‘Lo imposible’: mar gruesa

Lo imposible fotograma película

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J. L. CELADA | El 26 de diciembre de 2004 no fue un domingo cualquiera. Aquella fría mañana de invierno contemplamos estremecidos unas imágenes difíciles de olvidar: las costas del sureste asiático habían sido arrasadas por un tsunami con olas de hasta diez metros. Indonesia, Malasia, Sri Lanka, India o Tailandia sufrieron en mayor o menor medida los estragos de uno de los peores terremotos registrados por los sismógrafos desde su invención.

El trágico balance en pérdidas materiales y humanas (casi 300.000 muertos y más de un millón de personas sin hogar) da fe de la magnitud de lo ocurrido. También las cientos de miles de historias de los supervivientes.

Una de ellas, protagonizada por María Belón y Enrique Álvarez junto a sus tres hijos, ha sido ahora llevada a la gran pantalla por Juan Antonio Bayona. Se titula Lo imposible, y nos narra la peripecia vivida por esta familia española afincada en Japón durante unas vacaciones navideñas en la turística región tailandesa de Khao Lak. La mortal avalancha les sorprendió en un lujoso hotel a pie de playa, tras una cálida y apacible Nochebuena, cuando se disponían a disfrutar de otra jornada de descanso.

Sin complejo alguno y con un presupuesto superior a la media de nuestro cine (30 millones de euros), aunque muy alejado del derroche de tantas producciones estadounidenses, el joven realizador catalán recrea a lo grande los momentos de pánico, angustia y desolación que siguieron al desastre.Lo imposible fotograma película

Y lo hace con la ayuda de un despliegue técnico tan espectacular como efectivo –la irrupción de la ola asesina es un auténtico prodigio visual y sonoro–, amén de un sólido reparto internacional con dos nombres de primera fila (Ewan McGregor y Naomi Watts) y un esmerado casting infantil (mención especial para Tom Holland).

Ellos y ella –especialmente, ella– ponen rostro y alma a una experiencia límite sobre la fragilidad humana y, a la vez, su extraordinaria fortaleza frente a la adversidad; sobre “la maldita suerte” –que diría la María de carne y hueso– y para qué o para quién sobrevivir cuando nos invade la devastación.

Un paisaje casi apocalíptico sirve de escenario y caja de resonancia de los gritos, llantos y búsquedas desesperadas de nuestros personajes. Apenas un cuarto de hora inicial de idílica convivencia da paso a la estremecedora arremetida del océano. Y el paraíso se torna infierno.

Pero Bayona, que ya había colgado el cartel de “historia verdadera” a este su segundo trabajo, se abandona a otros “excesos americanos” no tan saludables para la credibilidad de su cine.

Enardecido por la música de Fernando Velázquez, lo que podría resultar emotivo acaba siendo lacrimógeno y, a fuerza de tanto subrayado innecesario, la atrevida y cuidada apuesta formal de Lo imposible embarranca en esa mar gruesa de lo cargante. ¡Una lástima!, pese a que la taquilla diga lo contrario.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The impossible.

DIRECCIÓN: Juan Antonio Bayona.

GUIÓN: Sergio G. Sánchez.

FOTOGRAFÍA: Óscar Faura.

MÚSICA: Fernando Velázquez.

PRODUCCIÓN: Belén Atienza, Álvaro Augustín, Ghislain Barrois, Enrique López Lavigne.

INTÉRPRETES: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland, Samuel Joslin, Oaklee Pendergast, Marta Etura, Geraldine Chaplin.

En el nº 2.820 de Vida Nueva.

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