Las redes sociales, nuevos espacios en una nueva cultura

madre e hija con iPad para entrar en redes sociales

chica joven con teléfono móvil usa Twitter

Las redes sociales, nuevos espacios en una nueva cultura [extracto]

MARÍA GÓMEZ | La presencia del Papa en Twitter ha conseguido cambiar la percepción que muchos tenían de las redes sociales, plazas donde hoy interactúan personas de todas las edades y donde la Iglesia está logrando una voz oportuna, en camino hacia la profesionalización.

Qué imagen, la de Benedicto XVI enviando su primer tuit desde su cuenta personal, el pasado 12 de diciembre. Un anciano de 85 años manejando una tableta, no sin un poco de ayuda, pero decidido; la misma Iglesia que tallaba evangelios de piedra en los pórticos de las catedrales se hacía presente en una de las redes sociales más populares del momento, Twitter (500 millones de personas registradas).

La imagen dio la vuelta al mundo, y eso que no era el primer gesto positivo del Papa hacia las redes sociales: en mayo de 2009, había aparecido en Facebook desde la aplicación Pope2you.net, para seguir la actualidad del Pontífice (el sitio está desactualizado y lo mejor hoy es The Pope App). Y en junio de 2011, el propio Razinger era el encargado de inaugurar el portal informativo multimedia del Vaticano, News.va, también a través de un tuit.

El domingo 12 de mayo, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, y el mensaje –firmado por Benedicto XVI el 24 de enero– está dedicado a las Redes sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización.

cuenta de Twitter del papa @Pontifex

Cuenta de Twitter del Papa

Es el quinto año seguido que este mensaje trata sobre estos nuevos medios, y cada vez son más los que están convencidos de que no se trata de una moda: no son solo palabras, y hay algo más que advertencias contra los riesgos; la Iglesia se ha puesto manos a la obra y su presencia en el ámbito digital está dejando de ser exótica para convertirse en referencia: en cinco meses, la cuenta @Pontifex (con sus nueve perfiles en distintos idiomas) ha superado los seis millones de seguidores, y los tuits que Francisco se ha acostumbrado a enviar a diario son compartidos una media de 10.500 veces, obteniendo un espectacular engagement, es decir, gran cantidad de conversación, comentarios y menciones y una popularidad altísima en la Red (84 sobre 100 en el índice Klout).

Benedicto XVI no era el primer líder religioso ni católico en llegar a Twitter, pero su presencia ha dado un espaldarazo a un montón de iniciativas que llevaban algunos años luchando contra un cierto recelo por parte de personas que, en el interior de la Iglesia, no acababan de ver la conveniencia de estos espacios virtuales.

La periodista Miriam Diez i Bosch es la directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura, y también directora de expertos de Aleteia.org, red católica mundial que recopila contenidos de webs y blogs católicos (incluida Vida Nueva). En su opinión, la presencia papal en Twitter “es acertada y un referente muy alentador”.

Ella preferiría que el Pontífice interactuara con los usuarios, pero aun así valora que tanto Benedicto XVI como Francisco hayan conseguido “decir mensajes sustanciosos en poco espacio”. “Siempre habrá más papistas que el papa, pero si él está, es difícil argumentar que el párroco no esté, o el obispo, o el cardenal. Este punto de inflexión no debería pasar desapercibido”, opina.

Un punto de inflexión

“¡Vaya si es un punto de inflexión!”, considera, por su parte, Dani Villanueva, jesuita y actual adjunto a la dirección de la Fundación Entreculturas. Ingeniero informático de formación, ha colaborado con la Compañía en la comunicación digital de iniciativas como la 35ª Congregación General o el Magis, durante la JMJ de Madrid.

La Iglesia se ha puesto manos a la obra
y su presencia en el ámbito digital
está dejando de ser exótica
para convertirse en referencia:
en cinco meses, la cuenta del Papa en Twitter
ha superado los seis millones de seguidores.

Villanueva es de los que aplauden la filosofía que subyace tras @Pontifex: “Hay quien se escandaliza por el hecho de que el Papa tenga una cuenta en Twitter. Mientra que para algunos es un error que se exprese en un medio tan trivial, otros defienden que es un signo de una esperada actualización eclesial. Yo estoy con los que creemos que detrás de @Pontifex está la Iglesia más audaz proclamando el Evangelio, sin miedo a cambiar el púlpito por estas tecnologías en las que solo entra quien está dispuesto a exponerse al diálogo abierto”.

En el mensaje para la Jornada de este año destaca una frase: “Si la Buena Noticia no se da a conocer también en el ambiente digital, podría quedar fuera del ámbito de la experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial es importante”.

