La nueva evangelización en España

Misión Metrópolis en Barcelona, cardenal Martínez Sistach con algunos participantes

CEE, diócesis, laicos y religiosos preparan iniciativas para responder al reto

Rino Fisichella durante unas jornadas organizadas en Vitoria

El arzobispo Rino Fisichella durante unas jornadas en Vitoria

FRAN OTERO | Quedan pocas semanas para que el Sínodo de los Obispos para la Nueva Evangelización arranque en Roma, el 7 de octubre, con el reto de dar respuesta a numerosos interrogantes que se ciernen sobre la transmisión de la fe en la actualidad. En España, en los últimos tiempos, la mayor parte de los congresos, jornadas de delegados diocesanos, encuentros de obispos, religiosos y laicos tuvieron este mismo denominador común.

Todo ello bajo las orientaciones de los Lineamenta y del Instrumentum laboris, o del magisterio de los prelados, quienes dedicaron no pocas cartas a esta cuestión.

Unas reflexiones que nos llevan a varios escenarios en los que la Iglesia deberá estar presente: cultura, migraciones, economía, política, investigación científica y tecnológica, y medios de comunicación. Por tanto, ¿qué es lo que ha hecho y hace la Iglesia en España en este sentido? ¿Qué se propone de cara al futuro?

En primer lugar, y para conocer lo que se ha trabajado y se piensa hacer, hay que acudir a la Conferencia Episcopal Española (CEE), cuyos distintos departamentos han reflexionado sobre la nueva evangelización y cuyo plan pastoral es nada menos que una hoja de ruta. Se titula La nueva evangelización desde la Palabra de Dios.“Por tu Palabra echaré las redes”, y propone las siguientes acciones pastorales prioritarias: renovar la pastoral juvenil en continuidad con la JMJ de 2011; promover la pastoral de la santidad con ocasión del quinto centenario (2015) del nacimiento de santa Teresa de Jesús; potenciar la pastoral bíblica y litúrgica junto con la recepción de la Sagrada Biblia. Versión Oficial de la Conferencia Episcopal; y cuidar a los actores de la nueva evangelización bajo la inspiración y patrocinio del nuevo doctor de la Iglesia, san Juan de Ávila.

Junto a estas, también se encuentran la publicación de un documento sobre la proclamación de la fe en Jesucristo y la contribución de la teología a la nueva evangelización ante el Año de la fe, así como la reflexión sobre la crisis económica y la promoción de la doctrina social, y la divulgación del catecismo Testigos del Señor.

Entre todas, de vital importancia para la nueva evangelización es la primera de las acciones pastorales que propone la CEE, pues es en la transmisión de la fe a los más jóvenes donde encuentra mayores dificultades. De este modo, revisará los itinerarios formativos destinados a jóvenes para que se dé “prioridad al encuentro personal con Cristo mediante la instrucción doctrinal, la participación litúrgica y sacramental, el compromiso apostólico y la vida personal y de oración”.

El Catecismo de la Iglesia Católica, el Compendio de Doctrina Social y el YouCat jugarán un papel fundamental. También se abordarán las distintas vocaciones, ya sea al sacerdocio, la Vida Religiosa o el matrimonio, así como la presencia de la Iglesia allí donde se encuentran hoy los jóvenes, que es fundamentalmente en las redes sociales.

Misión Metrópolis en Barcelona, cardenal Martínez Sistach con algunos participantes

El cardenal Sistach, con algunos de los participantes de la Misión Metrópolis en Barcelona

Trabajo en las diócesis

Pero no solo la CEE ha estado reflexionando a lo largo de este año sobre la nueva evangelización; también las diócesis han realizado un importante trabajo. De hecho, ellas son las que han llevado el peso. En este sentido, la de Barcelona ha llevado la voz cantante, pues acogió la pasada Cuaresma la que se llamó Misión Metrópolis y que, promovida por el Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, recorrió once ciudades europeas más –Bruselas, Dublín, Lisboa o París, entre otras– con el objetivo de ensayar métodos de nueva evangelización en las grandes ciudades.

