La recepción del Vaticano II: entre reforma y restauración

Concilio Vaticano II foto de una sesión en blanco y negro

El Concilio, una profecía para la vida de la Iglesia

Concilio Vaticano II foto de una sesión en blanco y negro

SALVADOR PIÉ-NINOT, Facultat de Teologia de Catalunya y Pontificia Università Gregoriana | A lo largo de las últimas décadas, se han ido publicando estudios y reflexiones sobre la interpretación del Vaticano II, ya sea en clave de reforma o de restauración, de continuidad o de discontinuidad, de cambio o de renovación… Un hecho que se acentúa ahora con motivo de los 50 años de la apertura del Concilio, y al que se suma este Pliego.

El Sínodo de los Obispos de 1985

Este Sínodo extraordinario a los veinte años del Vaticano II suscitó un debate sobre si era un intento o no de restauración. En el libro publicado por profesores de la Facultat de Teologia de Catalunya (Barcelona),
se afirma en su emblemático título, La imposible restauración.

Esta era la perspectiva previa del vaticanólogo G. Zizola, que tenía algunas sospechas en tal sentido y que le parecieron confirmadas en el Sínodo, así como algunas interpretaciones precipitadas del famoso Informe sobre la fe del card. J. Ratzinger y V. Messori, que conllevó a la siguiente clarificación posterior del mismo cardenal: “No se da ningún retorno al pasado; una restauración así entendida no solo es imposible, sino ni siquiera es deseable; en realidad, quiere decir literalmente lo mismo que la palabra ‘reforma’”.

Es esta la línea de orientación del secretario especial del Sínodo de 1985, W. Kasper, que afirmó que este Sínodo, en vez de hablar de restauración, prefirió –aun reconociendo los problemas, las lagunas y los errores postconciliares– dar una valoración positiva de los efectos del Vaticano II y apostar por una recepción plena y una realización completa proponiendo criterios para su lectura.

Tales criterios fueron usados como base en el Congreso sobre la actuación del Vaticano II, promovido por el Comité Central del Gran Jubileo del año 2000, que concluyó con estas significativas palabras de Juan Pablo II, cuya cita es ya emblemática por su referencia al carácter profético del Vaticano II: “Una nueva época se abre antre nuestros ojos: es el tiempo de la profundización de las enseñanzas conciliares. El concilio ecuménico Vaticano II fue una verdadera profecía para la vida de la Iglesia y seguirá siéndolo”.

El debate sobre ‘continuidad y discontinuidad’
se ha hecho más presente desde que
fueron retiradas las excomuniones de
cuatro obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.

Tal afirmación no debe extrañar, dado que, poco después del Sínodo de 1985, comenzaron a publicarse estudios y reflexiones sobre la interpretación del Vaticano II, ya sea en clave de reforma o de restauración, de continuidad o de discontinuidad, de cambio o de renovación, situación que continúa presente hoy, aún más, con motivo de los 50 años del inicio de este Concilio.

El debate suscitado entre continuidad y discontinuidad

El resultado de estos primeros años del pontificado de Benedicto XVI ha sido el crecimiento de los estudios sobre el Vaticano II, con el debate sobre “continuidad y discontinuidad”. Este debate se ha hecho más presente también a partir de enero de 2009, cuando fueron retiradas las excomuniones de cuatro obispos de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.

Anotemos cinco perspectivas sobre este debate:

  • 1. La perspectiva católica ‘tradicionalista’ y la perspectiva anti-conciliar lefevbriana.
  • 2. La “renovación dentro de la Tradición” en teólogos de USA.
  • 3. La perspectiva renovadora del Concilio en clave linguística, particularmente del historiador J. W. O’Malley, SJ.
  • 4. La perspectiva teológica-hermenéutica en torno a la Dei Verbum de Ch. Theobald, SJ.
  • 5. La perspectiva teológico-tomista: continuidad fundamental y rupturas accidentales.

(…)

Concluyendo todo este sucinto balance global, se puede observar que en el momento presente estamos ante un cierto “choque de relatos interpretativos” sobre el Concilio Vaticano II.

Ya sea el relato de la “no continuidad o ruptura” en sentido doble: negativo (radical: lefebrvianos; moderado: tradicionalistas) o positivo (cierta forma de entender ‘transición’…); o ya sea el relato de “continuidad o reforma” –ya sea más fuerte y esencial, o ya sea de forma más dialéctica– “en el interior de la tradición”, y en este contexto, el impacto del pontificado de Benedicto XVI, con su importante propuesta eclesial de hermenéutica de la reforma, sin duda ha suscitado y continuará suscitando estudios sobre el significado de un concilio para la Iglesia y para la teología.

La recepción del Vaticano II: entre reforma y restauración, íntegro en PDF solo para suscriptores

En el nº 2.823 de Vida Nueva

 

ESPECIAL 50º ANIVERSARIO DEL CONCILIO VATICANO II

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