Francisco Javier Carballo: “Un proceso de unificación requiere mirada de futuro y generosidad”

Francisco Javier Carballo, pr

Prior provincial de la Orden de los Predicadores

Francisco Javier Carballo, prior provincial de la Orden de los Predicadores

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | La Orden de Predicadores está viviendo desde hace tiempo un proceso de unificación. La Provincia de España es una más de las cuatro que hay en el país, donde llegaron en 1217, un año después de la fundación, y tiene conventos en las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria, Castilla y León, Galicia, Madrid, Navarra y País Vasco, además de dos vicariatos (Perú y República Dominica), una comunidad en Malabo (Guinea Ecuatorial) y otra en Texas (Estados Unidos).

Las otras tres provincias son Aragón, la Bética y la del Rosario. Juntas suman unos 600 frailes en 50 comunidades. Del hecho habla Francisco Javier Carballo Fernández, un asturiano de 45 años que lleva de prior provincial desde 2006.

– ¿Cuál es el modelo de colaboración interprovincial e intercongregacional en España?

– Desde hace muchos años, las provincias de España y Portugal trabajamos unidas y tenemos proyectos comunes. Hay ya una organización interprovincial de la que dependen proyectos de misión intelectual y pastoral: gestión común de los centros de estudios; equipo de pastoral juvenil y vocacional; la oficina interprovincial de Internet y medios de comunicación; el centro de comunicación y predicación en Alcobendas, etc. Nuestro proceso de formación es común para las entidades ibéricas desde hace 20 años. Y, desde entonces, hay un estatuto interprovincial que regula las reuniones trimestrales de provinciales, de encargados de estudios y de comisiones pastorales, además de la reunión anual de consejos de provincia. Incluso celebramos ya los capítulos provinciales de modo simultáneo y los consejos toman decisiones comunes. Una de nuestras mayores fuerzas es la de ser una familia: la familia dominicana que integra a las monjas, los frailes, las hermanas de distintas congregaciones de dominicas y las fraternidades laicales, junto con el Movimiento Juvenil Dominicano. Por ejemplo, hemos iniciado el proyecto de la Fundación Educativa Santo Domingo, que integra colegios de dominicos y dominicas y a la ONG Acción Verapaz.

– Con tantos religiosos y comunidades no debe ser fácil el camino hacia la unificación. ¿Cómo se está llevando a cabo?

– Tenemos una hoja de ruta para un proyecto de unión de provincias en 2016, aprovechando el simbolismo del jubileo de los 800 años. Hemos ido creciendo en mayor colaboración e integración y ahora estamos reflexionando para pronunciarnos sobre este proyecto. Por nuestro estilo democrático, todos los frailes deben ser consultados y la decisión de pedir al Maestro de la Orden la unión en una única provincia debe tomarla el capítulo provincial de cada entidad en 2013. Para los dominicos, nuestra espiritualidad es nuestra democracia: es el camino del diálogo fraterno como ejercicio de la razón y como camino hacia la verdad. El ideal está en tomar decisiones argumentando, escuchando y buscando la mayor unanimidad posible. La democracia supone confiar en el otro, creer en la mayoría y en que es posible alcanzar un gran entendimiento. Supone creer en que es posible una mayor unanimidad. A la vez, este proyecto de convergencia de las entidades requiere una intuitiva capacidad de mirada al futuro y una amplia generosidad para buscar el bien común por encima de particularidades y subjetivismos.

– ¿Cuáles son sus prioridades y proyectos más inmediatos?

– Una de nuestras prioridades apostólicas es la educación de la fe en nuestras instituciones y proyectos pastorales. Queremos fortalecer nuestros centros de estudio y las actividades vinculadas a ellos que buscan el diálogo con lo cultural secular y secularizado. También la creación de espacios de formación teológica, desde las escuelas de teología en comunidades y parroquias, hasta una amplia oferta formativa online. También buscamos potenciar nuestra presencia en la enseñanza media.

Otra prioridad es renovar formas, medios y estilos de predicación, tratando de formarnos para ello y favoreciendo proyectos compartidos con la Familia Dominicana. También es una prioridad nuestro apoyo y vinculación con nuestras misiones en Latinoamérica y África, y el servicio a los excluidos de nuestra sociedad, por ejemplo, en el Albergue San Martín de Porres, de Madrid. Hemos reducido nuestra presencia en parroquias, pero sigue siendo clave el impulso y sostenimiento de comunidades laicales y su formación espiritual y teológica.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.811 de Vida Nueva.

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