Una propuesta con numerosas actividades, aunque la más relevante fue la lectura pública del Evangelio de san Marcos ante 2.000 personas en la sala principal del Palau de la Música, un acto en el que se intercalaron actividades musicales. Proclamaron el texto personalidades como la soprano Montserrat Caballé, los periodistas Arturo San Agustín y Luis del Olmo o el filósofo Francesc Torralba.

Una iniciativa cuya voluntad fue llegar fundamentalmente a los bautizados que han abandonado la práctica religiosa y, para ello, se editaron más de 20.000 ejemplares, en edición de bolsillo y con comentarios y pautas para la reflexión, del Evangelio de san Marcos para repartir gratuitamente. “Se trata de difundir a Jesucristo sin imposiciones, pero se trata de proponerlo”, dijo en su momento el cardenal arzobispo, Lluís Martínez Sistach.

No menos importantes fueron las sesiones celebradas en mayo, también en la capital catalana, del Atrio de los Gentiles, esta vez, iniciativa promovida por el Pontificio Consejo para la Cultura, cuyo tema fue Arte, belleza y trascendencia.

Un evento en el que se abordó cómo el arte y la cultura pueden ser camino para la trascendencia y en el que participaron personalidades de la talla de Lluís Duch, Rafael Argullol, Francesc Torralba, Jordi Llovet, Xavier Rubert de Ventós, Perico Pastor, Joan Guinjoan, Carme Riera, Lluís Pascual, Santiago del Cura y David Jou, amén de los cardenales Ravasi y Sistach.

Exitosa o no, con mayor relevancia o menor, lo cierto es que las propuestas que se llevaron hasta Barcelona tuvieron como punto central abordar la transmisión de la fe desde una perspectiva nueva, e intentando, sobre todo, acercarse a los que se alejaron.

varias chicas jóvenes estudiandoEn otras diócesis, como las que integran la Provincia Valentina, también vienen reflexionando en los últimos tiempos sobre la nueva evangelización, en cierta sintonía con lo que propone la CEE: pastoral juvenil, pastoral vocacional y atención especial a los sacerdotes. Tampoco han olvidado los obispos que integran esta Provincia referencias a la crisis económica.

Del mismo modo, lo han hecho los Obispos del Sur y del resto de la geografía española. En muchas de ellas, ha estado presente Rino Fisichella, el presidente del Pontificio Consejo ad hoc como rostro visible del empeño de la Iglesia en la nueva evangelización.

Vida Religiosa y laicos

Pero la reflexión y acción en torno a la nueva evangelización no solo ha partido de la jerarquía; también son numerosas las congregaciones religiosas, movimientos… que han trabajado mucho en este sentido. Un ejemplo fue la Semana Nacional de Vida Religiosa, celebrada del 10 al 14 de abril y organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITRV) de los Misioneros Claretianos, y que cumplió su edición número 41 con un lema que fue, al mismo tiempo, una declaración de intenciones: Vida evangelizadora y evangélica, ¡ay de mí si no evangelizo!

Meses antes, CONFER había organizado una jornada de reflexión bajo el título La Vida Religiosa ante la Nueva Evangelización.

También a nivel particular, cada congregación ha trabajado, directa o indirectamente, la nueva evangelización, como es el caso de la Familia Salesiana, que está recibiendo este año las reliquias de su fundador, san Juan Bosco, o la Compañía de Jesús, con actividades como Rezando Voy –muy en la línea de la nueva evangelización y las nuevas tecnologías– o el centenario de la revista Sal Terrae.

También los movimientos laicales se han ocupado de esta cuestión. Por ejemplo, el Foro de Laicos, con las más de 50 asociaciones que agrupa, ha mostrado su intención de emprender acciones de relevancia pública en el campo de la evangelización en los próximos meses, aunque aún no se conocen.

Del mismo modo, la Acción Católica ha mostrado en numerosas ocasiones su intención de promover la transmisión de la fe en lo cotidiano, de anunciar a Jesucristo, como señaló en Vida Nueva su presidente, Higinio Junquera: “En la tienda al hacer la compra, tomando un café con los amigos o en clase de matemáticas”.

En definitiva, la nueva evangelización está en boca de todos de una manera o de otra, también en la cultura y en la educación, algo que se intensificará durante y después de un Sínodo que debe iluminar el camino a las Iglesias locales. En España también.

En el nº 2.815 de Vida Nueva.

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir