La Vida Consagrada, llamada a ser “signo de contradicción”

religiosas durante la celebración Jornada Mundial Vida Consagrada 2013 con el Papa

El Papa alaba el testimonio de su “alegría” en “la sociedad de la eficiencia y el éxito”


ANTONIO PELAYO. ROMA | Semana repleta de conferencias de prensa en el Vaticano; más o menos interesantes según los diferentes puntos de vista. El mío es que, en no pocos casos, son una pérdida de tiempo.

El 1 de febrero tocaba el turno a la presentación del mensaje de Benedicto XVI para la Cuaresma de 2013. Un texto breve, pero enjundioso, sobre el tema Creer en la caridad suscita caridad. Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él” (1 Jn 4, 16).

Lo presentaron los responsables del Pontificio Consejo Cor Unum, que preside el cardenal Robert Sarah, al que acompañaban el secretario y el subsecretario del dicasterio, Giampietro Dal Toso y Segundo Tejado, respectivamente. Hablaron todos.

En pleno Año de la fe, el mensaje, lógicamente, se centra en la relación entre fe y caridad, virtudes que –afirma el Papa– “nunca podemos separar e incluso oponer. Estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas, por lo que es equivocado ver en ellas un contraste o una dialéctica”.

Un poco más adelante, Joseph Ratzinger ha encontrado esta fórmula feliz para expresarlo plásticamente: “La existencia cristiana consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios, para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de este, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios”.

Aludiendo a los personajes evangélicos de Marta y María, las hermanas de Lázaro, el Pontífice concluye que “la prioridad corresponde siempre a la relación con Dios y el verdadero compartir evangélico debe estar arraigado en la fe”.

Para disipar el activismo moralista, pero también el fideísmo, el Santo Padre nos recuerda, al comienzo de la Cuaresma, que “una fe sin obras es como un árbol sin frutos. Estas dos virtudes se necesitan recíprocamente. (…) La relación entre estas dos virtudes es análoga a la que existe entre dos sacramentos fundamentales de la Iglesia: el Bautismo y la Eucaristía. El Bautismo precede a la Eucaristía, pero está orientado a ella, que constituye la plenitud del camino cristiano”.


Jornada del Enfermo

Por otro lado, la XXI Jornada Mundial del Enfermo (que es el día 11, y que fue presentada en el Vaticano el 29 de enero) se celebrará este año en Altötting (Alemania), un santuario muy ligado a la biografía espiritual del papa Ratzinger, que estará representado por el presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral Sanitaria, Zigmujnt Zimowski.

El lema de la Jornada es Anda y haz tú lo mismo. “Se trata –escribe el Papa, en su mensaje para esta celebración– de extraer del amor infinito de Dios, a través de una intensa relación con Él en la oración, la fuerza para vivir cada día como el buen samaritano, con una atención concreta hacia quien está herido en el cuerpo y en el espíritu, hacia quien pide ayuda, aunque sea un desconocido y no tenga recursos”.

Como conclusión, añade: “El Año de la fe constituye una ocasión propicia para intensificar la diaconía de la caridad en nuestras comunidades eclesiales, para ser cada uno un buen samaritano del otro, del que está a nuestro lado”. Entre los modelos de esta caridad activa, nos propone, entre otros, al apóstol de la lepra, Raoul Follereau, y a la beata Teresa de Calcuta.

Cultura de la familia

Tercera conferencia de prensa: la del Pontificio Consejo para la Familia, el lunes 4 de febrero, para presentar las actas del Encuentro Mundial de las Familias, que tuvo lugar en Milán del 30 de mayo al 2 de junio del pasado año. La voz cantante la llevó su presidente, Vincenzo Paglia.

Este arzobispo italiano, muy cercano a la Comunidad de San Egidio, tuvo una notable intervención. “El ideal que el hombre contemporáneo intenta alcanzar –dijo– es el de la autonomía individual, es decir, no depender de nadie. En efecto, hay un compromiso increíble para edificar una sociedad compuesta por individuos, separados unos de otros, donde el ‘yo’ prevalece sobre el ‘nosotros’, el individuo sobre la sociedad y, por lo tanto, los derechos del individuo sobre los de la familia. Esta carrera al individualismo está desenraizando la familia, así como otras formas de sociedad. Por esto, el desenraizamiento de la familia es el primer problema de la sociedad contemporánea, aunque pocos se den cuenta de ello, de modo que se continúan impulsando opciones políticas o legislativas que llevan a la sociedad al borde del abismo”.

