La Iglesia paraguaya llama a una democracia participativa

Horacio Cartes y Juan Afara, presidente y vicepresidente de Paraguay

Nota episcopal tras el triunfo de Horacio Cartes en las presidenciales

Horacio Cartes y Juan Afara, presidente y vicepresidente de Paraguay

El presidente electo Horacio Cartes (dcha.) y el vicepresidente Juan Afara

J. L. CELADA | Los obispos paraguayos, recogiendo el espíritu y el pensamiento del Documento de Aparecida, han recordado a sus políticos que “no basta una democracia puramente formal, fundada en la limpieza de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y auténticamente representativa, según nuestra Constitución Nacional, basada en la promoción y respeto de los derechos humanos”. “Una democracia sin valores –advierten– se vuelve fácilmente una dictadura y termina traicionando al pueblo” (cfr. DA, 74).

Así se ha manifestado la Secretaría General de la Conferencia Episcopal Paraguaya en un breve comunicado dado a conocer tras las elecciones presidenciales celebradas el pasado 21 de abril, en el que felicita a la ciudadanía por su “activa y masiva participación” en lo que califican de “una fiesta del civismo”.

Ese día, con un 70% de participación –lo que, según los prelados, “confiere a las autoridades electas la importante y necesaria legitimidad para el ejercicio del poder público al servicio del bien común de la sociedad”–, los paraguayos que acudieron a las urnas depositaron su confianza en el empresario Horacio Cartes, que obtuvo el 45,8% de los votos. El candidato del Partido Colorado, que recupera así el poder tras los años de mandato de Fernando Lugo (2008-2012), se impuso a Efraín Alegre (36,94% de los votos), del Partido Liberal.

El Episcopado aprovecha su nota para felicitar a las autoridades recién elegidas (el presidente Cartes y el vicepresidente Juan Afara, así como senadores, diputados, gobernadores y miembros de las juntas departamentales) y les exhorta a “cumplir con responsabilidad sus funciones constitucionales”. Dado que “la ciudadanía cumplió cabalmente su derecho y la obligación de elegir y votar en vista a la construcción de una verdadera democracia según la Constitución Nacional (Art. 118)”, recuerdan los pastores, lo que ahora esperan de sus dirigentes es “que se cumplan las promesas electorales para no defraudar las expectativas ciudadanas”.

Finalmente, la jerarquía católica –remitiendo al Compendio de Doctrina Social de la Iglesia– reitera que Paraguay tiene ante sí un “desafío moral y cívico”: construir el Estado de derecho, en el que “es soberana la ley y no la voluntad arbitraria de los hombres”. “La convivencia cívica debe orientarse por los valores de la justicia, la verdad y la fraternidad ciudadana”, concluyen los obispos.

En el nº 2.846 de Vida Nueva.

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