Reino Unido abre la puerta a bodas homosexuales en templos

M. Á. MALAVIA | Tras una polémica votación en el Parlamento, el pasado 5 de febrero, se aprobó el matrimonio homosexual en el Reino Unido. Aunque aún deberá superar una serie de trámites legales que posiblemente no culminarían hasta el año que viene, lo cierto es que parece inamovible el proyecto de ley impulsado personalmente por el primer ministro, el conservador David Cameron.

Algo que, por cierto, ha causado una fuerte división en su propio partido. Así, pese a que la iniciativa contó con el apoyo de 400 diputados frente a 175, la gran mayoría de los sufragios en contra salieron de la misma formación tory, que se dividió casi al 50%.

A diferencia de otros países europeos, como España o Francia (en la misma situación que en el caso inglés, con la ley aprobada por el Parlamento pero pendiente de su ratificación definitiva), en el Reino Unido se incluye la posibilidad de que los matrimonios homosexuales puedan celebrarse en templos religiosos. Eso sí, como aclaró el propio Cameron, “si hay una iglesia, sinagoga o mezquita que no quiera bodas gais, no se le podrá forzar a hacerlo”.

Mientras, la Iglesia anglicana, la oficial en el país, ha mostrado su rechazo al matrimonio gay por boca de quien, desde el día 4, es su nuevo primado, Justin Welby. El sucesor de Rowan Williams como arzobispo de Canterbury, aunque partidario personal de las uniones civiles entre homosexuales, ha dejado claro que los anglicanos no apoyan que estas se conviertan en un sacramento.

Por parte de la Iglesia católica, semanas antes de la aprobación parlamentaria, ya se hizo pública una carta firmada por un millar de sacerdotes, abades y obispos en la que mostraban su “temor” a que esta iniciativa legislativa acabara derivando en una “presión” para que también sus templos alberguen bodas gais.

En el nº 2.835 de Vida Nueva.

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