Las Edades del Hombre: evangelización, arte y orgullo

presentación de Paisaje Interior, Edades del Hombre, Osma-Soria 2009

Cumplen 25 años, con diez millones de visitantes en 17 exposiciones

Presentación de Credo Edades del Hombre Arévalo Ávila mayo 2013

Presentación de ‘Credo’, la próxima edición de Las Edades, en mayo 2013, en Arévalo

Las Edades del Hombre: evangelización, arte y orgullo [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El sueño de José Velicia (Traspinedo, 1932-Valladolid, 1997) cumple 25 años. El sacerdote vallisoletano no concibió para Las Edades del Hombre un trayecto semejante de un cuarto de siglo, 17 exposiciones y casi diez millones de visitantes. Un éxito inusitado en los que ese proyecto de realzar, reivindicar y recuperar el numeroso patrimonio artístico de la Iglesia en Castilla y León se ha convertido en una “marca” que aúna evangelización, arte y territorio, pero ante todo en un proyecto cultural que desde aquella deslumbrante primera edición en Valladolid de 1988 ha marcado el camino de cómo mostrar, conservar y proteger el arte de la Iglesia, en el sentido indudable que nombra Olegario González de Cardedal: “Una fe sin belleza es una fe sin esperanza”.

El itinerario de Las Edades del Hombre es la historia misma de un descubrimiento vinculado a la “cultura de la conservación” del patrimonio artístico de la Iglesia. Ese es su principal mérito, entre tantos: el haberse convertido en el escaparate para concienciar del valor histórico, cultural y eclesiástico de numerosas piezas artísticas dispersas por las once diócesis de Castilla y León, a partir de lo cual ha labrado en la conciencia de sus visitantes, de las administraciones públicas y de la propia Iglesia el valor de lo que había heredado.

Thesaurus, la exposición que en 1985 organizó el sacerdote e historiador José Martí i Bonet en Barcelona del arte en las diócesis catalanas, encendió la imaginación de José Velicia, responsable de Doctrina Pastoral en la Diócesis de Valladolid, quién entrevió una serie expositiva que buscaba reclamar atención sobre un patrimonio que no solo estaba siendo víctima de expolios y compraventas, sino que exigía una restauración y una catalogación sistemática.

presentación de Paisaje Interior, Edades del Hombre, Osma-Soria 2009

Presentación de ‘Paisaje interior’, en Osma-Soria en 2009

Más en Castilla y León, que suma más la mitad de las obras de arte religioso en España. Había que empezar, sin embargo, con darle a ese arte sacro visibilidad.

El equipo de Velicia –Jiménez Lozano a cargo del guión expositivo, Pablo Puente en el diseño y Eloísa de Watemberg en el montaje– idearon aquella primera muestra de Valladolid con dos novedades. Por un lado, sin ataduras expositivas a cronologías ni estilos artísticos. “Contar una historia a través del arte y una historia cuyos protagonistas no fueran los estilos, ni las épocas, ni los autores, sino el hombre”, como escribió el propio Velicia.

De otro, un diseño y montaje que incorporaba la catedral como espacio expositivo, y eso suponía también no olvidar qué se exponía: obras que han servido y sirven para relacionarse con el misterio y con Dios.

“Lo verdaderamente revolucionario fue el concepto expositivo de aquella primera muestra en Valladolid en 1988. Como el impresionismo, rompió con todo lo anterior y empezó a decir cosas nuevas. Marcó un hito en la museística con una propuesta distinta, desconocida”, según José Ramos Domingo, sacerdote de la diócesis de Getafe y catedrático de Historia del Arte en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Salamanca, que ocupó la secretaría general de Las Edades del Hombre entre 2008 y 2011.

Expansión

Ese primer y desbordante éxito vallisoletano –más de un millón de visitantes y elogios de la crítica nacional e internacional– desbordó todas las previsiones y reafirmó la intención de Velicia de llevar Las Edades del Hombre, que en principio solo había sido el título de la exposición de la catedral pucelana dedicada a El arte en la Iglesia de Castilla y León, a las otras tres grandes catedrales castellano-leonesas.

Passio Edades del Hombre Medina del Campo y Medina de Rioseco 2011

‘Passio’, en Medina del Campo y Medina de Rioseco, en 2011

Fue el ciclo formidable de Burgos (1990) –Libros y documentos de la Iglesia de Castilla y León– y León (1991-92) –La Música en la Iglesia de Castilla y León–, que se culminó poco después en Salamanca (1993-94) con una muestra a modo de resumen que se tituló El contrapunto y su morada, y que tuvo una edición reducida en Amberes (1995).

Ese primer ciclo recibió más de cuatro millones de visitantes y descubrió el poder del turismo cultural y religioso en España. A nadie se le ocurrió que el proyecto, como estaba diseñado, acabara ahí. Velicia y los once obispos crearon en 1994 la Fundación.

La muerte de Velicia interrumpe la continuidad del proyecto, pero de nuevo el éxito de La ciudad de seis pisos, título de la edición de Burgo de Osma (1997), pone a Las Edades del Hombre como “un ejemplo de que la cultura y el patrimonio pueden ejercer como dinamizadores económicos”, también en otras ciudades que no son capitales ni están en las principales rutas turísticas.

A José Velicia le sucede Antonio Meléndez, que da continuidad a ese segundo ciclo catedralicio. El sacerdote vallisoletano estuvo al frente de la secretaría general entre 1997 y 2005 con siete exposiciones: Palencia (1999), Astorga (2000), Zamora (2001), Nueva York (2002), Segovia (2003), Ávila (2004) y Madrid (2005).

“La Iglesia, después de haber permanecido durante años prácticamente marginada del mundo de la cultura, por fin es acogida y reconocida después de haberse hecho presente”, según el balance de Meléndez, que puso los cimientos de la sede de Valbuena y la digitalización de inventarios y archivos, tal como quería Velicia. Meléndez planteó lo que nadie quería oír: “Las Edades del Hombre son como un pino plantado en el Duero, la copa son las exposiciones y como todo en la vida alguna vez tiene que terminar”.

visitantes en Monacatus, Edades del Hombre, Oña Burgos 2012

‘Monacatus’, en Oña (Burgos) en 2012

Los obispos perciben Las Edades, sin embargo, como una “marca” de evangelización y prestigio cultural, una puerta abierta también para la rehabilitación del patrimonio –que temen perder sin el programa expositivo– con la financiación de la Junta de Castilla y León, que durante estos años ha dedicado un amplio presupuesto.

A Meléndez le siguió el padre Juan Álvarez Quevedo, hasta entonces delegado diocesano de Patrimonio Cultural en Burgos, que propuso un nuevo planteamiento a partir de la exposición de Ciudad Rodrigo (2006) para superar la sensación de que la fórmula se había consumido. Ponferrada (2007) no fue una buena piedra de toque.

José Ramos Domingo le sustituye en una etapa experimental entre Soria (2009-10) y la sede compartida de Medina de Rioseco y Medina del Campo (2011).

El sacerdote Gonzalo Jiménez culminó la renovación con el paso al frente de Oña (2012) y afronta Credo, la 18ª muestra, que se inaugurará en mayo en Arévalo. Será el prólogo abulense al V centenario del nacimiento de santa Teresa, que también conmemorarán Las Edades con la exposición de 2015 entre Alba de Tormes y Ávila.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.833 de Vida Nueva.

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