Mártires, memoria para la reconciliación

Arzobispo Jaume Pujol: “En una beatificación no condenamos a los verdugos”

Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona

El arzobispo Pujol

JORDI LLISTERRI y JOSÉ LORENZO | “Esta beatificación no va en contra de nadie; al contrario, va a favor de una sociedad que busca la paz y la concordia y que no quiere que vuelvan a repetirse estas barbaridades”. Este es el espíritu que preside la ceremonia de beatificación del próximo 13 de octubre de otros 500 mártires de la persecución religiosa en España durante el pasado siglo XX, según la expuso en Madrid, en la sede de la Conferencia Episcopal Española (CEE) el 19 de junio, el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, como anfitrión de un acto previsto en el plan pastoral aprobado por la Plenaria de los obispos españoles.

De hecho, esta macrobeatificación (que es muy probable que no sea la última, pues todavía hay “muchísimas causas abiertas en España y en Roma”, según se confirmó en la presentación de la misma a la prensa) es una de las principales acciones contempladas para el vigente Año de la fe. Para remarcar su importancia, en la Plenaria de la CEE de abril pasado, los obispos hicieron público un mensaje titulado (al igual que el lema de esta beatificación) Los mártires del siglo XX en España, firmes y valientes testigos de la fe, y que va encabezado por las palabras de Benedicto XVI en la carta apostólica Porta fidei.

La ceremonia de beatificación, a la que podrían asistir unas 50.000 personas (entre ellas, algunos familiares directos de los nuevos beatos), estará presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, y comenzará a las doce del mediodía en el Complejo Educativo de la ciudad tarraconense. A esa hora se conectará con Roma para que el papa Francisco dirija unas palabras a los asistentes.

“No utilizar a los muertos”

A día de hoy, la Santa Sede ha aprobado el decreto de martirio de 480 mártires, pertenecientes a 29 causas. Los nuevos beatos vendrán a sumarse así a los 1.001 mártires de la persecución religiosa en España en el siglo XX (denominación que se prefiere a la de “mártires de la Guerra Civil”) que, hasta el momento, han subido a los altares.

“Creemos que lo que estos hermanos mostraron era el coraje de la fe. Y lo que queremos es que esta sea una celebración de reconciliación y de perdón”. Es el juicio del hermano marista Lluís Serra, compartido por las instituciones que tienen miembros de sus comunidades implicados en esta celebración. “Se puede analizar el momento en que se produjo, pero no para generar actitudes de enfrentamiento, ni para que los muertos sean utilizados por nadie. Es un acto eclesial. Fueron testigos de su fe y no queremos que se utilicen para otras cuestiones o posicionamientos partidistas”, explica el religioso.

acto anual en Cervera (Lleida) de recuerdo a los mártires claretianos muertos durante la persecución religiosa en España siglo XX

Acto anual de recuerdo a los mártires claretianos en Cervera (Lleida)

Joan Ramon Ezquerra, vicepostulador de una de las causas abiertas por esta congregación, también cree que se debe plantear así. “Ya lo hicimos en las beatificaciones anteriores: no ponernos en la parte de los perseguidores, sino ponernos en la parte de los mártires”. Para él, lo que hay que remarcar no son “los motivos que pudieran tener los perseguidores”, sino el “testimonio de estos mártires y el perdón que todos ofrecieron”.

Entrevista con el arzobispo Pujol

En una amplia entrevista concedida a Vida Nueva, el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, insiste en la necesidad de entender este acto no como una provocación, sino para poner en relevancia el testimonio de los mártires: “Es muy relevante entender que morían perdonando. En una beatificación no condenamos a los verdugos. Los perdonamos. Ellos mismos perdonaban a sus verdugos, aunque los vencedores después no los perdonaron. Pero la Iglesia los ha perdonado, a nadie se le han cerrado las puertas. Lo que hacemos es alabar a los que fueron fieles. Y lo hacemos porque pensamos que esto puede hacer un gran bien a las personas, creyentes o no”.

Preguntado por qué pueden enseñarnos los mártires hoy, el arzobispo señala: “Un mártir es modelo, ejemplo e intercesor. Nos enseñan la fidelidad, que hoy es muy importante. Testigo de que la fe puede llevar hasta la muerte. En un momento en que el compromiso en las cosas importantes se rompe, es fundamental que nuestra sociedad pueda ver la coherencia. Y de cómo la fe debe llevarnos a vivir una vida coherente”.

Mártires, memoria para la reconciliación, íntegro solo para suscriptores

Entrevista con Jaume Pujol, íntegra solo para suscriptores

En el nº 2.854 de Vida Nueva.
 

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