Los trabajadores cristianos de España y Portugal apoyan la huelga del 14-N

manifestantes huelga general 14N piquete informativo en Atocha

“Las políticas al servicio de las personas deberían ser prioridad, por encima de los mercados”

manifestantes huelga general 14N piquete informativo en Atocha

Piquete informativo en la estación de Atocha de Madrid

M. GÓMEZ | Los movimientos cristianos en el mundo obrero de España y de Portugal “nos alegramos por esta jornada europea y hacemos pública nuestra posición”. Son palabras del comunicado conjunto que un grupo de entidades eclesiales de ambos países han firmado en apoyo de la Jornada convocada por la Confederación Europea de Sindicados (CES) para hoy miércoles, 14 de noviembre, y que en diversos países europeos se traducirán en concentraciones, manifestaciones y, como es el caso de España y Portugal, huelgas generales.

El comunicado lo comparten HOAC de España (Hermandad Obrera de Acción Católica), JOC de España y JOC de Portugal (Juventud Obrera Católica), ACO España (Acción Católica Obrera), LOC/MTC de Portugal (Liga Obrera Católica/Movimiento de Trabajadores Cristianos) y Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa. Está firmado el 7 de noviembre en Madrid, Lisboa y Bruselas.

La denuncia principal es que los estados miembros de la Unión Europea hayan priorizado el pago de la deuda contraída por las entidades bancarias y el rescate de los bancos y del sistema financiero, “en lugar de rescatar a las personas”, que asisten a un “ataque en toda regla a los derechos sociales y a la protección de las personas y familias trabajadoras”.

“Siempre pierden los más débiles”

Consideran que dicha deuda es “ilegítima”, al proceder de préstamos que fueron concedidos y gestionados “de manera dudosa”, y que “la deuda pública se está convirtiendo en un mecanismo de trasvase de riqueza de pobres a ricos”.

“En la situación actual, nuestros gobiernos son súbditos de la situación financiera y la única salida que nos están ofreciendo son políticas de recortes, que rebajan claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores. Lo peor es que en los últimos años de nuestras democracias siempre pierden en el concierto social los mismos, y siempre los más débiles”.

Los movimientos obreros cristianos alertan: “Las tasas de pobreza y exclusión de nuestros países del sur de Europa están aumentando a un ritmo vertiginoso”; “cada vez hay más personas con empleos precarios o que no encuentran trabajo y con un futuro incierto, especialmente los jóvenes”; y una de las peores consecuencias es “la aparición de un sentimiento generalizado de miedo.

La situación afecta a toda la sociedad, pero “de manera más dura, los sectores del mundo del trabajo más débiles y empobrecidos”, siendo los grupos más castigados los inmigrantes, los jóvenes, las mujeres y los parados de larga duración. “Estas consecuencias llevan al empobrecimiento generalizado y a la pérdida de cohesión social y de horizonte vital“, y se está poniendo “en peligro la convivencia pacífica entre los pueblos”.

Una huelga justificada

Así pues, y dado que “la política que se está desarrollando ha olvidado el sentido de la justicia y un trabajo en defensa de la fraternidad y el bien común”, las entidades obreras “entendemos que esta convocatoria de huelga general y las movilizaciones en toda Europa están justificadas“.

“Las políticas al servicio de las personas y de sus necesidades básicas deberían ser prioridad, por encima de los intereses de los mercados”.

Y citan un párrafo del Catecismo de la Iglesia Católica, asegurando que, cuando el diálogo no es posible, “la propia Iglesia reconoce la legitimidad del recurso a ‘la huelga no violenta, cuando se presenta como el instrumento necesario, en vistas a unas mejoras proporcionadas y teniendo en cuenta el bien común'”.

Llamamiento a los gestores

El comunicado hace un llamamiento a los políticos, sindicatos, empresarios, entidades financieras y a los distintos expertos para que “actúen con responsabilidad ante la gravedad de la situación actual, que puede empeorarse en el caso de que olviden este principio básico de humanidad: ‘Las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios’ (Juan Pablo II, Toronto 1984)”.

Y finaliza con el Mensaje final del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización que se acaba de celebrar en Roma: “Al mundo de la economía y del trabajo queremos recordar como de la luz del Evangelio surgen algunas llamadas urgentes: liberar el trabajo de aquellas condiciones que no pocas veces lo transforman en un peso insoportable con una perspectiva incierta, amenazada por el desempleo, especialmente entre los jóvenes, poner a la persona humana en el centro del desarrollo económico y pensar este mismo desarrollo como una ocasión de crecimiento de la humanidad en justicia y unidad”.

 

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