El hogar donde los más pequeños aprenden lo que es el amor

La Casa del Redentor de Uganda acoge a niños abandonados por sus familias

Casa del Redentor en Uganda para niños abandonados

Texto y fotos: JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO | Como suele ser el caso en toda África, los lotuko de Sudán del Sur reciben con alegría el nacimiento de un niño. Excepto si se trata de una niña concebida por su madre algún tiempo después de que esta dejara de tener sus menstruaciones. Cuando ocurre esto, a la niña se le pone el nombre de “Akumu”, y su venida al mundo se considera como una maldición, fuente de constantes desgracias.

Este fue el caso de Betty Akumu, nacida en el poblado sur-sudanés de Isoke. Creció sin comprender por qué cada vez que alguien de su familia se ponía enfermo o sufría cualquier otro percance, ella recibía una soberana paliza o le negaban la comida.

Convertida en una paria por su propia familia, el único lugar donde encontró acogida y cariño fue en la comunidad que las hermanas del Sagrado Corazón tienen en Isoke, un remoto rincón entre montañas donde atienden un hospital y una escuela. Las religiosas intentaron en numerosas ocasiones hacer entrar en razón a sus padres y al resto de su familia, sin éxito.

Finalmente, cuando, hace dos años, Akumu fue expulsada de su hogar y empezó a vagar hambrienta por los caminos de Isoke, las monjas decidieron hacerse cargo de ella y la enviaron a la Casa del Redentor, un hogar de acogida para niños vulnerables regentado por su congregación y que se encuentra en Moyo (Uganda), muy cerca de la frontera con Sudán del Sur.Casa del Redentor en Uganda para niños abandonados

Betty Akumu tiene hoy 12 años y es una chica despierta y alegre que estudia quinto de Primaria; nadie pensaría que es una víctima que ha sufrido abusos desde el momento de su nacimiento. Sentada en el patio de la Casa del Redentor, mientras me cuenta su historia, es fácil ver que apunta maneras de líder, seguramente, como consecuencia de hacer de la necesidad virtud: junto a otras muchachas de su edad, se hace cargo de los más pequeños.

Más de 100 historias

En esta casa residen 124 niñas y niños, cada uno de los cuales tiene una historia muy similar. Como señala Benedicto XVI en su documento Africae Munus, en África hay un número alarmante de casos de niños que sufren un trato inhumano. Niños soldado, niñas acusadas de brujería, menores que viven en la calle, pequeños refugiados o que sufren abusos sexuales son algunos de los rostros de la marginación infantil en este continente.

La hermana Pasqua Binen, una mujer fuerte que comunica paciencia y alegría por los cuatro costados, entiende mucho de este tema. Lleva diez años de directora de la Casa del Redentor y es una madre para los niños que residen en ella.

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En el nº 2.834 de Vida Nueva.

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