Benedicto XVI asegura que la verdad, la justicia y la paz no son una utopía

papa Benedicto XVI con embajadores Cuerpo Diplomático discurso 2013

Significativo discurso papal al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede


ANTONIO PELAYO. ROMA | El discurso que cada año dirige el Papa al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede es analizado cuidadosamente por las cancillerías, puesto que expone las posiciones del Vaticano –geográficamente, un estado minúsculo pero con una influencia global– sobre los problemas más importantes de la esfera internacional. La alta reputación de la diplomacia vaticana se basa en buena parte en estos discursos que, si se publicaran en un volumen, constituirían un excelente resumen de la evolución del mundo.

El que pronunció Benedicto XVI el pasado 7 de enero en la Sala Regia del Palacio Apostólico no rompe esa tradición, pero, como ya sucedió en años anteriores, en sus páginas se reconoce fácilmente qué es lo que ha escrito Joseph Ratzinger en persona, y lo que ha incorporado la Secretaría de Estado basándose en las informaciones que llegan a Roma desde todas las nunciaturas.

Después de un exordio de circunstancias, el Santo Padre abordó uno de sus temas-eje: “A veces, hoy se nos hace creer que la verdad, la justicia y la paz son una utopía y que se excluyen mutuamente. Parece imposible conocer la verdad y los esfuerzos por afirmarla desembocan con frecuencia en la violencia”.

“Por otra parte –siguió–, y de acuerdo con una concepción muy difundida, el empeño por la paz consistiría en una búsqueda de compromiso que garantice la convivencia entre los pueblos o entre los ciudadanos dentro de una nación. Desde el punto de vista cristiano, por el contrario, existe un vínculo entre la gloria de Dios y la paz de los hombres sobre la tierra de modo que la paz no es fruto de un simple esfuerzo humano, sino que participa del mismo amor de Dios. Y es precisamente este olvido de Dios, en vez de su glorificación, lo que engendra la violencia”.papa Benedicto XVI con embajadores Cuerpo Diplomático discurso 2013

Olvido de Dios

“A estas manifestaciones del olvido de Dios –prosiguió– pueden añadirse las que son debidas a la ignorancia de su verdadero rostro, que es la causa del fanatismo pernicioso de matriz religiosa y que en 2012 ha provocado víctimas en algunos países aquí representados. Como ya he afirmado, se trata de una falsificación de la religión misma, ya que esta, por el contrario, busca reconciliar al hombre con Dios, iluminar y purificar las consciencias y dejar claro que todo hombre es imagen de Dios”.

Entre las alusiones a concretos conflictos, la primera y más importante fue la dirigida a Siria, “desgarrada por incesantes masacres y teatro de espantosos sufrimientos entre la población civil. Renuevo mi llamamiento para que se depongan las armas y prevalezca cuanto antes un diálogo constructivo que ponga fin a un conflicto que, de continuar, no conocerá vencedores sino solo vencidos, dejando atrás solo ruinas”.

Otra parte “ratzingeriana” de este discurso fue la consagrada a la actual crisis económica y financiera. “Esta –recordó– se ha desarrollado porque se ha absolutizado con demasiada frecuencia el beneficio, en perjuicio del trabajo, y porque se ha aventurado de modo desenfrenado por el camino de la economía financiera en vez de la economía real. Conviene encontrar de nuevo el sentido del trabajo y de un beneficio que sea proporcionado. A este respecto, sería bueno educar para resistir la tentación del beneficio del interés particular y, a corto plazo, para orientarse sobre todo hacia el bien común”.

Gobernantes clarividentes

“La Unión Europea necesita también de representantes clarividentes y cualificados que tomen las difíciles decisiones que se necesitan para enderezar su economía y poner las bases sólidas de su desarrollo”, afirmó en el párrafo de su discurso más recogido por los medios internacionales.

“Es posible que algunos países pudieran ir más rápidos solos –¿alusión a su Germania natal?–, pero todos juntos irán ciertamente más lejos. Si el índice diferencial entre los tipos financieros –lo que en inglés se define como spread y en castellano denominamos prima de riesgo– constituye una preocupación, las crecientes diferencias entre un pequeño número cada vez más rico y un gran número irremediablemente más pobre deberían despertar preocupación. Se trata, en una palabra, de no resignarse al ‘spread de bienestar social’ mientras se combate el financiero”.

Más sobre el discurso del Papa al Cuerpo Diplomático y el resto de la crónica vaticana, en el artículo completo, disponible solo para suscriptores.

“Se nos hace creer que la verdad, la justicia y la paz son una utopía” [íntegro]

En el nº 2.831 de Vida Nueva.

 

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