‘El Skylab’: meteoritos familiares

El skylab - fotograma película

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J. L. CELADA | En 1973, la NASA lanzó al espacio la primera estación estadounidense en misión no tripulada. Skylab –que así se llamaba– orbitó durante seis años alrededor de la Tierra, pero los cambios atmosféricos hicieron que perdiera velocidad y altura, hasta desintegrarse y precipitarse en aguas australianas.

Aquel verano de 1979, su aterrizaje forzoso mantuvo en vilo a millones de personas, temerosas de ser alcanzadas por la chatarra a la deriva. Una amenaza que da pie –y título– al último trabajo de Julie Delpy.

Sin embargo, El Skylab de la actriz y directora gala no solo recuerda a la nave siniestrada, sino que se erige en metáfora de otro tipo de meteoritos, los que planean sobre las reuniones familiares: indirectas, reproches, cuentas pendientes… Porque eso es lo que nos narra también esta historia con reminiscencias autobiográficas. Ambientada en la Bretaña francesa por las mismas fechas del comentado accidente espacial, la pluma y la cámara de Delpy nos devuelven a su infancia.

Son los tiempos en que se empleaban seis horas largas para ir en tren de París a Saint-Malo, y cuando una niña de poco más de diez años –protagonista de esta cinta y que bien podría ser la propia cineasta– acude con sus padres al cumpleaños de la abuela. Allí, en la casa de campo de la matriarca del clan, hijos, hermanos, primos y “añadidos” (léase cuñados) comparten un fin de semana de lo más animado.

Con la nostalgia por bandera y tonos de estampa impresionista, la realizadora parisina concibe una comedia coral abonada a los lugares comunes de entonces: los que facilita el bucólico escenario del reencuentro entre parientes (comidas al aire libre, partidillos de fútbol o petanca, partidas de cartas, tardes de playa…) y los que aquel contexto sociopolítico ha dejado para la posteridad (los ecos de conflictos como Vietnam o Argelia y las secuelas de Mayo del 68 y sus reivindicaciones feministas).El skylab - fotograma película

Así, entre chaparrón y chaparrón –meteorológicos y verbales–, asistimos a los claros amables que proporciona esa mirada infantil sobre la que recae todo el peso de la narración. Los juegos y canciones de los más pequeños, el primer amor, la primera menstruación, la primera salida nocturna… incluso su inusual preocupación por la muerte, confieren a este gran fresco familiar de época un toque ligero y emotivo que compensa la gravedad de las conversaciones adultas con sus temas tabú, tan convencionales en su argumentación como hinchadas en su metraje.

Película agradable de ver, por momentos divertida, casi siempre previsible, si algo nos brinda El Skylab de Delpy es una sabia lección para la vida: prejuicios, calumnias y otros peligrosos “invasores” del hogar no caen del cielo, como arrojados desde un mundo exterior, sino que brotan en el seno de una institución única y universal, fuente de las mayores alegrías y las peores pesadillas.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Le Skylab.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Julie Delpy.

FOTOGRAFÍA: Lubomir Bakchev.

MÚSICA: Matthieu Sibony.

PRODUCCIÓN: Michael Gentile.

INTÉRPRETES: Lou Álvarez, Julie Delpy, Eric Elmosnino, Aure Atika, Noémi Lvovsky, Bernadette Lafont, Emmanuelle Riva, Vincent Lacoste, Marc Ruchmann, Sophie Quinton, Valérie Bonneton, Albert Delpy.

En el nº 2.812 de Vida Nueva.

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