“El ejercicio del voto asegura la auténtica democracia”

acto de campaña electoral en Ecuador con el actual presidente Rafael Correa

Mensaje de los obispos de Ecuador ante los comicios presidenciales del 17 de febrero

acto de campaña electoral en Ecuador con el actual presidente Rafael Correa

Acto de campaña electoral del hasta ahora presidente, Rafael Correa

J. L. CELADA | Convencidos de que “el ejercicio del voto es un medio importante para asegurar la auténtica democracia”, los obispos de Ecuador llaman a sus compatriotas a afrontar las elecciones presidenciales del próximo 17 de febrero con “sumo respeto a todas las personas, centrándose más en el debate de proyectos que en descalificaciones personales”.

Así lo ponen de manifiesto en un mensaje hecho público días atrás, en el que, amparados en “el derecho y deber” que tienen como pastores “de iluminar las realidades sociales, políticas y económicas desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia”, se dirigen al conjunto de la población para proclamar “los valores del Reino de Dios: la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad y la paz”.

Bajo el título de Elecciones: un espacio para la democracia, los prelados ecuatorianos quieren, en primer lugar, salir al paso de las “visiones parciales e inexactas” de quienes consideran que deberían mantener una postura de apoyo acrítico al Gobierno, de ciega oposición o de abstención total.

Tras dejar claro que reconocen y respetan “la legítima autonomía del orden político”, entienden que no les corresponde a ellos “expresar preferencias políticas, pero sí valorar programas políticos por sus implicaciones y consecuencias éticas y religiosas”.

Los miembros del Episcopado se congratulan a continuación de que, como Estado laico que es, con una Constitución que reconoce y protege la libertad religiosa, Ecuador pueda vivir de “manera pacífica y respetuosa, entre personas creyentes y no creyentes, evitando todo fanatismo, tanto religioso como antirreligioso”. Y abogan por una colaboración de la Iglesia con la clase política “al servicio del bien común” en temas tales como educación, salud, asistencia a personas vulnerables o cuidado del medio ambiente.

Misión de los laicos

En la segunda parte de su mensaje, la jerarquía eclesiástica desgrana algunos de los aspectos que atañen a la “misión de los laicos” en su condición de creyentes, porque “la fe exige también la responsabilidad social de lo que se cree”, sostienen los pastores.

Aunque advierten que, a nivel político, los laicos católicos “tienen la obligación moral de discernir si el pensamiento que los inspira y sus propuestas son compatibles con la fe y la moral de la vida cristiana”. En este sentido, recuerdan que el cristiano no debe adherirse ni secundar “sistemas ideológicos que se opongan a la fe que profesa”, y que “ningún sistema social o político agota la riqueza del Evangelio”.

El texto habla luego de la dignidad de la persona, fundamento de los Derechos Humanos y “fin último de toda acción social, política, económica y religiosa”. Desde esta perspectiva, los firmantes reivindican el compromiso de la Doctrina Social de la Iglesia con “el respeto a los derechos de la persona humana, comenzando por el fundamental derecho a la vida desde su concepción hasta su fin natural”. A lo que añaden “los derechos de los padres de familia para educar a sus hijos conforme a sus convicciones”, reconocidos por la Carta Magna.

A propósito de la democracia y las elecciones, argumentos centrales de su mensaje, los obispos defienden que, en tal coyuntura, “es el pueblo el que delega el poder a sus gobernantes para que sirva a sus necesidades, y de ningún modo para ser atemorizado o sustituido por sus órganos de poder”. Ello exige “un marco jurídico” y “la estricta división e independencia de las tres funciones del poder” (ejecutiva, legislativa y judicial), así como “la libertad de expresión al servicio de una opinión pública, crítica, activa y responsable, con una inquebrantable pasión por la verdad”. Condiciones imprescindibles para afrontar el inminente proceso electoral en un ambiente auténticamente democrático, sin olvidar que “el voto debe ser responsable, universal, directo y obligatorio”.

Concluye el texto episcopal asumiendo el compromiso –ya formulado en el Mensaje final del XIII Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización– de “cuidado desinteresado y transparente por el bien común, desde el respeto total a la dignidad de la persona humana desde su concepción hasta su fin natural, de la familia fundada sobre el matrimonio de un hombre y una mujer, de la libertad educativa, en la promoción de la libertad religiosa, en la eliminación de las injusticias, las desigualdades, las discriminaciones, la violencia, el racismo, el hambre y la guerra”.

En el nº 2.832 de Vida Nueva.

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