El Sínodo sobre la Nueva Evangelización: un antídoto contra la descristianización

El catolicismo se juega el futuro de su presencia en Occidente

grupo de personas creyentes reunidas para la nueva evangelización

DARÍO MENOR | Del 7 al 28 de octubre, Benedicto XVI, cardenales, obispos, religiosos y expertos afrontarán en Roma el que probablemente es el mayor problema de la Iglesia en Occidente: la descristianización, el olvido y la indiferencia ante Dios, lo que lleva cada vez a más personas a dar la espalda a la Iglesia. [ESPECIAL: La nueva evangelización]

La jerarquía católica se mirará esos días en el espejo tratando de hallar una cura que mitigue esta sangría en la XIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos que comienza el próximo domingo, y cuyo tema es La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana.

Aunque son pocas las esperanzas de que esta asamblea provoque un cambio significativo, la cita es de vital importancia, sobre todo para la Iglesia católica occidental, pues en ella se juega su futuro. El lento pero continuo descenso en la creencia y en la práctica religiosa ha hecho que un porcentaje cada vez mayor de la población de los países de antigua tradición cristiana nazca, crezca y muera fuera de la Iglesia. Son generaciones sin tiempo ni ganas de pensar en un Dios que cada vez les resulta más desconocido.

La respuesta a esta realidad diseñada en el Vaticano y después exportada al resto del orbe católico occidental es la llamada nueva evangelización, una expresión utilizada por primera vez por el papa Juan Pablo II en 1983 en un discurso al Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM). La describía como “nueva en su ardor, en sus métodos y en sus expresiones”.

Se trata de una renovación de la misión fundamental de la Iglesia en los países occidentales a la que están llamados todos los bautizados.

Benedicto XVI, un Papa muy preocupado por la pérdida de las raíces cristianas en Europa, ha relanzado la idea de su predecesor erigiendo incluso un dicasterio vaticano para que se encargue de esta tarea, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, presidido por el arzobispo italiano Rino Fisichella, figura emergente en la Curia romana.misa al aire libre en las afueras de una iglesia

Renovar los corazones

Rino Fisichella sostiene que la Iglesia “no ha dejado jamás de anunciar el Evangelio al mundo, en todos los tiempos y en diversas circunstancias”, pero que hoy la cultura “moderna” pone al hombre en “situación de crisis”, ofreciendo dificultades para la evangelización debido a “ciertos desarrollos y consecuencias del proceso secularizador”.

Ante estas circunstancias, si la Iglesia se mantiene “fiel a Jesucristo, sabrá encontrar los caminos de diálogo y anuncio para el mundo contemporáneo”. “Jesucristo es capaz de conmover los corazones”, asegura a Vida Nueva.

A partir de este órgano vital se debe comenzar la renovación de la Iglesia: “La mayor urgencia es la renovación de los corazones de cada uno de nosotros. La mayor urgencia es renovarnos en la fe. Luego viene la pastoral y el lenguaje, que sin duda deben ser continuamente repensados para expresar de modo adecuado el gran acontecimiento de Jesucristo”.

“Si la Iglesia se mantiene fiel a Jesucristo,
sabrá encontrar los caminos de
diálogo y anuncio para el mundo contemporáneo”.

Rino Fisichella.

En el Sínodo participan una veintena de españoles. Emili Turú, superior general de los Hermanos Maristas, quien estará presente en la asamblea como auditor, considera que “no sería real” esperar que el encuentro de Roma sobre la nueva evangelización vaya a lograr que Occidente vuelva a interesarse por Dios.

“Sin embargo, sí es posible que se abran espacios para la evangelización hasta ahora inexistentes. Además, a los que participamos en el Sínodo nos va a ser muy útil. Reflexionaremos sobre este tema y veremos cómo se está afrontando en distintos lugares”, sostiene este religioso catalán.

La aportación de la Vida Religiosa

El Instrumentum laboris destaca la gran aportación que la Vida Religiosa (VR) puede hacer a la nueva evangelización, particularmente en el campo “de la educación, de la sanidad, de la pastoral y, sobre todo, hacia los pobres y necesitados de ayuda espiritual y material”.

Fray José Rodríguez Carballo, ministro general de los Hermanos Menores (Franciscanos), señala que la VR ofrece, ante todo, “el testimonio de la vida, de una vida totalmente entregada a Dios y a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.

Los consagrados manifiestan una “profunda experiencia de Dios”, pero sin perder conciencia “de los desafíos que nos llegan del mundo actual, captando, desde una lectura de fe, su sentido profundo y dando una respuesta adecuada a todos ellos desde el Evangelio”, dice este religioso gallego. Esto “es lo que hicieron nuestros fundadores y es lo que estamos llamados a hacer los religiosos y religiosas hoy. Es lo que pidió el Concilio cuando habló de una lectura de los signos de los tiempos y una respuesta a ellos con el Evangelio”.

“Los consagrados manifiestan una
profunda experiencia de Dios, pero sin perder conciencia
de los desafíos que nos llegan del mundo actual,
dando una respuesta adecuada desde el Evangelio”.

Fr. José Rodríguez Carballo.

Alberto Melloni, profesor de Historia del Cristianismo en la Universidad de Módena y Reggio Emilia, considera que el mejor remedio para la situación actual de la Iglesia en Occidente vendrá cuando esta sea capaz de mostrar “toda la belleza del catolicismo”. Cita entre los elementos de esa belleza la santidad y la pobreza.

Pese a los discursos agoreros, Melloni considera que esta época no es para la Iglesia peor que otras muchas. “En el mundo de hoy se puede dar testimonio de la fe aunque esta parezca estar pasada de moda. El siglo XVI, por ejemplo, era mucho peor. Con la Revolución Francesa también era más complicado. La modernidad es un enemigo más de la fe como tantos otros y ofrece, además, una ocasión positiva”.

Los dos grandes problemas que, según él, tienen hoy los católicos europeos son la práctica de la fe y el sentimiento de pertenencia a la comunidad cristiana.

En el nº 2.818 de Vida Nueva. Sínodo: la Iglesia busca el antídoto contra la descristianización, íntegro solo para suscriptores

 

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