Escuelas Católicas aprueba la reforma educativa

ministro de Educación José Ignacio Wert

Valora el esfuerzo del Gobierno, aunque pide que se retome el diálogo

ministro de Educación José Ignacio Wert

El ministro de Educación José Ignacio Wert

F. OTERO | Escuelas Católicas acaba de hacer pública una nota en la que expone una primera valoración –positiva– ante el anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) aprobada el viernes 21 de septiembre por el Consejo de Ministros. [Escuelas Católicas aprueba la reforma educativa – Extracto]

Afirma reconocer el esfuerzo del Gobierno por la mejora de la educación, aunque considera que, “en el necesario diálogo con las organizaciones educativas, se debería ir más allá en diversas cuestiones que no han quedado recogidas en el anteproyecto”.

En concreto, se muestra partidaria de algunas de las medidas: reducción de materias, mayor peso de las asignaturas instrumentales, las distintas opciones de 4º de la ESO, la promoción de la autonomía de los centros, y la cultura del esfuerzo y la evaluación.

Sin embargo, ve deficiencias en lo que se refiere a la libertad de elección de centro a los órganos de gobierno y participación en los centros concertados, el reconocimiento del derecho al concierto previsto en el programa del Partido Popular, así como aspectos prácticos que afectan a los colegios a los que representan. Solicita que se realice un informe sobre el impacto económico de la reforma y de los recursos necesarios para su aplicación.

Para que todo esto llegue a buen puerto, Escuelas Católicas pide que se retome el diálogo interrumpido hace casi tres meses: se trata de “mejorar el anteproyecto y de alcanzar un mayor consenso que dé estabilidad al sistema educativo y mejore realmente la calidad de la educación”.

“El Gobierno debería tener en cuenta las peticiones de la enseñanza concertada, que representa a 3.500 centros, más de 150.000 trabajadores y alrededor de 1,5 millones de alumnos”.

Novedades

Las principales novedades de esta reforma son las evaluaciones que se realizarán en 3º de Primaria, para la detección precoz de dificultades en el aprendizaje; al finalizar 6º de Primaria, para la comprobación de adquisición de las competencias; y a la conclusión del 4º curso de ESO, imprescindible para obtener el Graduado en ESO.

Por otra parte, se racionaliza la oferta educativa de Bachillerato, se sustituye la Prueba de Acceso a la Universidad por una evaluación final de ámbito nacional, y se moderniza la Formación Profesional.

También se refuerza la autonomía de los centros para diseñar e implantar métodos pedagógicos propios, y se da la posibilidad a las administraciones de concertar con centros de educación diferenciada por sexos siempre que cumplan requisitos.

En el nº 2.817 de Vida Nueva.

 

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