‘La soledad de los números primos’: cicatrices gemelas

La soledad de los números primos, película cine

La soledad de los números primos, película cine

J. L. CELADA | En 2008, Paolo Giordano, un joven físico turinés de 25 años, irrumpió en el panorama literario transalpino desbordando cualquier previsión: doce meses le bastaron a su primera novela, La soledad de los números primos, para vender más de un millón de ejemplares en Italia, antes de ser traducida hasta en cuarenta países. Ahora, tras aplazamientos y retrasos varios, llega a España la adaptación al celuloide de este fenómeno editorial, aunque todo apunta a que el éxito del original escrito no se repetirá en la gran pantalla.
A
yudado por el propio autor, Saverio Costanzo se ha embarcado en la ardua tarea de traducir a imágenes una historia cuya estructura narrativa y densidad dramática difícilmente se pueden despachar con unos cuantos flash-backs y una combinación de músicas (clásica, pop, de sintetizador…) y silencio tan bienintencionada como inútil y cargante.

En su empeño por trasladar al lenguaje cinematográfico –con sus recursos y/o peajes audiovisuales– la obra de Giordano, el director ha acabado relegando a un segundo plano lo más valioso del proyecto: el texto de su compatriota.

Los protagonistas del relato son dos seres solitarios e incomprendidos (“números primos”, en terminología matemática), marcados por las dolorosas cicatrices físicas y psíquicas del pasado, que entrecruzan sus destinos casi gemelos a lo largo de dos décadas, durante el sinuoso tránsito de la infancia a la edad adulta.La soledad de los números primos, película cine

Un período que el realizador se empeña en ilustrar con múltiples idas y venidas del colegio al instituto y de aquí a la universidad (o al primer trabajo), y viceversa, de tal modo que quien no haya leído el libro de Giordano tardará ¡una hora! en descifrar el origen de tanta desdicha acumulada.

La cámara de Costanzo se esfuerza en extraer de la vista gacha y esquiva de sus personajes principales todo el cúmulo de sentimientos y temores que alberga su corazón, pero con un pobre resultado. Esa angustia e infelicidad, instaladas ya para siempre en sus vidas después de los trágicos episodios sufridos siendo todavía unos críos, apenas conmueven al espectador, desconcertado ante una cinta sin alma y lastrada por una alarmante falta de ritmo.

Esta relectura filmada de La soledad de los números primos es la prueba concluyente de que no hay que “esperar a que se estrene la película” para descubrir un buen libro. La prosa limpia, directa y austera de Paolo Giordano, fiel reflejo de la frescura de su pluma y la frialdad de su mirada, vale mucho más que cualquier entrada. Por caro que esté el cine.

Y, sin que sirva de precedente, aquí va un consejo postrero: (re)lean esas bellas páginas. Se evitarán pasar por taquilla, con el consiguiente ahorro de tiempo y dinero.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: La solitudine dei numeri primi.

DIRECCIÓN: Saverio Costanzo.

GUIÓN: Saverio Costanzo y Paolo Giordano, sobre la novela homónima de este último.

FOTOGRAFÍA: Fabio Cianchetti.

MÚSICA: Mike Patton.

PRODUCCIÓN: Mario Gianan.

INTÉRPRETES: Alba Rohrwacher, Luca Marinelli, Arianna Nastro, Vittorio Lomartire, Martina Albano, Tommaso Neri, Isabella Rossellini, Roberto Sbaratto, Maurizio Donadoni, Giorgia Senesi, Aurora Ruffino.

En el nº 2.842 de Vida Nueva.

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