Denis Rafter: “La Iglesia debe entrar más al teatro”

Actor irlandés afincado en España, dirige ‘El pájaro solitario’, sobre san Juan de la Cruz


JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | Denis Rafter, este actor, director y ensayista, nacido en 1942 en Dublín –la ciudad de Joyce, Beckett y Wilde–, vino por primera vez a España en 1969. Desde entonces, sigue aquí, convertido en todo un referente en el teatro español.

Su currículum es inabarcable. Baste saber que todo Shakespeare lo ha vivido en el escenario y que ha interpretado al propio Jesús o a José de Arimatea. Como director, ha dirigido obras sobre san Vicente Ferrer o san Juan de la Cruz. Ahora mismo, tiene seis montajes dirigidos por él que siguen en cartelera, y otros tantos como actor recorren los teatros españoles.

– Usted dice que “el teatro es capaz de reflejar lo que verdaderamente somos”. ¿Quiénes somos según el teatro que se hace hoy en España?

– Creo que el teatro siempre ha estado al lado de los sentimientos humanos. Es decir, el teatro se preocupa por la calidad de la vida de la gente y, además, de la espiritualidad. Porque los sentimientos y la espiritualidad están muy unidos. La única diferencia es que el teatro los trata desde el punto de vista del arte, es decir, de la inspiración creativa del individuo; y la Iglesia, por ejemplo, lo hace desde la teología. Pero creo, yendo un poco más allá, que la relación entre Iglesia y teatro surge del mismo Nuevo Testamento, que es un texto altamente comprensible, claro, sencillo y lleno de poesía.Denis Rafter, actor irlandés en España

– ¿Cómo definiría esa relación actual entre teatro e Iglesia?

– No hay grandes diferencias. Solo surgen divergencias –y esta es la situación actual en España– cuando hay un choque entre lo que el teatro ve como la necesidad o espiritualidad y lo que la ley de la Iglesia dice que el hombre debe de hacer. Si hablamos de los conflictos sobre el aborto, el matrimonio gay o sobre la relación Iglesia-Estado o de los obstáculos que ha vivido la propia Iglesia, entramos en otra esfera ante la que el teatro puede ser muy positivo… porque sobre el escenario, el teatro muestra, sobre todo, que el ser humano está lleno de defectos y de cualidades. Creo que hay, además, dos temas fundamentales para el ser humano que relacionan también la religión católica y el teatro: el amor y la muerte.

– Pero hoy día no hay demasiadas obras religiosas…

– Pienso que la Iglesia debe entrar más al teatro. Me explico. Debería servirse más del teatro. Porque el teatro ha sobrevivido históricamente gracias a la aportación de la Iglesia, no lo debemos olvidar. En la Edad Media, el teatro resurgió en el seno de la Iglesia. Explicar la Biblia desde el teatro ayudaba a la gente a comprender mejor el mensaje de la Iglesia. Literalmente, el teatro de texto, a la italiana, con público frente a un escenario, se va a desarrollar durante siglos frente a las puertas mismas de las iglesias. Ahora, sin embargo, hay un distanciamiento entre Iglesia y teatro sin que sean culpables ninguno de los dos. Solo podría ser de la inconsciencia de ambas partes en la importancia que tiene para el ser humano la religión y el teatro. Al final de todo, el objetivo es el mismo. Para la Iglesia, salvar el alma del hombre; y para el teatro, como para la literatura, salvar al ser humano, lograr su felicidad con el entendimiento de lo que sucede a su alrededor.

jcrodriguez@vidanueva.es

Entrevista con Denis Rafter, íntegra solo para suscriptores

En el nº 2.849 de Vida Nueva.

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