Responde Javier Valiente, sacerdote y encargado de la comunicación de los Salesianos en España: “Efectivamente, la Iglesia se ha dado cuenta de los cambios culturales, antropológicos y en la socialización que supone la presencia de Internet y, en los últimos años, el boom de las redes sociales. Benedicto XVI las llama ‘espacio existencial’; allí están las personas, especialmente los jóvenes, y allí quiere estar la Iglesia. Y es muy interesante lo que el Papa subraya: la autenticidad, la coherencia, la búsqueda de la verdad con un estilo propio cristiano de estar en las redes sociales, marcado por el cuidado del prójimo, la mansedumbre… Es el ejemplo de Cristo en el Evangelio que elige el ya papa emérito en este mensaje”.usuario con teléfono móvil entrando en Facebook

Sobre la presencia del Papa en Twitter, Valiente también cree que “es una iniciativa interesante. Son un potente canal de comunicación, y no hay que desaprovechar ninguno. Lo que me parece más interesante es la reflexión sobre esta nueva cultura digital”.

¿Es obligatorio estar?

¿Es obligatorio estar en las redes sociales? ¿Son fundamentales para la nueva evangelización o para la supervivencia de la Iglesia? Los especialistas consultados coinciden en que no hay que darles tanto protagonismo, pero insisten en que sí son importantes.

“Lo único que me parece razonablemente obligatorio es seguir los mandatos de Jesús, y no hay ningún epígrafe que hable de redes sociales. Pero sí de anuncio, proclamación… –sostiene Diez i Bosch–. Me parece que sí, que es una nueva ágora, un nuevo terreno. Y que no es incompatible ni lesivo para la fe”.

El salesiano Valiente tampoco cree que sea esencial, pero recuerda el mandato misionero de Jesús de “anunciar el Evangelio de Jesucristo a todas las gentes por todo el mundo, a todas las culturas y en todos los tiempos”, y defiende que hay que servirse de “los medios que en cada momento tenemos a nuestra disposición: la palabra, el libro, un cuadro, una fachada gótica, las redes sociales… Esta es la cultura de nuestro tiempo, con su lenguaje y sus lugares, y allí estamos los cristianos”.

“Detrás de @Pontifex está
la Iglesia más audaz proclamando el Evangelio,
sin miedo a cambiar el púlpito por estas tecnologías
en las que solo entra quien está
dispuesto a exponerse al diálogo abierto””.

Dani Villanueva, adjunto a la dirección de Entreculturas.

Para el jesuita Dani Villanueva, “no hay ninguna duda de que el uso de tecnologías de la información y la comunicación forma parte de la misión de la Iglesia en el tercer milenio, y no basta con adecuar el lenguaje y usar la red como medio de evangelización, sino que hay que considerarla como un nuevo espacio donde también se expresa nuestra vida. Esa es la principal razón por la que la Iglesia ha de estar presente, no por razón de supervivencia, sino por la propia esencia de nuestra misión evangélica”.

Las redes están abiertas a todos los estamentos eclesiales, del laicado al cardenalato. De hecho, el reciente cónclave fue una buena oportunidad para conocer (y darse a conocer) a la casi veintena de purpurados en Twitter; entre los más activos, el de Barcelona y único español, @sistachcardenal; o el de Bogotá, @cardenalruben.

Para Miriam Diez i Bosch, sí es importante que los obispos y cardenales se dejen ver ahí: “Los líderes en la Red, los influencers, a veces son personas anónimas. Pero sí es cierto que si un líder, además de serlo en el mundo offline, consigue también hacer pasar su mensaje online, llega a unas personas a las que quizá nunca en la vida hubiera llegado. Se gana más de lo que se pierde, con esta presencia digital”.

“Yo creo que es bueno que estemos todos los que podamos –asegura Valiente–. Dentro de unos años, ni nos preguntaremos esto. ¿Alguien se pregunta hoy si es bueno usar el teléfono? Lo importante es que estemos como lo que somos. Que llevemos a estas redes, que son verdaderos ecosistemas de comunicación, nuestra forma de ver la vida, la persona, el mundo, los valores importantes que alimentan nuestra vida, y esto lo podamos compartir con las personas que están allí”.

CEE y diócesis

Así las cosas, la pregunta es si toda esta teoría está siendo aplicada de manera eficaz. En España, uno de los casos más relevantes es la Oficina de Información de la Conferencia Episcopal Española. Desembarcó en Facebook en septiembre de 2009 y un año después en Twitter (@Info_CEE), con escuetas notas de prensa donde se indicaba que los perfiles creados difundirían los comunicados habituales.

Pero han servido para más, pues en estos años se han desarrollado campañas específicas, sobre temas de protección a la vida y contra el aborto, la asignatura de Religión o las vocaciones al sacerdocio, que han logrado miles de visualizaciones en YouTube y mucho eco en los medios y en la opinión pública.

