Benedicto XVI vuelve a casa

papa Francisco con Simón Peres, presidente de Israel

Por el 1º de mayo, Francisco denuncia “el trabajo que esclaviza”

Benedicto XVI es recibido por papa Francisco en el Vaticano 2 mayo 2013

Saludo de los dos papas

ANTONIO PELAYO. ROMA | Después de dos meses de estancia en la residencia de Castel Gandolfo, el papa emérito, Benedicto XVI, regresó al Vaticano el jueves 2 de mayo a primera hora de la tarde. A las 16:45 h., según el comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede, el helicóptero –perteneciente a una sociedad particular y no a la Aeronáutica Militar Italiana– se posó en el helipuerto de la Ciudad Eterna. Joseph Ratzinger viajaba acompañado de Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia.

Le esperaban allí el cardenal decano del Colegio, Angelo Sodano; el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone; el presidente del Governatorato, cardenal Giuseppe Bertello; el sustituto de la Secretaría de Estado, arzobispo Angelo Becciu; el secretario para las Relaciones con los Estados, arzobispo Dominique Mamberti, y otras personalidades.

Los pocos centenares de metros que separan el helipuerto del restaurado monasterio Mater Ecclesiae los recorrió Benedicto XVI en coche.

En la puerta de la que será desde ahora su casa, permanecía el papa Francisco, que lo acogió “con gran y fraterna cordialidad”. Ambos se dirigieron a la capilla para recogerse en un breve momento de oración, finalizada la cual, el Pontífice reinante se despidió de quien se convierte en el segundo habitante más importante del Vaticano.

Siempre según el comunicado antes citado, el papa emérito “es feliz de regresar al Vaticano, al lugar donde, como anunció él mismo el pasado 11 de febrero, propone consagrarse al servicio de la Iglesia, sobre todo con la oración”.

El regreso de Ratzinger a Roma –donde ha vivido más de 25 años– se desarrolló con gran discreción. Contrariamente a su salida del Vaticano, el 28 de febrero, esta vez el Centro Televisivo Vaticano (CTV) no ha distribuido ninguna imagen y, solo pocas horas después, L’ Osservatore Romano distribuyó a las principales agencias internacionales de prensa una fotografía en la que los dos pontífices se despiden con un apretón de manos en la puerta del monasterio. El diario vaticano, en su edición con fecha del 4 de mayo, publicaba otra fotografía en la que se ve a los dos papas rezando en un mismo banco de la capilla del Mater Ecclesiae.

En este armonioso clima se inicia una experiencia inédita en la milenaria historia de la Iglesia: la convivencia en un reducido espacio geográfico (44 hectáreas) de dos pontífices que se aprecian y que, sin duda, se mantendrán en discreto contacto.

Con Ratzinger van a convivir en su residencia, además de Gänswein, las cuatro memores domini (Loredana, Rosella, Cristina y Carmela, todas ellas de Comunión y Liberación) que ya le atendían en el apartamento del Palacio Apostólico y un diácono alemán que ha entrado recientemente a su servicio. Ocasionalmente, recibirá la visita de su hermano Georg –88 años cumplidos–, que ya le acompañó, por su 86º cumpleaños, el pasado 16 de abril.

papa Francisco reza a la Virgen en Basílica de Santa María la Mayor

Visita a la basílica de Santa María la Mayor

A la vista de las dos fotos aludidas, su aspecto físico parece algo más mejorado de lo que dejaron traslucir las imágenes del CTV el 23 de marzo, cuando Francisco lo visitó en Castel Gandolfo.

Quien insinúe que la presencia de Ratzinger en el Vaticano puede resultarle incómoda a Bergoglio, demostrará que desconoce profundamente a ambos.

Esencial para la dignidad

Por otro lado, el 1 de mayo –día en que la Iglesia celebra a san José Obrero–, el Papa reunió en torno a sí unas a 80.000 personas en la tradicional audiencia de los miércoles, y sus palabras, naturalmente, se centraron en el significado del trabajo que dignifica al hombre y que no puede esclavizarlo: “El trabajo forma parte del plan de amor de Dios; estamos llamados a cultivar y custodiar todos los bienes de la Creación y, de este modo, participamos en su obra. El trabajo es un elemento fundamental para la dignidad de la persona”.

