Portavoz de la Santa Sede: “La dimisión del Papa nos ha cogido un poco por sorpresa”

Federico Lombardi ante los medios tras conocerse la dimisión del Papa

Rueda de prensa del P. Federico Lombardi ante los medios

Federico Lombardi ante los medios tras conocerse la dimisión del Papa

Lombardi, esta mañana ante los periodistas

M. GÓMEZ | Al poco de conocerse la noticia de la renuncia de Benedicto XVI, la Oficina de Prensa de la Santa Sede convocó una rueda de prensa. Ante una abarrotada sala, el portavoz Federico Lombardi ha respondido a muchos de los interrogantes a propósito de la decisión del Papa y algunas de sus consecuencias más inmediatas.

Lombardi ha asegurado que el anuncio “nos ha cogido un poco por sorpresa en un día, además, en que es festivo en el Vaticano. De modo que hemos tenido poco tiempo para organizarnos en esta situación tan importante”.

Se ha referido al momento escogido por Benedicto XVI como una ocasión “particularmente significativa, con el colegio de cardenales reunidos que está aquí en Roma” y que participaban en el Consistorio ordinario público para algunas causas de canonización, para dar anunciar algo tan importante.

Y ha subrayado que se trata de “una decisión personal, profunda, tomada en un clima de oración ante el Señor de quien ha recibido la misión que está desarrollando. Y llegó a la certeza de que sus fuerzas, a causa de la edad avanzada, ya no son aptas para ejercer de modo adecuado el ministerio petrino. Este es el motivo fundamental de la decisión”, confirma Lombardi sobre lo ya dicho por el propio Papa.

Libertad y manifestación pública

Sobre la frase del Pontífice “Muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”, Lombardi opina que es “la declaración, digamos formal, desde el punto de vista jurídico, importante. Porque en el Código de Derecho Canónico, en el canon 332, parágrafo 2 se lee: ‘En el caso de que el romano pontífice renuncie a su oficio, se requiere para la validez, que la renuncia sea hecha libremente y que sea debidamente manifestada. No se requiere, en cambio, que alguien la acepte’.

Así, hay dos puntos fundamentales: “La libertad y la debida manifestación pública”.

Adelantado en ‘Luz del mundo’

Durante la comparecencia ante los periodistas, Lombardi ha recordado la coherencia que la decisión de Benedicto XVI guarda con las declaraciones realizadas a Peter Seewald y recogidas en el libro-entrevista Luz del mundo.

Entonces, Seewald hacía dos preguntas concretas a propósito de una hipotética dimisión, sobre si, dadas algunas situaciones difíciles a las que Ratzinger ha tenido que enfrentarse durante su pontificado, especialmente el escándalo de los abusos sexuales, había pensado en renunciar.

La respuesta de Benedicto XVI fue: “Cuando el peligro es grande no se puede escapar, he aquí por qué este, seguramente, no es el momento de dimitirse (…). Es precisamente en momentos como éste en que es necesario resistir y superar, la situación difícil. Este es mi pensamiento. Se puede dimitir en un momento de serenidad, o cuando sencillamente no es posible continuar, pero no se puede escapar en el momento del peligro y decir “que se ocupe otro de esto”.

En la segunda pregunta, Seewal planteaba: “¿Se puede imaginar una situación en la cual usted considere oportuno que el Papa dimita?”. Y la contestación fue: “Sí, cuando un Papa llega a la clara conciencia de no ser más capaz física, mental y espiritualmente de desarrollar el cargo que le ha sido encomendado, entonces tiene el derecho, y en algunas circunstancias también el deber, de dimitirse”.

Período de sede vacante

La dimisión del Papa se hará efectiva a partir de las 20:00 h. (hora de Roma) del jueves 28 de febrero, y a partir de entonces comenzará el período de sede vacante, que está regulada en el Código de Derecho Canónico y en la Constitución Apostólica Universi dominici gregis, sobre la sede apostólica vacante de Juan Pablo II.

En ese primer momento, Ratzinger se trasladará a las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, y posteriormente, cuando terminen los trabajos de reestructuración, se irá al monasterio de las religiosas de clausura en la colina vaticana.

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