El futuro de Europa pasa por la solidaridad intergeneracional

encuentro Bruselas políticos UE y líderes religiones europeas

Octavo encuentro entre representantes religiosos e instituciones de la UE en Bruselas

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J. L. CELADA | En conformidad con el Tratado de Lisboa, la Comisión Europea mantiene un diálogo abierto y regular con las Iglesias y comunidades religiosas que se concreta cada año en una reunión con sus representantes. La última tuvo lugar el día 12 en Bruselas, bajo la presidencia de Herman Van Rompuy, presidente del Consejo Europeo, y László Surján, vicepresidente del Parlamento Europeo, y giró en torno a la Solidaridad intergeneracional: hacia un marco para la sociedad del futuro en Europa.

En el contexto de este 2012, Año Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad Intergeneracional, los participantes reiteraron que “el diálogo y la solidaridad entre los ancianos y los jóvenes es el fundamento del desarrollo humano de nuestras sociedades”, como ya había recordado la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE) en su Asamblea Plenaria de primavera.

Para afrontar la crisis demográfica de Europa, el arzobispo de Malinas-Bruselas, André-Joseph Léonard, abogó por fomentar políticas de apoyo a la familia, en materia fiscal y con medidas que preserven el equilibrio entre vida familiar y laboral.

El obispo de de Piacenza-Bobbio (Italia) y vicepresidente de la COMECE, Gianni Ambrosio, por su parte, subrayó la necesidad de que Europa proteja el domingo como día de descanso semanal, “especialmente para la familia, la vida espiritual de sus miembros y las relaciones personales”.

En su intervención, el delegado español en la COMECE y obispo de Almería, Adolfo González Montes, al referirse a la grave situación del empleo en su país, denunció “las prácticas políticas irresponsables y poco éticas que llevaron a España a sacrificar la generación más joven”, e instó a la Unión Europea a promover políticas sólidas y eficaces en la lucha contra el paro juvenil.

Desintegración familiar

Finalmente, el obispo de Oradea Mare (Rumanía) y vicepresidente de la COMECE, Virgilio Bercea, se mostró preocupado por “la desintegración de muchas familias” de compatriotas y de otros países de Europa del Este que deben trabajar en el Occidente europeo para ayudar a sus hogares, mientras “los niños crecen sin padre, madre o ambos, con el consiguiente problema a largo plazo para la sociedad europea”.

La transparencia en el gasto público, las garantías de un poder judicial independiente, la erradicación de la corrupción y la protección de los derechos humanos y la libertad religiosa fueron otras de las demandas de los representantes religiosos a los políticos europeos.

En el nº 2.810 de Vida Nueva.

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