Francisco apuesta por la colegialidad en su gobierno

papa saluda a un trabajdor del Vaticano

Ocho cardenales de los cinco continentes le aconsejarán en la reforma de la Curia

ocho cardenales nombrados por papa Francisco para ayudarle a reformar la Curia

Quién es quién en el grupo de cardenales que ayudará al Papa a reformar la Curia

ANTONIO PELAYO. ROMA | La “fuga” apareció el sábado 13 de abril en la primera página del diario La Repubblica. Uno de sus vaticanistas, Paolo Rodari, aseguraba que el papa Francisco había comunicado a alguno de los obispos de la Toscana que estaba recibiendo en visita ad limina su intención de crear un grupo de cardenales para asesorarle en el gobierno de la Iglesia universal. Se trataba, según el periódico, de un “directorio de cinco cardenales en el vértice de la Iglesia; la revolución de Francisco”.

Esa misma mañana, algunos informadores recibimos un mensaje de la Sala de Prensa de la Santa Sede invitándonos a una “comunicación importante” del padre Federico Lombardi. En realidad, fuimos muy pocos los que respondimos a la invitación. El portavoz vaticano nos leyó en primer lugar el siguiente comunicado de la Secretaría de Estado: “El Santo Padre, aceptando una sugerencia presentada en el curso de las congregaciones generales anteriores al cónclave, ha constituido un grupo de cardenales para aconsejarle en el gobierno de la Iglesia universal y para estudiar un proyecto de revisión de la constitución apostólica Pastor Bonus sobre la Curia romana”.

“El grupo –sigue el comunicado– lo constituyen: cardenal Giuseppe Bertello, presidente del Gobierno de la Ciudad del Vaticano; cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago de Chile; cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay (India); cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich (Alemania); cardenal Laurent Monsengwo, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo); cardenal Sean P. O’Malley, arzobispo de Boston (Estados Unidos); cardenal George Pell, arzobispo de Sydney (Australia); cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), con funciones de coordinador; monseñor Marcello Semeraro, obispo de Albano (Italia), como secretario. La primera reunión colectiva del grupo ha sido fijada para los días 1 al 3 de octubre de 2013. Su Santidad, sin embargo, está ya en contacto con los mencionados cardenales”.mujer negra abraza al papa Francisco

Estructura horizontal y abierta

El padre Lombardi hizo las siguientes precisiones: la lista es por orden alfabético y, por lo tanto, no implica ningún tipo de jerarquía, por lo que todos los cardenales miembros tienen idéntico nivel; se trata de un “grupo” y no de un “consejo” o “comisión”, con lo que no es una estructura de gobierno, sino que adopta una forma más flexible de existencia; se le ha querido dar una representatividad universal, puesto que están presentes los cinco continentes (América se hace presente con tres purpurados provenientes del norte, del centro y del sur del continente); la Secretaría de Estado y los diversos organismos de la Curia conservan todas sus actuales prerrogativas y funciones de ayuda al Papa en el gobierno “día a día” de la Iglesia.

Quedan, desde luego, muchas cosas por definir: el ritmo y calendario de sus reuniones, métodos de trabajo, transcendencia de sus consejos, etc. De momento, habrá que esperar a octubre.

Resulta evidente, sin embargo, que estamos ante el germen de una reforma de no poca importancia. En un artículo del Il Corriere della Sera, el historiador Alberto Melloni la considera como “el paso más importante en la historia de la Iglesia de los diez últimos siglos y en los cincuenta años de recepción del Vaticano II”, y lo define como un “sínodo de comunión”.

Los ocho cardenales y el obispo secretario han participado en diversas asambleas sinodales, siendo testigos directos de las limitaciones de una institución querida por Pablo VI para impulsar la colegialidad, pero que se ha quedado a medio camino (Bergoglio fue relator en el Sínodo del 2001 y Semeraro secretario del mismo).

Los objetivos indicados son dos: aconsejar al Papa en el gobierno de la Iglesia y preparar una reforma de la Pastor Bonus, es decir, de la Curia romana. Dicha constitución fue aprobada por Juan Pablo II el 28 de junio de 1988 y consta de 193 artículos; era una relectura de la Regimini Ecclesiae Universae, con la que Pablo VI dio el 15 de agosto de 1967 una nueva fisonomía a la Curia, a la vista de las decisiones conciliares.

