La acción caritativa y social para la nueva evangelización

voluntaria católica en un comedor con un inmigrante

Aportación de Caritas Internationalis al Sínodo de los Obispos

voluntaria católica en un comedor con un inmigrante

CARITAS INTERNATIONALIS | La lectura de los Lineamenta y del Instrumentum laboris del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización nos deja frecuentes y esperanzadoras alusiones a la importancia del testimonio de la caridad para la misión evangelizadora de la Iglesia en el actual contexto cultural, social y religioso. Sin embargo, tenemos ciertas sensaciones preocupantes.

Después de leer estos documentos, lo aislado y diluido de las referencias a la caridad y la falta de profundización en la importancia y significado de la misma para la nueva evangelización nos dan pie a algunas aportaciones que nos atrevemos a hacer.

Atendiendo al lugar que se da al ejercicio de la caridad en los documentos presinodales, manifestamos algunas preocupaciones:

  • 1. Tenemos la impresión de que el ejercicio de la caridad no es considerado y valorado suficientemente como un elemento constitutivo y fundamental de la evangelización, como ha puesto de relieve Benedicto XVI en sus encíclicas. De hecho, aunque se hagan repetidas alusiones a él, en ningún momento es tratado ni desarrollado así de manera explícita.
  • 2. No se da a la caridad la centralidad que debe tener en la evangelización. La crisis de credibilidad de la Iglesia y, con ello, la debilidad de su misión en la sociedad actual, es un hecho. Hay encuestas que nos dicen que la gente no pone su confianza en la Iglesia de las verdades, de la ortodoxia. En cambio, sí que suscitan confianza las instituciones eclesiales dedicadas a la “diaconía de la caridad”. Da la impresión de que la diaconía de la fe es distinta de la diaconía de la caridad, y la nueva evangelización debe hacer ver que se trata de una sola diaconía con dos vertientes.
  • 3. Tampoco se considera suficientemente que el ejercicio organizado de la caridad pueda ser un cauce privilegiado de evangelización en esta cultura secularizada, especialmente para muchos hombres y mujeres alejados de la Iglesia. Es más, ni siquiera se habla del ejercicio organizado de la caridad, llámese Pastoral Social, Cáritas, Secours Catholique u otras organizaciones católicas que son expresión del ejercicio organizado de la caridad en las Iglesias particulares.
  • 4. Entre los escenarios de evangelización mencionados aparecen las migraciones, el mundo económico y el político, con implicaciones sociales evidentes, además de los medios de comunicación social y el campo de la investigación científica y tecnológica, pero consideramos necesario ampliar el espectro al escenario concreto de los graves problemas sociales del momento, pues es ahí donde se viven muchos de los mayores dramas humanos, es desde ahí desde donde surgen las mayores preguntas para la fe y es ahí donde, en palabras del Papa, se manifiesta la “anestesia social” que nos hace insensibles a las exigencias del amor fraterno. Si hay que evangelizar desde los desafíos socio-culturales que se nos presentan –como se dice en estos documentos–, es la pobreza y la injusticia que la sustenta uno de los mayores desafíos. A la vez que es en el ejercicio de la caridad donde se verifica la autenticidad de la fe que confesamos y anunciamos.
  • 5. En el ejercicio de la caridad habría que prestar particular atención a tres elementos: la animación de la caridad en la comunidad cristiana, la importancia del ejercicio organizado de la caridad y el testimonio evangelizador de los que dedican su vida en la Iglesia al servicio de los pobres.
  • 6. No se tiene en consideración la caridad como criterio de credibilidad para la Iglesia en su misión de anunciar el Evangelio, Buena Noticia para los pobres.

En el nº 2.821 de Vida Nueva. La acción caritativa y social para la nueva evangelización, íntegro solo para suscriptores

 

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