La coordinadora pacifista se despide tras 28 años de lucha contra el terrorismo
VICENTE L. GARCÍA. BILBAO | Tras anunciar su disolución el 4 de mayo, Gesto por la Paz realizó, el 1 de junio, un “sencillo” acto de despedida en la Plaza Circular de Bilbao, el mismo lugar en el que el 26 de noviembre de 1985 la coordinadora pacifista realizó “el primer gesto” con una concentración de 15 minutos. Para la memoria quedan las convocatorias silenciosas, el lazo azul, la suelta de palomas o de globos, las manifestaciones sobre la arena de la playa o en lo alto de los montes; pero, sobre todo, la conciencia de haber sido la imagen de la respuesta ciudadana al terrorismo.
Tras la intervención de representantes de la vida pública, las víctimas y los medios de comunicación, se dio lectura a un texto en el que se condensaba lo vivido a lo largo de estos 28 largos años.
En el comunicado final, Gesto por la Paz reconocía haber vivido “una de las experiencias que más estimamos de nuestras vidas”, con la conciencia de haber “hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para hacer frente al fenómeno de la violencia y a sus indeseables efectos”. Gesto por la Paz siempre ha entendido su labor como una “respuesta ante el terror” y “ha desarrollado actitudes y pensamientos que pudieran servir para compartir los mínimos éticos de la convivencia”.
En otro párrafo reconocían: “Se nos ha presupuesto valentía y coraje y, paradójicamente, es, en este momento final, cuando más los vamos a necesitar. Ni la costumbre ni la nostalgia nos van a impedir que, una vez más, hagamos lo que creemos más justo y sincero. Hoy consiste en irnos como vinimos”; es decir, siendo “ciudadanos absolutamente anónimos, absolutamente plurales y absolutamente libres”.
Miembros de la coordinadora de Gesto por la Paz
Quizá uno de los párrafos más profundos fue aquel que decía con énfasis: “Hoy es el día de proclamarlo ante todo el mundo. Nos sentimos dichosos de haber podido formar parte de ese grupo de gente que supo levantarse de la postración ética que sufría nuestra sociedad para emprender el camino hacia el horizonte de la dignidad humana. Queremos agradecer a todas las personas que se sumaron a alguna de nuestras convocatorias su apoyo y su compañía. Gracias a ellas, la iniciativa de Gesto por la Paz no se quedó en el sueño de unos locos y pudo convertirse en el clamor mayoritario de quienes queríamos vivir en paz y libertad”.
Concluía el comunicado con una invitación a regresar cada uno a su casa “de una forma diferente”, porque, “en la memoria, estará susurrándonos al oído nuestra experiencia en Gesto por la Paz. Y ese susurro es el que quedará vivo más allá de nosotros mismos, como parte de todos los futuros que busquen el progreso en la convivencia humana”.
“Quedan muchos gestos”
Gesto por la Paz ha sido una de las plataformas más destacadas y de respuesta inmediata ante el terrorismo de ETA. El anuncio de su desaparición genera la siguiente reflexión para Consuelo Ordoñez, hermana de Gregorio Ordoñez, concejal donostiarra asesinado en 1995 y miembro del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite):
“Mi respeto y agradecimiento a Gesto. No soy yo quién para decir cuándo cerrar la etapa de este movimiento, pero sí quiero señalar que nos quedan muchos gestos por delante. A todos, a ETA, a quienes la amparan, a los ‘arrepentidos’, a la clase política, a la justicia, a la sociedad en su conjunto. Ahora que parece que todo está mejor; desde nuestra óptica, la realidad es otra. Ahora es cuando más trabajo tenemos, de cara a ese relato de la verdad. Hay muchas mentiras que desenmascarar y mucha información que sacar a la luz. La sociedad y, sobre todo, las víctimas, necesitamos que los ‘arrepentidos’ colaboren con la justicia para que se esclarezcan los más de 300 asesinatos sin resolver y se reabran las causas archivadas. Gesto por la Paz ha cerrado un ciclo, pero quedan más gestos por la justicia.”
En el nº 2.851 de Vida Nueva.
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