Para dar un nuevo valor a la cultura de la familia, Paglia propone “liberar el matrimonio y la familia de lo que llamaría autosuficiencia de los propios sentimientos. No se pueden eliminar los límites asimilando la familia a cualquier forma de afecto. No basta quererse mucho para justificar el matrimonio. Hay que desenmascarar las opciones equivocadas, vestidas como racionales. Se considera, por ejemplo, que es imposible pensar en la fidelidad matrimonial ‘para siempre’. Me pregunto: ¿por qué se puede hablar de for ever [para siempre] respecto a determinado equipo de fútbol y no respecto a la propia mujer o al marido?”.

“Nos encontramos –concluyó– frente a un desafío trascendental: por una parte, están la fe y la razón, que nos dicen que ‘no es bueno que el hombre esté solo’; y, por otro, una cultura miope y engañosa que repite que ‘es bueno que el hombre esté solo’”.

Presentando el calendario de actividades del Pontificio Consejo, Paglia destacó los encuentros en Nueva York y Ginebra, en febrero y marzo de este año, respectivamente, para conmemorar el 20º aniversario de la proclamación por la ONU del Año Internacional de la Familia, y los 30 años de la Carta de Derechos de la Familia. Además, se dio a conocer que, los días 26 y 27 de octubre, tendrá lugar una Peregrinación Mundial de las Familias a la tumba de Pedro, con ocasión del Año de la fe.

religiosas durante la celebración Jornada Mundial Vida Consagrada 2013 con el Papa

Religiosas durante la celebración en la basílica vaticana

Celebración con los religiosos

En otro orden de cosas, y a diferencia de años anteriores, el Papa presidió el sábado 2 de febrero la concelebración organizada con motivo de la Jornada de la Vida Consagrada, a la que asistieron algunos miles de religiosos y, sobre todo, de religiosas.

A todos ellos, el Pontífice les exhortó, en primer lugar, a “alimentar la fe de modo que ilumine vuestra vocación”, y, en segundo lugar, a “saber reconocer la sabiduría de la debilidad. En las alegrías y aflicciones del tiempo presente, cuando la dureza y el peso de la cruz se hacen sentir, no dudéis de que la kenosis [el vaciamiento] de Cristo es ya victoria pascual. (…) En la sociedad de la eficiencia y del éxito, vuestra vida marcada por la ‘minoría’ y la debilidad de los pequeños, por la empatía con los que no tienen voz, se convierte en un evangélico signo de contradicción”.


Reuniones con Israel y Palestina

Más allá de mensajes y discursos, con la evidente intención de no alinearse unilateralmente en el intrincado conflicto israelo-palestino, la Santa Sede programó, una después de la otra, la reunión de la Comisión bilateral permanente con el Estado de Israel (en Jerusalén, el 29 de enero) y el encuentro bilateral con la Autoridad Nacional de Palestina (en Ramala, al día siguiente).

Pocas novedades en ambas citas, aunque en la primera se registraron “progresos significativos” y el mutuo deseo de “una rápida conclusión del acuerdo”. En la segunda, el deseo es que “se aceleren las negociaciones y se llegue a una rápida conclusión”.

Por parte vaticana, la máxima autoridad presente fue Ettore Balestrero, vicesecretario para las Relaciones con los Estados, mientras que la delegación israelí la presidía el viceministro de Asuntos Exteriores, Daniel Ayalon, experto en estas lides, y, por parte palestina, la presidencia corría a cargo del ministro de Asuntos Exteriores, Riad Al-Malki.


Finalmente, el 1 de febrero, Benedicto XVI concedió la ecclesiastica communio a Su Beatitud Louis Raphael I Sako, elegido nuevo patriarca de Babilonia de los Caldeos en el Sínodo que se celebró en Roma, el 28 de enero, bajo la presidencia del cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.

El nuevo patriarca sucede a Su Beatitud el cardenal Emmanuel III Delly, elegido en 2003. La gran mayoría de fieles de esta venerable y antiquísima Iglesia residen en Irak, y ha sufrido en los últimos años una encubierta persecución que ha obligado al exilio a una buena parte de ellos.

En el nº 2.835 de Vida Nueva.

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