“El trabajo –añadió el Papa– da la capacidad de mantenerse a uno mismo, a la propia familia, de contribuir al crecimiento de la propia nación. Y aquí pienso en las dificultades que en varios países encuentra hoy el mundo del trabajo y de las empresas; pienso en todos, y no solo los jóvenes; en los que están en paro, muchas veces a causa de una concepción economicista de la sociedad que busca el beneficio egoísta, al margen de los parámetros de la justicia social”.

En la segunda parte de su discurso, Bergoglio (que conoció en su juventud las penurias de un mundo laboral precario) se refirió a lo que definió como “el trabajo esclavo, el trabajo que esclaviza. ¡Cuántas personas en el mundo son víctimas de este tipo de esclavitud en el que la persona sirve al trabajo, mientras debe ser el trabajo el que ofrezca un servicio a la persona, porque tenemos dignidad. Pido a los hermanos y hermanas de buena voluntad una opción decidida contra la trata de las personas, dentro de la que figura el ‘trabajo esclavo’”.

papa Francisco visita basílica de Santa María la Mayor con Santos Abri

En la basílica, junto al cardenal Santos Abril (izq.)

“La madre ayuda a los hijos”

No faltaron en el discurso de Francisco alusiones al inicio del mes de mayo, consagrado a María. Precisamente, a la Madre de Dios le rindió un especial homenaje el sábado 4, visitando la Basílica de Santa María la Mayor, el más antiguo templo de Occidente dedicado a la Virgen, como recordó en su saludo el cardenal arcipreste, el español Santos Abril y Castelló.

“Le agradezco –le respondió el Papa– al hermano y amigo una amistad que nació en aquel país del final del mundo”. Y es que Abril fue nuncio apostólico en Buenos Aires cuando Bergoglio era arzobispo.

Ya en su alocución, pronunciada junto al icono milenario de la Salus Populi Romani, dijo a los que le escuchaban: “Una madre piensa en la salud de los hijos, educándolos para afrontar las dificultades de la vida. No se educa, no se cura la salud evitando los problemas, como si la vida fuese una autopista sin obstáculos. La madre ayuda a los hijos a mirar con realismo los problemas de la vida y a no perderse en ellos, sino a afrontarlos con valentía, a no ser débiles, a saberlos superar en un sano equilibrio que la madre ‘siente’ entre los ámbitos de seguridad y las zonas de riesgo”.

Refiriéndose un poco más adelante a la libertad del hombre, afirmó: “Libertad no es hacer todo lo que uno quiere, dejarse dominar por las pasiones, pasar de una experiencia a otra sin discernimiento, seguir las modas de los tiempos; libertad no significa, por así decirlo, tirar por la ventana todo lo que no nos gusta. La libertad se nos ha dado para que sepamos hacer buenas opciones en la vida. María, como buena madre, nos educa a ser, como Ella, capaces de acometer opciones definitivas; opciones definitivas en estos momentos en que reina, por decirlo así, la filosofía de lo provisional”.

papa Francisco con Simón Peres, presidente de Israel

Francisco, con el presidente israelí Simón Peres

Invitación a Tierra Santa

De las audiencias “políticas” que el Papa ha mantenido esta semana, sin hacer de menos al presidente del Líbano, Michel Sleiman, y al de la Confederación Helvética, Ueli Maurer, la de mayor significado fue la concedida al presidente del Estado de Israel, Simón Peres, que ha venido a Italia para recibir en Asís la “ciudadanía de honor” de la ciudad del poverello.

Peres invitó a Francisco a visitar Tierra Santa. Y aunque el portavoz Lombardi aseguró que “al Santo Padre le encantaría ir”, confirmó que no hay planes concretos de viajes (salvo a Río de Janeiro, para la Jornada Mundial de la Juventud, cuyo programa ya está disponible en nuestra web).

Está también en curso la invitación del patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, para encontrarse con él en Jerusalén en 2014, cuando se cumplan cincuenta años del histórico abrazo entre Atenágoras y Pablo VI.

  • OPINIÓN: Zapatos, por Antonio Pelayo

En el nº 2.847 de Vida Nueva.

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