El futuro de Venezuela

venezolanos en la calle despiden cadáver de Hugo Chávez

BALTAZAR E. PORRAS CARDOZO, arzobispo Metropolitano de Mérida | No pretendo hacer un análisis sociopolítico, pero sí intentar, como pastor, una lectura desde la fe. La muerte del presidente Hugo Chávez abre una incógnita para el futuro de Venezuela. Han sido 14 años de liderazgo carismático, populista, excluyente, de fusión emotiva líder-pueblo, arropado por una lectura que pretende antecedentes épicos donde hubo derrotas, delitos e inhumanidades, y por una utopía mesiánica.

El primer legado que deja es una polarización inédita, profunda, para muchos dicotómica, del país: dos mitades con dos actitudes, visiones y prácticas antagónicas de la realidad, al menos sociopolítica, con poco espacio concreto para alternativas.

Para unos, no ha habido en nuestra historia otro líder, después de Bolívar, que haya entusiasmado tanto a las masas: por su cercanía y oferta de mejoras y protagonismo de la gente, y, por ende, aureola del mejor gobernante. En los últimos años, y más en los últimos meses de su enfermedad, su figura ha sido representada –más en ausencia que por presencia– como un semidiós, un demiurgo que trasciende los umbrales de la muerte, pues se pretende que siga vivo, en una urna de cristal, expuesto para siempre, pero, sobre todo, vivo en la actuación de todos, pues “todos somos Chávez; yo soy Chávez”.

Para otros, ha sido el peor gobierno, el más despilfarrador y corrupto, que a pesar de los mayores recursos en nuestra historia, deja al país sumido en una crisis económica de dimensiones impredecibles. Pero, sobre todo, inmerso en una inseguridad vital y cotidiana, fruto de la violencia incontrolable, sembrada en gran medida por un discurso y una praxis jurídica, política y militar reiteradamente excluyentes.

Nuevas elecciones

Se avecinan nuevas elecciones en condiciones legales, institucionales y logísticas muy desiguales para gobierno y oposición. Los funerales del presidente fallecido están siendo una preciosa plataforma de lanzamiento de su ungido, el presidente encargado, tras un proceso de gran controversia en cuanto a su legalidad jurídica, su legitimidad política, su eticidad básica.

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En el nº 2.840 de Vida Nueva.

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