La “tregua entre pandillas” no da los frutos esperados en El Salvador

policía custodia a varios pandilleros miembros de maras violentas en El Salvador

El Episcopado lamenta que el acuerdo con las pandillas no haya logrado acabar con la violencia

policía custodia a varios pandilleros miembros de maras violentas en El Salvador

Un policía custodia a varios pandilleros

La “tregua entre pandillas” no da los frutos esperados en El Salvador [extracto]

JOSÉ LUIS CELADA | La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) entiende que la denominada “tregua entre pandillas”, vigente desde marzo de 2012, “no ha producido los beneficios que la población honrada y trabajadora esperaba para sí misma”. Y así lo pone de manifiesto en un comunicado dado a conocer el pasado 11 de mayo, en el que recoge su posición ante este fenómeno y muestra su preocupación por la violencia, en especial la causada por tales grupos, que “atropella la dignidad humana, coarta las libertades ciudadanas, quebranta el Estado de derecho y debilita el sistema democrático, ocasionando zozobra, luto, pobreza y migración a las familias salvadoreñas”.

El documento remite, en primer término, a una carta pastoral de 2005 (No te dejes vencer por el mal) en la que ya se fijaba la postura episcopal al respecto, lo que ahora permite constatar, transcurridos ocho años, que “se realizaron esfuerzos por parte de diversas instancias, pero no se ha logrado que la ciudadanía viva en un ambiente de seguridad y paz social que permita su desarrollo integral”.

A continuación, echando mano del Catecismo de la Iglesia Católica, los obispos salvadoreños defienden el carácter sagrado de la vida humana, de la que solo Dios es Señor “desde su comienzo hasta su término”; y recuerdan que “nadie, ni las pandillas, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente”.

Más adelante, también con el Catecismo como referencia ineludible, la jerarquía católica del pequeño país centroamericano condena el robo y la extorsión, que “no pueden ser medios justos para vivir”. Otro tanto opina del secuestro y la desaparición violenta de personas, hechos ambos que hacen que “impere el terror”. A propósito de ello, califican de “gravemente contrario a la justicia” cualquier acto terrorista causado por las pandillas, que “amenaza, hiere y mata sin discriminación”.

Los doce miembros del Episcopado salvadoreño, bajo la presidencia de José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, apelan luego a la Constitución para subrayar la obligación del Estado a la hora de “garantizar la justicia, la seguridad y el bien común”. Una preservación del bien común que, según los pastores, pasa necesariamente por “colocar al agresor en estado de no poder causar perjuicio”. Algo que exige de las autoridades competentes “la obligación de neutralizar a los agresores de la sociedad”.

Asimismo, en base a los primeros artículos de la propia Carta Magna, reivindican el protagonismo de dicha institución como protectora y garante de “la vida, la integridad física y moral, la libertad, la seguridad, el trabajo, la propiedad y la posesión de toda persona”.

El mensaje episcopal concluye elevando oraciones a Dios para que “ilumine la mente y el corazón de los que causan la violencia, especialmente de los miembros de pandillas, para que cesen de cometer la injusticia y atiendan el clamor del pueblo que quiere trabajar y vivir en paz”.

Credibilidad y sostenibilidad

El pasado día 12, en una rueda de prensa en la catedral metropolitana de San Salvador, el obispo auxiliar de esta archidiócesis, Gregorio Rosa Chávez, admitió que el texto del Episcopado es “muy genérico”, pues “no entra en análisis de situaciones concretas” y solo se limita a señalar “principios que no hay que olvidar”.

Sin embargo, defendió su interés, “como una contribución a un debate en el que todos tenemos que aportar algo de una forma más ordenada, sistemática y propositiva”. En este sentido, Rosa Chávez se refirió a dos elementos que no aparecen en el documento, pero sí en las “declaraciones personales” de los prelados: la credibilidad y la sostenibilidad, “dos palabras clave para que tengamos esperanza”.

Sobre la primera, el auxiliar de San Salvador compartió con los periodistas que “hay dudas, muchas dudas en torno a esta temática [la tregua entre pandillas]; dudas que son razonables, no caprichosas”. Y en cuanto a la sostenibilidad, a preguntas de si un cambio de gobierno podría dar lugar a una visión distinta (una vuelta a la “super mano dura”, por ejemplo), reconoció que el hecho de cómo lograr la sostenibilidad “es una temática que se está debatiendo –gracias a Dios−, pero tengo la impresión de que se está avanzando poco”.

En el nº 2.849 de Vida Nueva.

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