España, una segunda patria para Benedicto XVI

plaza Cibeles Madrid JMJ agosto 2011

Junto a su Alemania natal, ha sido el país más visitado del pontificado

plaza Cibeles Madrid JMJ agosto 2011

La Plaza de Cibeles, en la JMJ 2011 Madrid

FRAN OTERO | “Dejo España contento y agradecido a todos. Pero sobre todo a Dios, que me ha permitido celebrar esta Jornada tan llena de gracia y de emoción, tan cargada de dinamismo y esperanza”. Estas son las últimas palabras que Benedicto XVI pronunció en territorio español, después de haber presidido en Madrid los actos centrales de la Jornada Mundial de la Juventud 2011 (18-21 de agosto), el más largo e importante de sus tres viajes a España, país más visitado por el Papa junto con su Alemania natal.

El culmen de una relación que comenzó en Valencia, en 2006, con el V Encuentro Mundial de las Familias y tuvo paradas en Santiago de Compostela y Barcelona en 2010.

papa Benedicto XVI abraza al Apóstol Santiago en Compostela 2010

Abrazo al Apóstol en 2010

Sigamos por el final, porque en Madrid se vivió una JMJ de éxitos y récords, un gran testimonio de fe de los jóvenes católicos acompañados por el Papa. Son muchas las fotografías ya emblemáticas que nos quedan de aquel acontecimiento, así como muchas las palabras del Pontífice.

Quién no recuerda la entrada de Benedicto XVI por la Puerta de Alcalá, la bienvenida en la Plaza de Cibeles, sus encuentros en El Escorial, en la Catedral de la Almudena, su visita a la Fundación Instituto San José, el Vía Crucis por los paseos de Recoletos y del Prado o aquella furibunda tormenta de verano en Cuatro Vientos que no impidió la oración y el recogimiento, aunque sí que la celebración se desarrollase con normalidad.

También permanecen, como herencia del Papa Ratzinger, sus palabras a los jóvenes procedentes de todos los rincones del mundo. A ellos invitó a ser, arraigados en Cristo, “alternativa válida” en la sociedad de hoy, “a tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos”.

También les animó a no tener miedo al mundo, ni al futuro ni a la debilidad, y les recordó la necesidad de testimoniar la fe recibida. Así lo expresaba en la mañana del 21 de agosto de 2011 en Cuatro Vientos: “No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe. El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente de Dios”.

Sus palabras también se dirigieron a religiosas, seminaristas y profesores universitarios en concreto. Un mensaje específico y concreto a quienes tienen una misión importante en la Iglesia hoy. A las primeras, pidió radicalidad evangélica; a los segundos, valentía y autenticidad; y a los últimos, que sean “auténticos maestros, personas abiertas a la verdad total”.

España, una segunda patria para Benedicto XVI, íntegro solo para suscriptores.

En el nº 2.838 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: BALANCE DE UN PONTIFICADO

Compartir