“Las redes sociales son
un potente canal de comunicación,
y no hay que desaprovechar ninguno.
Lo que me parece más interesante es
la reflexión sobre esta nueva cultura digital”.

Javier Valiente, responsable de Comunicación de los Salesianos.

En cuanto a las diócesis españolas, se observan diferencias notables en su estrategia comunicativa y en los recursos con los que cuentan. Todas ellas, las 70, tienen página web, más o menos actualizada en contenido, diseño y funcionalidad; 39 tienen perfiles sociales (39 en Facebook, 36 en Twitter y algunas también en Google+, YouTube, Flickr o Pinterest, para imágenes). La mayoría se crearon antes de @Pontifex, y su grado de profesionalización no está directamente relacionado con lo grande o pequeña que sea la diócesis.

Sobre el uso, mientras algunas son un simple complemento para la difusión mecanizada de la actualidad diocesana, otras han realizado un verdadero esfuerzo por adecuarse al medio, destacando la originalidad de los contenidos y la interactividad con los usuarios.madre e hija con iPad para entrar en redes sociales

También tienen sus propios perfiles algunos obispos (Joan Piris, Manuel Sánchez Monge o Xavier Novell en Facebook; y @ObispoDemetrio, @ObispoMunilla o @jesussanzmontes), delegaciones diocesanas, asociaciones, grupos, parroquias o cofradías; así como varias congregaciones religiosas (además de jesuitas y salesianos, cabe citar a los dominicos, los agustinos, los claretianos, los camilos o los paulinos) y entidades nacionales como Manos Unidas, Cáritas o la HOAC, muy activas en estos espacios.

Temas pendientes

La directora del Observatorio Blanquerna de Comunicación, Religión y Cultura asegura que “la comunicación eclesial está mejorando. No sé si en un foro de dircoms mundiales pondrían a la Iglesia católica como ejemplo, pero sí creo que el esfuerzo por una mayor transparencia y por una comunicación más fluida se está intentando”.

En cuanto a las redes sociales en particular, también es optimista: “Me encanta ver el crecimiento exponencial de pequeñas realidades en la Red. Hay entusiasmo y convicción. Y profesionalidad. En Aleteia.org vemos cómo instituciones eclesiales se unen a diario al proyecto de una red mundial católica. Es alentador”.

Y entre los temas pendientes, apunta a “la interactividad y el desarrollo multimedia. Digitalmente, la Iglesia tiene mucho que aprender de otras comunidades y religiones”.

Algo parecido opina Javier Valiente: “Las organizaciones de la Iglesia son muy activas en este sexto continente. Están cambiando mucho las campañas informativas, la movilización alrededor de acontecimientos o a favor de determinadas propuestas y actividades, etc. También son interesantes las iniciativas más específicamente pastorales, por decirlo de algún modo, con invitaciones a la oración, explicación de nuestra fe, difundir la Palabra de Dios… Todo esto tiene un gran valor. Se está haciendo mucho por hacer visible la realidad y la vida de la Iglesia”.

“Me encanta ver el crecimiento exponencial
de pequeñas realidades en la Red.
Hay entusiasmo y convicción.
Y profesionalidad. Es alentador”.

Miriam Diez i Bosch, directora del Observatorio Blanquerna.

Dani Villanueva es un poco más crítico: “Como todos los cambios tecnológicos, las transiciones son lentas y no siempre acertadas. Creo que la Iglesia está cada vez más presente en el medio digital, con propuestas de calidad como News.va o Pray-as-you-go.org [iniciativa de los jesuitas británicos con recursos para orar]; o, en el caso de España, nuestra clásica PastoralSJ.org [proyecto pastoral de la Compañía] o la exitosa RezandoVoy.org [inspirada en Pray-as-you-go.org]. Pero no todo es igual, y para muchas instituciones, las redes sociales todavía son una simple extensión de su gabinete de prensa, y no lugares de encuentro con su propia dinámica de interacción y participación. No tengo duda de que esto irá evolucionando a medida que nos demos cuenta de su potencial evangelizador y relacional”.

En unos días, Javier Valiente impartirá un curso en CONFER sobre Vida Religiosa y Redes Sociales: “Lo primero que muchos se preguntan es cómo utilizarlas para evangelizar y educar. Yo insisto mucho en que tenemos que verlas como espacios donde estamos y compartimos la vida con otros. Y ahí compartes lo que eres. Hay que quitarles miedo y trascendencia; es más fácil de lo que creemos. Lo importante es la intencionalidad, aquello de lo que tengamos lleno el corazón. Y esto no es nada nuevo”.

En el nº 2.847 de Vida Nueva.

 

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