Editorial

La apuesta del papa Francisco por la Vida Consagrada

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papa Francisco y fray José Rodríguez Carballo audiencia privada 8 abril 2013

El Papa con Carballo en la audiencia privada el 8 de abril

EDITORIAL VIDA NUEVA | Uno de los primeros nombramientos realizados por el papa Francisco ha sido el del español José Rodríguez Carballo, hasta ahora ministro general de la Orden de los Frailes Menores Franciscanos (OFM), como nuevo secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, en sustitución del redentorista Tobin, designado recientemente arzobispo de Indianápolis. El nombramiento del nuevo secretario de este importante dicasterio romano ha tenido un eco positivo en la Vida Religiosa española, en donde cuenta con buenos apoyos.

Se trata de una elección que apoya la línea ya trazada por el cardenal prefecto, el brasileño João Braz de Aviz. El hecho de que el designado haya sido un franciscano es una apuesta del Papa por hacer de este dicasterio un lugar destacado para alentar a la Vida Religiosa en la Iglesia.

Tres claves asoman en el nombramiento. Es un paso que serena las aguas turbulentas en las relaciones de los religiosos con los obispos en algunas partes del mundo; por otro lado, no deja de ser un reconocimiento a la labor de la Vida Consagrada en todos los rincones en donde sirve, especialmente en las zonas de pobreza y marginación, como ya en su día hizo Benedicto XVI en los discursos que pronunció durante la visita ad limina de los obispos brasileños, en donde agradeció y elogió la labor de los religiosos. Y, por último, es un apoyo especial a España, en donde la Vida Consagrada ha venido sufriendo injustos juicios.

En los ultimos años, especialmente tras la intervención de Roma en las controversias suscitadas en los Estados Unidos, se venía echando en falta la restauración de puentes de diálogo entre las distintas congregaciones religiosas y los obispos locales.

La tarea de la renovación se hace
contando con todos, no solo con unos pocos;
con suavidad, no con desprecio; con valentía,
pero no con actitudes envalentonadas.

Un mayor diálogo y colaboración desde el carisma de cada una de ellas, sin la imposición arbitraria, sino desde la sana colaboración en aquellos lugares en los que los religiosos trabajan en la enseñanza, la sanidad, la promoción de la justicia y otros muchos campos de evangelización, como son las misiones y el desarrollo de los países del Tercer Mundo.

A su vez, se pide a los religiosos una mayor implicación eclesial, profundizando en la esencia de la Vida Religiosa, y resaltando su carácter más allá de la mera promoción social en su tarea. Urge también –y para ello el dicasterio romano ayudará– que la Vida Religiosa entre en la dinámica de su revovación interior, como tantas otras instituciones eclesiales.

El Papa reconoce con este nombramiento la labor de muchos religiosos. Él mismo, como jesuita, conoce de cerca el sentido y la vivencia de la misma Vida Religiosa, la necesidad de renovación interior, la urgencia de la eclesialidad sin perder su misión profética.

Por otra parte, que el nombramiento haya recaído en un español supone un guiño a nuestro país. Aquí, los religiosos y religiosas se han sentido en los últimos años dolidos por muchas actuaciones, declaraciones e intervenciones que los han llenado de tristeza, aún reconociendo las carencias de la Vida Religiosa hoy día. La tarea de la renovación se hace contando con todos, no solo con unos pocos; con suavidad, no con desprecio; con valentía, pero no con actitudes envalentonadas.

En el nº 2.843 de Vida Nueva. Del 13 al 19 de abril de 2013.

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