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¿Cristianofobia? La polémica anticristiana, tan antigua y tan nueva


Un libro de Eloy Bueno de la Fuente (Monte Carmelo, 2012). La recensión es de Luis González-Carvajal Santabárbara

¿Cristianofobia?, libro de Eloy Bueno de la Fuente, Monte Carmelo

Título: ¿Cristianofobia? La polémica anticristiana, tan antigua y tan nueva

Autor: Eloy Bueno de la Fuente

Editorial: Monte Carmelo, 2012

Ciudad: Burgos

Páginas: 354

LUIS GONZÁLEZ-CARVAJAL SANTABÁRBARA | Aunque Eloy Bueno de la Fuente, catedrático de la Facultad de Teología del Norte de España (sede de Burgos), ha destacado sobre todo en disciplinas estrictamente teológicas –cristología, eclesiología y misionología–, es también un observador atento de nuestra cultura que lleva tiempo ocupándose de sus manifestaciones anticristianas.

Estudió el retorno del paganismo precristiano, haciendo para ello un análisis concienzudo de los estudios sociológicos, la literatura contemporánea, la filosofía y las costumbres populares. Su conclusión fue que “los antiguos dioses y diosas han dormido un tiempo y ahora despiertan con la pujanza y la alegría de la mañana” (España, entre cristianismo y paganismo, San Pablo, Madrid, 2002, p. 240). Estudió también más de un centenar de novelas españolas publicadas en las últimas décadas, llegando a la conclusión de que, exceptuando las novelas de José Jiménez Lozano y Miguel Delibes, el cristianismo aparece “siempre con tonos ridículos y peyorativos” [Dios en la actual novela española; en Cabria, José Luis, y Sánchez-Gey, Juana, (eds.), Dios en el pensamiento hispano del siglo XX, Sígueme, Salamanca, 2002, p. 496]. Pues bien, siguiendo esa línea de pensamiento, ha publicado ahora ¿Cristianofobia? La polémica anticristiana, tan antigua y tan nueva.

Esa focalización de la atención en los elementos hostiles al cristianismo existentes en la actualidad podría alimentar actitudes pastoralmente peligrosas, que irían desde el integrismo beligerante hasta el aislamiento de los creyentes en un gueto. Afortunadamente, Eloy Bueno es un hombre equilibrado y no orienta a sus lectores en esa dirección. Por el contrario, sus estudios resultan beneficiosos porque permiten realizar una pastoral de ojos abiertos. Desgraciadamente, es frecuente planificar la acción pastoral sin un conocimiento suficiente del hombre y de la cultura actual. Ese conocimiento es muy importante, porque, como dice una conocida reflexión de origen inglés, “para enseñar latín a John, no basta saber latín, es necesario conocer también a John”.

El término “cristianofobia”, que sirve de título al libro que comentamos, fue empleado por Benedicto XVI en su discurso a la Curia romana con ocasión de la Navidad de 2010, aunque el profesor Bueno ha preferido escribirlo entre interrogaciones. En el subtítulo emplea una expresión más suave: “polémica anticristiana”. No me parece que ambos conceptos sean idénticos.

Si lo entiendo bien, una fobia es un sentimiento desmesurado y compulsivo de miedo o de odio que produce trastornos emocionales; en consecuencia, no todos los opositores al cristianismo padecen cristianofobia. Quizás habría sido conveniente delimitar con más precisión el campo que se pretendía estudiar, tanto en el título como en el desarrollo, para no meter en el mismo saco realidades heterogéneas. Es claro, por ejemplo, que los actos vandálicos contra las iglesias responden a una actitud de cristianofobia, pero ya no me resulta tan claro que lo sea también la demanda por unos padres para que se retire el crucifijo de la escuela pública en que estudian sus hijos.

Un fenómeno conocido

Haciendo abstracción de esa salvedad, la estructura del libro es muy clara. La primera parte del libro describe la hostilidad al cristianismo existente en nuestros días, desde la violencia contra los cristianos y sus símbolos religiosos en la vida diaria hasta el fenómeno del llamado “nuevo ateísmo” en el ámbito cultural.

La segunda parte muestra que no estamos ante un fenómeno tan nuevo como podría parecernos, recordando para ello tres períodos de la historia: los primeros siglos, la Revolución francesa y varios filósofos del XIX (particularmente, Nietzsche). Me ha parecido oportuno ese recorrido histórico, porque muchos cristianos lamentan el tiempo que nos ha tocado vivir y sienten nostalgia de un pasado que idealizan.

Dedica, por fin, la tercera parte a presentar la alternativa al cristianismo que ofrecen sus opositores en aquellos casos en que la explicitan o, al menos, puede adivinarse.

El colectivo al que Eloy Bueno dedica más atención, tanto en la primera parte como –sobre todo– en la tercera, es el de los llamados “nuevos ateos” (fue la revista Wire quien empleó por primera vez ese nombre, en noviembre de 2006). Lo característico de ellos no es la altura de sus argumentos –más bien modesta, por decirlo con delicadeza–, sino su estilo publicitario, que les ha permitido una gran difusión a través de los medios de comunicación.

Es un ateísmo caracterizado por posturas virulentamente antirreligiosas y anticristianas, a las que cuadra perfectamente la calificación de “cristianofobia”. Basta citar algunas de sus frases: “El Dios del Antiguo Testamento es posiblemente el personaje más molesto de toda la ficción: celoso y orgulloso de serlo; un mezquino, injusto e implacable monstruo; un ser vengativo, sediento de sangre y limpiador étnico; un misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista; un matón caprichosamente malévolo” (Richard Dawkins); “los creyentes son enfermos mentales que no pueden ser tratados de modo normal: los llamamos ‘religiosos’, pero igualmente podrían ser denominados ‘psicópatas’, ‘locos’, ‘alienados’” (Sam Harris); inculcar la fe a los niños debe ser considerado como “una modalidad de abuso de menores” (Christopher Hitchens); “la crítica al cristianismo podría reducirse a esto: que al ser una religión literalmente para cretinos, no se adapta a aquellos que, quizá para su desgracia, han sido condenados a no serlo” (Piergiorgio Odifreddi)…

Estamos, en definitiva, ante un libro que agradecerán sobre todo quienes no tuvieran ideas muy precisas de qué es eso del “nuevo ateísmo”.

En el nº 2.852 de Vida Nueva.

Actualizado
14/06/2013 | 06:08
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