Hoy reina la convicción de que la Curia necesita una reforma profunda, no solo de sus dirigentes y componentes, sino, sobre todo, de sus estructuras y de su funcionamiento. Invocando la autoridad del Papa, no puede dar a los obispos órdenes que estos tuvieran que aceptar sin rechistar. No será una tarea fácil, pero resulta indispensable y Francisco parece dispuesto a llevarla a cabo.papa Francisco saluda a un trabajador del Vaticano

Otra cuestión ligada a esta reforma es el futuro de la Secretaría de Estado (en la que actualmente trabajan unas 300 personas…) y su papel dentro del gobierno de la Iglesia universal. También aquí han surgido interrogantes sobre su hipertrofiada estructura y, desde luego, se considera inaplazable el relevo del cardenal Bertone a más o menos corto plazo; muchos indican el próximo verano como el momento más indicado para el cambio, y siguen abiertas todas las quinielas de posibles candidatos.

“Benedicto XVI no tiene ninguna enfermedad”

En otro orden de cosas, el 16 de abril, el papa emérito, Benedicto XVI, cumplió 86 años en su retiro provisional de Castel Gandolfo. Por la mañana, antes de iniciar su misa en la capilla de la Casa de Santa Marta, Francisco tuvo un recuerdo para él y, en el curso de la jornada, mantuvo una cordial conversación con su predecesor, de cuya salud se mantiene informado cotidianamente.

El tema de la salud de Joseph Ratzinger motivó una dura intervención de Lombardi, que se vio obligado a desmentir a nuestra colega Paloma Gómez Borrero, quien afirmó en Madrid que “Benedicto XVI tiene algo muy grave”. A la agencia católica de noticias norteamericana CNA, el sabio jesuita aseguró que “el Papa emérito no tiene ninguna enfermedad específica y así lo aseguran sus médicos; afirmar que está enfermo es una locura y carece de toda base; sus problemas de salud están ligados a su edad”.

Ajeno a esta polémica, Ratzinger pasó el día de su cumpleaños en compañía de su hermano Georg –89 años– y de su fiel secretario Gänswein, que cada día hace el recorrido Castel Gandolfo-Roma para cumplir con sus obligaciones diarias de prefecto de la Casa Pontificia.

papa Francisco en la Basílica de San Pablo Extramuros 15 de abril 2013

En la Basílica de San Pablo Extramuros, el 15 de abril

Misa en San Pablo Extramuros

Al igual que lo fuera la de San Juan de Letrán la semana anterior, la Basílica de San Pablo Extramuros fue también visitada por el Papa el domingo 14 de abril. Una vez más, el pueblo romano y muchos peregrinos se dieron cita en el inmenso templo, donde se conservan las reliquias del Apóstol de los gentiles, para asistir a la eucaristía que Bergoglio celebró a media tarde.

En su homilía, el Papa recordó que, para ser creíble, la Iglesia tiene que mostrar coherencia “entre la palabra y el modo de vivir”, abandonando los ídolos de la ambición, del hacer carrera, del éxito: “Están los santos de todos los días, los santos ‘escondidos’, una especie de ‘clase media de la santidad’, como decía un escritor francés; esa clase media de la santidad de la que todos podemos formar parte”.

Con las religiosas de EE.UU.

Finalmente, el lunes 15 de abril, Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, mantuvo una reunión con la Presidencia de la Conferencia de Superioras Religiosas de los Estados Unidos (LCWR), acompañas por el obispo de Seattle, Peter Sartain, a quien la Santa Sede había encomendado valorar las posiciones de este colectivo que tanta inquietud ha suscitado en Roma, hasta el punto de someterlo a una intervención para su revisión doctrinal.

El posterior comunicado vaticano fue sobrio en sus expresiones, pero informó de que el Papa comparte la “valoración” que se hizo de la citada Presidencia y las reformas que se van a introducir en la misma. Parece entreverse alguna ramita de olivo en este espinoso asunto.

  • OPINIÓN: El IOR, por Antonio Pelayo

En el nº 2.844 de Vida Nueva.

 

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