“Peregrinar a Tierra Santa es ayudar a la comunidad cristiana local”

grupo de peregrinos en Alepo, Siria, en viaje con Turismo y Peregrinaciones 2000

El conflicto entre palestinos e israelíes no afecta al curso de los viajes

grupo de peregrinos en Alepo, Siria, en viaje con Turismo y Peregrinaciones 2000

Un grupo de peregrinos en la puerta de la fortaleza de Alepo (Siria)

FRAN OTERO | Turismo y Peregrinaciones 2000 no es una agencia de viajes al uso. Nació en 1996, de la mano de Rafael Capitán y Emilio Sanz, sus responsables hoy, para dar un servicio necesario a parroquias, grupos, entidades… que deseaban hacer viajes marcados por una identidade religiosa, en definitiva, que deseaban peregrinar.

Y en todos estos años son muchos los viajes y también las experiencias, los testimonios, las personas… porque, tal y como explica a Vida Nueva el propio Rafael Capitán, “cuando uno va a un destino, lo que mejor recuerda es la experiencia vivida junto a otros”.

Precisamente, las experiencias, la atención personalizada, la acogida en los distintos lugares es para Capitán la prioridad a la hora de trabajar con un grupo. “Nuestro trabajo se basa en una sensibilidad hacia el ámbito religioso, que comprenda lo que mueve a un peregrino a ir a un lugar santo. Queremos que vean que el santuario o el lugar santo es un lugar vivo, donde hay una comunidad viva, una Iglesia viva. Forma parte de nuestra sensibilidad acercar a la gente no solo al lugar físico, sino también al espiritual, y también a la persona que allí te acoge”.

Uno de los destinos a los que más gente peregrina es Tierra Santa, un lugar al que los cristianos siguen acercándose a pesar del largo conflicto palestino-israelí, que, explica Rafael Capitán, “no afecta a las peregrinaciones”. Tras señalar que “cuando la realidad lo impone, se deja de viajar”, afirma: “El conflicto entre Israel y Palestina nada tiene que ver con las peregrinaciones, que se desarrollan con total normalidad. Aun estando en conflicto, las dos partes nos invitan a visitar su tierra”.

Rafael Capitán, de la agencia de viajes Turismo y Peregrinaciones 2000

Rafael Capitán, de la agencia de viajes Turismo y Peregrinaciones 2000

Pero hay un tercer actor, y que sobrevive, en parte, gracias a las peregrinaciones. Es la comunidad cristiana local, golpeada por los fanatismos de ambos bandos. El director de Turismo y Peregrinaciones 2000 recuerda unas palabras del anterior patriarca de Jerusalén, Michel Sabbah, que siempre decía que si en esa tierra había algún indicio de paz era el que llevaban los peregrinos. “Dios necesita de nosotros para hacer presente su voluntad de paz allí. Es un mensaje que me caló y que intento transmitir a los que viajan con nosotros. Además, peregrinar a Tierra Santa es ayudar a la comunidad cristiana local”, añade.

Descubrir las raíces

Por esta y otras razones, es importante viajar a Tierra Santa, y porque, además, explica Capitán, es algo que está latente en todo creyente. “Hay algo en nosotros, cuando hemos sido educados en una familia cristiana, que nos lleva hasta allí; hay lugares que son muy familiares, entrañables… que forman parte de la familia”.

Aunque Jerusalén, Galilea o Belén sean los lugares estrella, también hay otros muchos que recuerdan las raíces cristianas: Siria, Turquía… “Donde nacemos como Iglesia es en la actual Turquía. Aunque los lugares no tienen tanto peso como Jerusalén, también son Tierra Santa. Descubrir nuestras raíces, las figuras de Pablo y Bernabé o cómo se ha ido sintetizando la fe de la Iglesia a través de los concilios también nos hace verla así”, afirma. En Europa, lo más visitado es Roma y los santuarios marianos.

Son peregrinaciones que, en algunos casos, cambian la vida, en las que la persona descubre su vocación o en las que se integra en un grupo con el que peregrinar a partir de ese momento. “Hay historias muy bonitas. Cuando recoges testimonios, te hablan más de experiencias que de lugares. Lo que se recuerda es lo vivido junto a otros. Y es que el peregrino emprende un camino para encontrarse con Dios y, en ese trayecto, se dan otros muchos encuentros”.

Y como todo, en estos momentos, lo envuelve la crisis económica, Capitán nos cuenta cómo afecta a las peregrinaciones. “Nos afecta en la misma medida que a todas las familias. Es cierto que muchos viajeros son jubilados que no tienen tantos problemas, pero que se ven en la obligación de ayudar a sus hijos y nietos. Y por eso dejan de viajar”.

En el nº 2.832 de Vida Nueva.

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