La fuerza de la coherencia

papa Benedicto XVI con mitra y báculo

papa Benedicto XVI con mitra y báculo

DIEGO M. MOLINA, SJ, rector de la Facultad de Teología de Granada | La renuncia de Benedicto XVI pone de manifiesto una actitud que le ha acompañado en las diversas facetas a las que ha dedicado su vida, y es la coherencia con la que ha vivido tanto su trabajo intelectual como su dedicación a la Iglesia en los diversos servicios que se le han pedido.

Aun dentro de la evolución normal de todo pensamiento, con el paso del tiempo se descubren en él ciertos temas que son recurrentes y, aun dentro de la diversidad de actuaciones que supone el ejercicio de diversas funciones, aparecen ciertas conductas como permanentes.

El Papa que se nos va ha defendido siempre el valor de la verdad, algo que “no es una cuestión de la mayoría”, sino que se encuentra manifestada totalmente en la revelación acontecida en Jesucristo. Esta verdad no es algo que haya de ser únicamente pensado, sino que tiene que conformar toda la vida del cristiano y de la Iglesia. La llamada a la conversión personal y a la reforma de la Iglesia recibe así una gran importancia, porque nunca estaremos a la altura de esa verdad que queremos vivir y proclamar.

¿Qué es su renuncia sino
la aceptación de la fragilidad humana,
unida a una búsqueda de lo mejor para la Iglesia,
basada en una inmensa confianza en que Dios va haciendo historia?

Benedicto XVI ha sabido distinguir claramente entre la palabra de la Verdad y la suya propia, y no ha querido imponer reflexiones teológicas propias como palabra magisterial (basta leer el prólogo de su obra Jesús de Nazaret); este Papa ha sabido proclamar las exigencias que para la vida personal tiene dicha Verdad, lo cual le llevó a tomar duras medidas contra los que objetivamente no estuvieron a la altura de dicha vida cristiana (entiéndase su manera de reaccionar ante el tema de los abusos realizados por clérigos); Y este Papa ha dado a todos un ejemplo, tanto en lo que respecta a la conversión personal como en lo referente a la reforma de la Iglesia, con su decisión de renunciar a la sede de Pedro.

Porque ¿qué es su renuncia sino la aceptación de la fragilidad humana, unida a una búsqueda de lo mejor para la Iglesia, basada en una inmensa confianza en que Dios va haciendo historia en una Iglesia necesitada de personas que sean capaces de renunciar para producir algo nuevo?

En el nº 2.838 de Vida Nueva.

 

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: BALANCE DE UN PONTIFICADO

 

ESPECIAL WEB: BENEDICTO XVI RENUNCIA

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