Segundo Pérez López, nuevo deán de la catedral de Santiago

JOSÉ RAMÓN AMOR PAN. SANTIAGO DE COMPOSTELA | El pasado sábado día 5 de enero, el Cabildo compostelano eligió como deán a Segundo Pérez López, elección que ratificaba esa misma tarde el arzobispo de Santiago, Julián Barrio Barrio. Sucede en el cargo a José María Díaz Fernández, quien, desde la de-saparición del Códice Calixtino, había puesto repetidamente su cargo a disposición del Cabildo y del arzobispo, una renuncia que finalmente le fue aceptada a mediados de diciembre.

Interpretaciones periodísticas poco fundamentadas asociaban el relevo a presiones de la Conferencia Episcopal, cuando lo único cierto es que la salud de Díaz Fernández, de 82 años de edad, se había visto muy mermada en los últimos meses.

Pérez López había asumido hace poco más de un año el cargo de archivero de la catedral, hasta entonces también en manos de Díaz Fernández (su buen hacer y su generosa dedicación a lo largo de 36 años en la dignificación y modernización del archivo es una realidad que lo sucedido con el Códice Calixtino no debe hacer olvidar).

Licenciado y doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, Pérez es catedrático de Antropología Teológica en el Instituto Teológico Compostelano, del que fue director. Desde septiembre, la gestión económica y administrativa de la catedral está en manos de un administrador general, que, por primera vez en la historia del templo, es un seglar: Francisco Domínguez Martínez, con amplia formación y experiencia en el campo de la economía y la empresa.

El cometido del nuevo deán se centrará en la vida religiosa de la catedral y su representación institucional. “El servicio pastoral en la catedral de Santiago es fruto de una organización colegial y corresponsable que posibilita la participación de todos los miembros del Cabildo en la liturgia y acogida de los peregrinos”, según manifestó, tras conocerse su designación, Segundo Pérez López.

En el nº 2.831 de Vida Nueva.

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