Vernor Muñoz: “En España, la educación no es un derecho asegurado”

Vernor Muñoz, ex relator general ONU Derecho Educación

Ex relator especial de la ONU para el Derecho a la Educación

Vernor Muñoz, ex relator general ONU Derecho Educación

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA. Fotos: LUIS MEDINA | Con el fin de aportar un poco de luz en un contexto de crisis en el que se cuestionan prácticamente todos los derechos adquiridos, la ONG jesuita Entreculturas invitó recientemente a Vernor Muñoz para que participara, en Madrid, en el último Encuentro de la Red Ignaciana del Derecho a la Educación. [Extracto de la entrevista con Vernor Muñoz]

Y es que este costarricense de 51 años, quien entre 2004 y 2010 fue el relator especial de la ONU para el Derecho a la Educación, es una de las voces más autorizadas a nivel mundial.

– ¿Cómo valora la evolución de una problemática por la que, hoy en día, alrededor de 67 millones de niños y jóvenes en todo el mundo están privados del derecho a la educación?

– Lo primero a resaltar es que todavía hoy el mundo vive profundas iniquidades en torno a la aplicación del derecho a la educación. Ni siquiera hay un acuerdo sobre la cantidad de niños y adolescentes que no tienen oportunidades educativas, pues algunas organizaciones aportan otras estadísticas. Si se incluyen los adultos, aquí las cifras más conservadoras revelan que en nuestro mundo hay cerca de 700 millones de personas sin oportunidades educativas, a las que habría que sumar otras que cuentan con algún grado de escolaridad pero que viven en situación de analfabetismo funcional.

El balance general muestra profundas asimetrías y desigualdades, que se acrecientan en los países abatidos por la pobreza, principalmente en el África subsahariana y en Asia. América Latina, sin ser la región más pobre del planeta, sí es la menos equitativa. La impresión es desalentadora. El mundo debe acometer importantes esfuerzos para garantizar este derecho humano.

“Es falso pensar que la educación es solo
un problema para los países del Tercer Mundo.
Todos los países tienen cuentas pendientes
con el derecho a la educación”.

– Usted mantiene que los contextos de crisis son los más adecuados para que se produzcan mejoras en la educación. Desde esta perspectiva, la actual crisis económica, pese a las muchas dificultades, supone una gran oportunidad…

– Creo que las personas crecen ante la adversidad. La crisis debería motivarnos a buscar nuevas opciones, pues ha evidenciado que no se puede seguir apostando en la educación por un modelo desarrollista y basado en la satisfacción de las necesidades del mercado y de los empleadores, convirtiendo así a las personas en meras mercancías. Debemos poner el objetivo de la educación en la dignificación de la vida en todos sus aspectos, desde su sentido espiritual y ético. Vernor Muñoz, ex relator general ONU Derecho Educación

Motivos de preocupación

– Pese a sus problemas, hasta ahora la Educación Primaria y Secundaria parecía un derecho gratuito y asegurado en España. ¿Teme que los recortes en inversión no garanticen ese carácter universal?

– Yo creo que en España, la educación tampoco es un derecho asegurado, como reflejan las últimas cifras, que indican que cerca de un 28% de los estudiantes se ven expulsados de los sistemas educativos, que existen más de dos millones de niños que viven en la pobreza y que en los últimos dos años se ha acrecentado en 200.000 esta cifra. España vive un contexto de profunda lesión del derecho a la educación, que se agrava además con los recortes presupuestarios que vive el país. Hay un proceso abierto que posiblemente derive en la privatización de los servicios educativos en detrimento de los públicos. Hay motivos de preocupación, y así lo reflejan las múltiples manifestaciones en este sentido. Es urgente reconstruir un sistema educativo público, democrático y que garantice oportunidades para todos. Esto nos lleva a preguntarnos cuál es la propuesta de desarrollo de España.

– ¿Esas segregaciones se podrían producir en más países de los llamados desarrollados?

– Todos los países tienen cuentas pendientes con el derecho a la educación. Es falso pensar que la educación es solo un problema para los países del Tercer Mundo. Es el caso, por ejemplo, de Alemania, que tiene grandes desafíos, especialmente con su población de origen migrante. Una posición complaciente es un error. Hemos de estar vigilantes ante las demandas crecientes.

– En numerosos contextos, instituciones privadas, muchas procedentes del ámbito eclesial, compensan los déficit estatales y ofrecen educación gratuita a quienes no tienen posibilidades. ¿Cómo sería la situación sin esas acciones paralelas?

– La iniciativa privada en la educación es muy positiva y una de las garantías fundamentales que reconocen los tribunales de derechos humanos. Supone una libertad reconocida y, por tanto, los estados deben no solo garantizarla, sino promover su oferta. Esto no significa que los estados desatiendan sus obligaciones fundamentales de promover un sistema educativo público porque haya otros operadores privados. El Estado es garante del derecho a la educación y nada lo exime de ofrecer un sistema poderoso, de calidad y eficaz.

En el caso de las iniciativas eclesiales, se trata de una posibilidad ampliamente reconocida por los tratados de derecho internacional y, en el caso de España, por la Constitución. No podemos satanizar la educación privada. Esta no siempre es sinónimo de mercantilización y lucro. En el caso de las congregaciones religiosas, como la Compañía de Jesús o los salesianos en España, es evidente y notable su aporte.

“La educación es la puerta
a todos los derechos humanos. Por eso,
los estados deben apostar por ella
y evitar los recortes presupuestarios”.

– Pese a todo, en muchos países, una de las principales causas de conflicto se da entre gobiernos e instituciones privadas confesionales…

– Tiene que existir esa libertad de oferta, puesto que los padres deben tener el derecho de determinar el tipo de educación que quieren para sus hijos. Así, si quieren una educación de carácter religioso, el Estado debe garantizar que esa oferta también se brinde. Aquí entramos a discutir si la educación pública debe ser laica o no. Es un debate inacabado. Yo creo que lo mejor es que sea laica, pero entiendo que en un país con un especial y mayoritario énfasis religioso, el Estado pueda abrir la puerta para que la opción religiosa se ofrezca en el sistema educativo público, sin descuidar que los otros grupos religiosos también tengan sus oportunidades. La diversidad religiosa debe estar abierta dentro de la oferta pública y en ningún momento el credo ha de ser un obstáculo para recibir una educación de calidad.

Vernor Muñoz, ex relator general ONU Derecho EducaciónEvitar los recortes

– En muchos países musulmanes, donde los cristianos son minoría, las escuelas católicas son las más prestigiosas y acogen a alumnos de toda condición. ¿Demuestra esto que la educación es un derecho del que emanan otros, ligados a la libertad y al respeto al diferente?

– La educación es la puerta a todos los derechos humanos. Por eso, los estados deben apostar por ella y evitar los recortes presupuestarios. No podemos aceptar una regresión en los derechos adquiridos, sino que deben ampliarse. Precisamente porque la educación construye ciudadanía, permite ampliar el espectro democrático y es la base del desarrollo social.

– ¿Qué es lo que más valora de iniciativas cristianas como la de la Red Ignaciana, con quien colabora en este momento?

– Su afán por conciliar su visión pastoral con valores que forman parte propia de la enseñanza, como la apuesta por dignificar la vida humana y el exigir al Estado el cumplimiento de sus obligaciones.

En el nº 2.815 de Vida Nueva.

 

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