Acusaciones de pederastia golpean a la Iglesia portuguesa

entrevista a Catalina Pestana en Portugal sobre abusos sexuales de sacerdotes

Conmoción tras la detención del vicerrector del Seminario Menor de Fundão (Guarda)

entrevista a Catalina Pestana en Portugal sobre abusos sexuales de sacerdotes

Una de las entrevistas concedida por Catalina Pestana

ANTÓNIO MARUJO. LISBOA | Esta ha sido una Navidad atribulada para la Iglesia católica en Portugal: el 6 de diciembre era detenido y puesto bajo arresto domiciliario el padre Luis Mendes Campos, de 37 años, vicerrector del Seminario Menor de Fundão (pequeña ciudad de la Diócesis de Guarda), y el día 21, la Fiscalía General de la República anunció que había iniciado tres investigaciones por acusaciones de abuso sexual y delitos contra la propiedad y de carácter fiscal en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Portugal (ver abajo).

En la nota de la Fiscalía se menciona que el Departamento de Investigación y Acción Penal de Lisboa ha abierto otra investigación a raíz de las declaraciones de Catalina Pestana, reconocida católica y antigua responsable de una institución estatal para el cuidado de los menores, la Casa Pia de Lisboa, golpeada hace diez años por un escándalo de abuso infantil. Después de la detención del sacerdote de Fundão, Pestana ha insistido en que ella ya había advertido a responsables eclesiales de otros cinco casos de abuso sexual por parte de sacerdotes en la Diócesis de Lisboa.

El diálogo con Catalina Pestana, que tuvo lugar hace unos meses, fue confirmado por el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), el arzobispo de Braga, Jorge Ortiga. Pero ella no ha dado los nombres de los presuntos abusadores, y desde la Iglesia se dice que tampoco los conocen.

El portavoz de la CEP, el jesuita Manuel Morujão, asegura que están a la espera del resultado de las investigaciones de las autoridades y que los que conocen los casos deberán presentar los nombres.

El Patriarcado de Lisboa no ha hecho más comentarios. Por su parte, el obispo de Guarda, Manuel Felício, ha emitido una declaración en la que aclara que prefiere guardar silencio sobre el caso de Fundão para respetar el secreto de la investigación, garantizando la colaboración con las autoridades.

El P. Mendes ya ha hablado ante el tribunal, que ha decretado el arresto domiciliario a la espera de que prosigan las investigaciones policiales. También los 16 estudiantes del seminario han sido escuchados por las autoridades. El obispo diocesano celebró una Misa de Navidad con ellos y sus familias, pidiéndoles que no dejen la institución.

El de Fundão es uno de los pocos seminarios menores que hay en Portugal. Hoy, en este edificio de 1915 aislado a la entrada de la ciudad, solo hay 16 alumnos. La detención del vicerrector ha sido recibida con sorpresa.

Una católica que colabora en la parroquia y que prefiere mantener el anonimato dice a Vida Nueva que el sacerdote era muy sociable, que a menudo estaba acompañado por niños y que nadie esperaba una noticia como esta.

Investigación en la Orden de San Juan de Dios

Diferente es el caso de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, que trabaja en el campo de la salud mental y cuenta con ocho hospitales en Portugal. En septiembre 2010, el diario Público informó de una serie de denuncias internas que circulaban en un correo electrónico anónimo y que se referían a casos de abusos y otras irregularidades cometidas por miembros de la Orden.

Hace unos días, el semanario Expresso informaba de que el nuncio apostólico en Lisboa, Rino Passigato, interrogó en 2011 a varios religiosos; y también en ese año, el entonces superior general, Donatus Forkan, dirigió un segundo interrogatorio.

Tras el anuncio de la Fiscalía General, el Instituto de San Juan de Dios emitió un comunicado en el que asegura que las denuncias anónimas son “falsas y calumniosas” y que su único objetivo es “dañar el buen nombre” de esta institución. La propia Orden, añade la nota, mantiene una investigación desde octubre de 2010, y la sospecha entonces denunciada no ha tenido nada que ver con un menor de edad o un acto de pedofilia.

En abril pasado, la CEP aprobó y publicó un documento con orientaciones para hacer frente a las situaciones de abusos sexuales, en línea con lo que el Vaticano ha sugerido en los últimos años.

Tras las últimas noticias, el obispo de las Fuerzas Armadas, Januário Torgal Ferreira, ha recordado en una entrevista al Diário de Notícias que la Iglesia no puede “cerrar los ojos” ante estos casos y que debe acompañar con respeto las investigaciones de las autoridades.

En el nº 2.830 de Vida Nueva.

 

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