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La responsabilidad por un mundo sostenible


Un libro de Pilar Aznar y Mª Ángeles Ull (Desclée De Brouwer, 2013). La recensión es de José Ramón Amor Pan

La responsabilidad por un mundo sostenible, libro de Pilar Aznar y Mª Ángeles Ull, Desclée De Brouwer

Título: La responsabilidad por un mundo sostenible. Propuestas educativas a padres y profesores

Autoras: Pilar Aznar y Mª Ángeles Ull

Editorial: Desclée De Brouwer, 2013

Ciudad: Bilbao

Páginas: 288

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN | Hace 25 años, la ONU publicó un excelente documento: Nuestro futuro común. En él se afirma con claridad que no se podía seguir con el modelo económico tradicional y que, por tanto, había que buscar un nuevo modelo, lo que dio en llamar desarrollo sostenible. Y lo definió como aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades, en un entorno medioambiental equilibrado, saludable y seguro para todos. El texto formula propuestas realistas al respecto, tanto en el nivel individual como colectivo (local, nacional e internacional), con un tono esperanzador y a la vez realista.

¿Qué fue de todo ello? Aunque el concepto se popularizó rápidamente y se convirtió en una aspiración internacional, aunque ha habido pasos importantes en la buena dirección e incluso los más destacados exponentes del desarrollismo consumista neoliberal lo invocan…, lo cierto es que los grandes problemas de fondo distan mucho de solucionarse. Ni siquiera estamos aprovechando la pavorosa crisis económica que nos azota (y eso que esta es una consecuencia del modelo que el informe criticaba, y, como salgamos de ella sin solucionar los problemas de fondo, estamos condenados a repetirla).

Como señalan las autoras de este libro, los aspectos que están definiendo estructural y funcionalmente la nueva realidad han adquirido un carácter global y están provocando a nivel local muchas inestabilidades sociales, fuertes desequilibrios medioambientales, aumento de exclusión, fragmentación social y segmentación territorial. Veremos hasta dónde aguantamos si no emprendemos el cambio de paradigma que la situación está reclamando urgentemente.

Entre otras acciones, necesitamos un tipo de educación que permita a los jóvenes aprender a vivir de manera sostenible, competente y digna, reconociendo su dependencia del entramado de la vida; una educación que extienda su sentido de la responsabilidad al medio y largo plazo; que permita la construcción de una nueva ética centrada en la vida y en la solidaridad intergeneracional.

Esa es la propuesta de las autoras. Estamos, pues, ante una obra bien documentada y bien estructurada, que sirve para alcanzar el objetivo que se enuncia y que sigue la estela del camino iniciado hace 25 años por Nuestro futuro común.

En el nº 2.852 de Vida Nueva.

Actualizado
14/06/2013 | 06:07
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