ENRIQUE MEJÍAS RIVERO | Hace tres semanas comentábamos aquí el CD Aunque todos… ¡nosotras no!, de las Carmelitas Descalzas de Valladolid. Nuevamente, volvemos a hablar de ellas, porque acaban de presentar un nuevo trabajo, esta vez en un estilo más intimista, que invita al recogimiento, la oración y la meditación.
Canciones inspiradas en la Sagrada Escritura, la oración de la comunidad y la Madre Olga María –compositora de la gran mayoría de letras y música–, que quieren ser un medio de preparación en esta Cuaresma, hacia una meta: la Pascua. Cantos que han de escucharse pausadamente, para ir meditando la Pasión de Jesús, una Pasión de amor que, en palabras de las hermanas, ha de contemplarse “desde Su corazón”.
Siempre con Él –título de este segundo disco– cuenta también con una serie de meditaciones, imprescindibles para entender el recorrido apasionante que nos descubre el gran amor de Dios por la humanidad. Tras una primera meditación que nos muestra el dolor de Jesús en su corazón, Traición del amigo llega con una melodía en voz solista y un austero acompañamiento: es la voz de Quien ha amado hasta el extremo, es Su pregunta ante el abandono del hombre.
El silencio musical de Improperios se convierte en silencio del pueblo que calla ante aquel “Pueblo mío, ¿en qué te he ofendido?”.
Uno de los cantos más conmovedores es Adoraré –presente en el anterior disco–, esta vez con una exquisita orquestación, donde se van sumando las voces de las hermanas: es la unión de una comunidad que muestra el amor a su Señor.
El último canto es una interpretación del Diario de María, del reconocido cantautor católico Martín Valverde, donde Ella es modelo de fidelidad y entrega.
En el nº 2.837 de Vida Nueva.
