Un mundo más cerca de Dios

ANTÓNIO MARUJO, corresponsal de Vida Nueva en Lisboa |

Del nuevo papa espero lo que espero de la Iglesia del Vaticano II: las bases establecidas en el Evangelio y la Biblia, una mirada de bondad y compasión hacia el mundo entero, una comunidad de creyentes donde todos son iguales en dignidad, y la capacidad de abrirse a las otras Iglesias cristianas y las diferentes religiones.

Estas actitudes tienen consecuencias. En los Evangelios y en la Biblia percibimos a un Dios que tiene un plan de felicidad para la gente y que no condena con códigos morales. Más bien, Dios creó al hombre “a su imagen y semejanza”, y “hombre y mujer los creó”; por lo que pienso que el nuevo papa se deberá ocupar principalmente de lo que puede ayudar a la gente a estar más cerca de ese proyecto de Dios, y menos de las reglas morales que han alejado a mucha gente de la Iglesia católica.

Un mundo y una Iglesia
más cercanos a Dios.
¿Qué otro proyecto podría desear
un nuevo papa?.

El fundamento bíblico de la acción y la vida eclesial también ayudará a entender que las primeras comunidades cristianas incluían mujeres en puestos de responsabilidad y liderazgo. El papel de la mujer dentro de la comunidad, por tanto, deberá ser discutido y tomado en cuenta de otra manera.

Como deberán ser debatidas (y modificadas) otras cuestiones en el ámbito de la disciplina (el celibato, por ejemplo) o la estructura eclesiástica (reforma de la Curia, mayor participación de la comunidad en la elección de obispos, papel más decisivo de los sínodos de obispos y de las conferencias episcopales…).

En el diálogo con la cultura, las Iglesias y las diferentes religiones, el nuevo papa tendrá que profundizar también en los caminos abiertos por el Vaticano II: más diálogo con la cultura contemporánea y las artes; pasos más largos en la senda ecuménica –no para llegar a una Iglesia única, sino para dar un testimonio común de lo esencial en la diversidad y en el pluralismo de la organización–; y procesos de diálogo con las otras religiones que sean el embrión de un mundo más justo, solidario y pacífico.

Un mundo y una Iglesia más cercanos a Dios. ¿Qué otro proyecto podría desear un nuevo papa?

En el nº 2.839 de Vida Nueva.

 

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: PREPARANDO EL CÓNCLAVE

 

ESPECIAL WEB: CÓNCLAVE 2013

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