Venezuela: un Gobierno rico, un pueblo pobre, una Iglesia pobre

mujer en Venezuela sentada en un banco debajo de un crucifijo

mujer en Venezuela sentada en un banco debajo de un crucifijo

Texto y fotos: JAVIER F. MARTÍN | A pesar de la raigambre católica, de las innumerables advocaciones marianas que permean el país y de la buena valoración que tiene la sociedad de obispos y religiosos, son tiempos recios para la Iglesia en el país.

Las relaciones con el Gobierno y el marco económico en el que se mueve la Iglesia desde que Hugo Chávez llegó al poder también afectan a las iniciativas pastorales, misioneras y evangelizadoras.

El Concordato con la Santa Sede dice que el Gobierno subsidiará las infraestructuras eclesiales según sus posibilidades. Esto ha permitido, durante décadas, que los gobiernos implementaran ayudas para la construcción de iglesias o seminarios. No faltan las placas de inauguración de edificios eclesiales en las que se relata la presencia del presidente de turno. Sin embargo, esto con Chávez ha cambiado.

Un alto representante de la Iglesia, que prefiere omitir nombre y cargo, reconoce que “todavía hay gente que cree que los salarios de los sacerdotes están abonados por el Estado. Económicamente es una Iglesia pobre que sufre por el sustento de sus sacerdotes”. Una realidad en la que el arzobispo de Maracaibo, Ubaldo Santana, encuentra aspectos positivos: “La Iglesia ha tenido que replantearse nuevos programas de autofinanciación desde hace diez años. Esto ha sido muy sano para la Iglesia”.

Esta travesía está provocando un cambio en la conciencia del venezolano, católico o no, ya que ahora la Iglesia tiene que buscar fuentes de financiación alternativas, consciente de que no puede apoyarse en el Gobierno para sacar adelante todos sus proyectos.

La principal dificultad radica en la imagen colectiva que se tiene de Venezuela: un país con mucho petróleo y, por tanto, con infinidad de recursos económicos.

Aquí coloca el acento de nuevo el arzobispo: “El país es un país rico. El Gobierno es un gobierno rico. El pueblo es un pueblo pobre. La Iglesia, es una Iglesia pobre”.

Una de las instituciones que apoya a los católicos venezolanos es Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha desarrollado una campaña de recaudación de fondos que va a permitir financiar diversos proyectos pastorales en numerosas diócesis del país.

En el nº 2.814 de Vida Nueva.

 

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