lo que se convertiría en la beatificación más numerosa de la historia.

Entre los 480 mencionados, hay 3 obispos, 79 sacerdotes diocesanos, 3 seminaristas, 391 consagrados y 4 laicos. Las causas fueron introducidas en las diócesis de Ávila, Barbastro, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Jaén, Lleida, Madrid, Menorca, Sigüenza-Guadalajara, Tarragona, Tortosa y Valencia, según datos ofrecidos por la CEE.

Los nuevos beatos vendrán a sumarse así a los 1.001 mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX (denominación que se prefiere a la de “mártires de la Guerra Civil”) que, hasta el momento, han subido a los altares. Once de ellos son ya santos: 9 hermanos de las Escuelas Cristianas (ocho mártires en Turón, Asturias, durante la Revolución de octubre de 1934, y uno martirizado en Tarragona en 1937); el sacerdote pasionista Inocencio de la Inmaculada, mártir también en Turón (todos ellos canonizados en Roma, en 1990), y el sacerdote diocesano Pedro Poveda Castroverde, martirizado en Madrid en 1936, y que fue canonizado por Juan Pablo II en 2003, en Madrid, durante lo que fue su quinta –y última– visita apostólica a España.

La causa más numerosa es la de Tarragona, con 147 mártires, entre ellos el obispo auxiliar, Manuel Borràs, y 66 sacerdotes diocesanos. Esta fue una de las razones por las que los obispos decidieron que la macrobeatificación se celebrara en Tarragona, aunque se barajaron también las sedes de Zaragoza y Madrid. Por otra parte, la sede tarraconense cuenta con una gran historia de fe cristiana y martirial, como lo atestiguan las figuras de quien fue su obispo, san Fructuoso, y sus dos diáconos, Augurio y Eulogio, martirizados en el año 259 en el anfiteatro romano de Tarragona.

“No utilizar a los muertos”

cuadro de los mártires de los Hijos de la Sagrada Familia

Mártires de los Hijos de la Sagrada Familia

“Creemos que lo que estos hermanos mostraron era el coraje de la fe. Y lo que queremos es que esta sea una celebración de reconciliación y de perdón”. Es el juicio del hermano marista Lluís Serra, compartido por las instituciones que tienen miembros de sus comunidades implicados en esta celebración. “Se puede analizar el momento en que se produjo, pero no para generar actitudes de enfrentamiento, ni para que los muertos sean utilizados por nadie. Es un acto eclesial. Fueron testigos de su fe y no queremos que se utilicen para otras cuestiones o posicionamientos partidistas”, explica el religioso.

Para remarcar esta dimensión, los maristas han preparado los actos de beatificación con una comisión internacional, como un tema de todo el instituto. Además de la edición y difusión del testimonio de estos mártires, tendrán actividades y vigilias previas a la ceremonia de Tarragona.

Los hermanos de las Escuelas Cristianas–La Salle también organizarán algunos actos en torno a la beatificación y publicarán el testimonio de sus mártires. El provincial en Cataluña, Josep Guiteras, explica que, “como en el 2007 [en la beatificación de 498 mártires en Roma], queremos hacer algunas catequesis centradas en la pasión del educador cristiano. Reflexionar sobre la necesidad de la vocación de educador, de un maestro que es capaz de dar testimonio con su vida, e incluso con su muerte”.

El planteamiento de La Salle es también “de sencillez, humildad y espíritu de reconciliación y de perdón. Quizás algunos no lo ven tan así, pero pienso que es la tónica general”, dice Guiteras.

Joan Ramon Ezquerra, vicepostulador de una de las causas abiertas por esta congregación, también cree que se debe plantear así. “Ya lo hicimos en las beatificaciones anteriores: no ponernos en la parte de los perseguidores, sino ponernos en la parte de los mártires”. Para él, lo que hay que remarcar no son “los motivos que pudieran tener los perseguidores”, sino el “testimonio de estos mártires y el perdón que todos ofrecieron. De todos los que tenemos documentación sabemos que lo hicieron. Hay grupos que estaban dentro de los camiones sabiendo que iban a morir, cantando y perdonando al mismo tiempo”. Es destacando esta actitud como se podrá “ver que los mártires son elementos de reconciliación”.

En Lleida, para preparar la beatificación, han creado una comisión diocesana conjunta con todas las otras instituciones implicadas en las seis causas abiertas en el Obispado: mercedarios, maristas y carmelitas. Entre otras actividades, editarán algunas obras sobre los mártires y harán una exposición de reliquias y un concierto en la catedral.

mártires de los Hermanos de La Salle que serán beatificados en Tarragona 13 octubre 2013

Mártires de los Hermanos de La Salle

Otra tarea añadida para las instituciones implicadas ha sido la búsqueda de los familiares de los mártires para invitarles a los actos. Son más de 500 familias que hay que localizar. Los Misioneros Claretianos nombraron una comisión. El claretiano Josep Armengol ha preparado un librito con el testimonio de los beatificados. También se quiere dar una visión universal, centrada más en el testimonio de fe que en la confrontación bélica: “Se enviará a las comunidades de los 65 países en donde estamos presentes. Está centrado en el perfil de los mártires, su espiritualidad, la tarea que hicieron y cómo fue su muerte”. Armengol insiste también en la austeridad que pide el momento: “En estos tiempos queremos hacer algo sencillo, que no sea demasiado costoso”.

Lo que también es común en las comunidades diocesanas o religiosas es que todas quieren mantener la memoria de los mártires como una parte de su historia. Como dice Armengol, “el tema de revolución en España es un poco complicado porque hay gente que sufrió con los dos bandos, por católicos o, en el caso de Cataluña, por catalanistas. No nos interesa molestar a nadie. Lo que pasa es que a estos claretianos los mataron por ser religiosos o sacerdotes, sin ningún motivo”.

En la misma línea, el provincial de La Salle en Cataluña reconoce que, aunque hayan pasado 75 años, el contexto de la Guerra Civil aún dificulta que se entienda así: “Es el punto más delicado y más difícil”. Se trata de que “la gente pueda llegar a vivir lo que representa que estas personas hayan dado la vida”. “Lo que es fundamental –añade Guiteras– es que esto no vuelva a ocurrir nunca más”.

Por otra parte, Joan Ramon Ezquerra sabe que es un “tema que causa disputas”, pero también cree que “los prejuicios que puede haber sobre esta cuestión dependen mucho de la forma en que lo presentemos”.

El marista Lluís Serra también remarca la dimensión eclesial de “reconocimiento de personas que intentaron vivir de forma coherente su fe” y que esta beatificación se debe hacer como “un espacio de comunión al margen de sensibilidades políticas y culturales”. En todo caso, concluye Serra, “esto no quita que fuera de la Iglesia haya personas que murieron en el mismo contexto y que también merezcan su reconocimiento. La dinámica propia de la Iglesia no agota un reconocimiento más global”.

En el nº 2.854 de Vida Nueva.

 

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