Pedro Casaldàliga deja su diócesis tras ser amenazado de muerte

Pedro Casaldàliga misionero español obispo emérito en Brasil

Organizaciones de la Iglesia y la sociedad brasileñas se solidarizan con el obispo español

Pedro Casaldàliga misionero español obispo emérito en Brasil

Pedro Casaldàliga deja su diócesis tras ser amenazado de muerte [extracto]

J. L. CELADA | Un total de 15 entidades y organizaciones sociales brasileñas (educativas, medioambientales, defensoras de los Derechos Humanos…), encabezadas por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) –dependientes de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNNB)–, han difundido una nota solidarizándose con el obispo emérito de la Prelatura de São Félix do Araguaia, Pedro Casaldàliga, que se ha visto obligado a abandonar el lugar tras las amenazas de muerte recibidas en las últimas fechas.

El clima de violencia creciente en la zona y el posicionamiento del prelado claretiano, favorable a la devolución de las tierras indígenas de Marâiwatsèdè a la comunidad de los Xavante, han precipitado su marcha.

Se da la circunstancia de que, en este mes de diciembre, se cumplen dos décadas desde que los terratenientes ocuparan dichas tierras, y aún no se ha acatado la orden ministerial de desalojo de las mismas. Incluso, durante estos días, se han multiplicado “las manifestaciones de los fazendeiros [hacendados], de los políticos y de los propios medios de comunicación frente a la acción de la Justicia”, denuncian los firmantes del mensaje en apoyo del religioso español.

Con los más pobres

Desde su llegada a Brasil, en julio de 1968, “y, más concretamente, desde el momento en que fue consagrado obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia”, todo el ministerio pastoral de Casaldàliga, de 84 años de edad, “se guió siempre por la defensa de los intereses de los más pobres, de los pueblos indígenas, los posseiros [agricultores que ocupan pequeñas tierras para su cultivo] y los jornaleros”, recuerdan.

“Todo el mundo sabe que Don Pedro y la Prelatura –añaden– siempre apoyaron todas las ocupaciones de tierras por parte de los colonos sin tierra”, y cómo estas acciones fueron las que “permitieron la creación de la mayoría de los municipios”.

Según el mismo texto, a partir de los años 60, hacendados, comerciantes y políticos ocuparon el área reservada para los Xavante. De hecho, muchos pequeños “invasores” fueron animados a instalarse en algunas áreas para respaldar la acción de los terratenientes, y se trató de acabar con la presencia de los indígenas en la región.

Pese a todo, en 1993, el Gobierno declaró y delimitó el área como Tierra Indígena, decisión refrendada cinco años después por el presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003). Sin embargo, “solo ahora la Justicia viene a reconocer de manera definitiva el derecho mayor de los indios”, se congratulan los signatarios de la nota. “Lo que Don Pedro siempre pidió –insisten– fue que los pequeños ocupantes sin tierra, que se establecieron aquí engañados, fuesen reubicados en otras tierras de la Reforma Agraria”.

Títeres de los poderosos

Ahora bien, “lo que vemos es que, hoy como ayer, los pequeños ocupantes siguen siendo títeres en manos de los grandes y de los políticos, en un intento de arrebatar a los pueblos indígenas un derecho que les otorga la Constitución brasileña”, lamentan quienes salen en defensa del pastor amenazado.

Y concluyen el comunicado reiterando su “solidaridad con Don Pedro”, al tiempo que denuncian “esta mentira de los que tratan de eludir su responsabilidad en la situación de sufrimiento, tensión y amenaza de violencia que ellos mismos crearon, haciendo recaer esta responsabilidad sobre los hombros de nuestro obispo emérito”.

Una prelatura que sufre

En un comunicado dirigido a los fieles de São Félix, también su actual obispo, Adriano Ciocca, se refiere al “momento de gran tensión y desasosiego” que se vive en la prelatura por el desalojo de Marâiwatsèdè de los ocupantes no indígenas. “Sabemos que hay mucho sufrimiento, sobre todo de los más pobres, a causa de esta retirada decretada por la Justicia”, admite, pero “queremos recordar que los obispos y agentes pastorales, ya desde el comienzo de esta ocupación, alertamos ante la posibilidad de lo que acaba de ocurrir, al tratarse de tierras cuyos derechos la Constitución Federal garantiza a los Xavante”.

“Lamentamos –añade– que personas humildes se hayan dejado llevar por las promesas de políticos y otra gente interesada solo en sacar provecho de estas tierras, históricamente propiedad del pueblo Xavante, y acostumbrada a utilizar a las personas para garantizar sus intereses”.

Finalmente, y tras rechazar “todas las amenazas a nuestro obispo emérito Pedro y a miembros del pueblo Xavante”, Ciocca recuerda que “ninguna violencia podría revertir la decisión tomada por la Justicia” y que “los actos delictivos solo aumentarán el sufrimiento de más personas”.

En el nº 2.828 de Vida Nueva

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