Mario C. Mula Spanu: “Los misioneros regalamos optimismo a la Iglesia”

cartel 50 años misioneros javerianos en España

Superior delegado de los Misioneros Javerianos en España

Mario C. Mula Spanu, superior delegado de los misioneros javerianos en España

MAITE LÓPEZ MARTÍNEZ | Los Misioneros Javerianos están celebrando sus 50 años de presencia en España, donde, actualmente, tienen dos comunidades: Madrid-Carabanchel, con seis javerianos, y Murcia, con cuatro. [Extracto de la entrevista con Mario C. Mula Spanu]

A pesar de esta escasez vocacional, desarrollan una intensa actividad pastoral ofreciendo un servicio a nuestra Iglesia desde el carisma propio de su congregación: anunciar la Buena Noticia a los no-cristianos.

Una de sus presencias más significativas es el trabajo conjunto con otras congregaciones misioneras en el SCAM (Servicio Conjunto de Animación Misionera). Hemos hablado Mario C. Mula Spanu, superior delegado, sobre su presencia en nuestro país y el jubileo que están celebrando.

– Son una congregación misionera. ¿Qué cometido cumple su presencia en España? ¿Tienen un objetivo vocacional?

– Nuestro cometido en España es la animación de la Iglesia para que siga siendo misionera hasta los confines del mundo. Esta labor requiere nuestra presencia en medio de las comunidades cristianas y también incluye la tarea de ayudar a personas que sientan la llamada a la misión, a que se formen y lleguen a actuar en contextos de no-cristianismo; llamada a la misión que se puede ejercer de varios modos y tiempos, pero ojalá también como opción permanente de vida. Tenemos, además, otra tarea: el haber vivido directamente y en carne propia las tragedias del hambre, enfermedades, guerras, falta de medios, explotación descarada, etc., en las que están sumidas millones de personas, nos obliga a denunciar, dar a conocer, clamar a que se cambien los mecanismos que están ‘triturando’ a las personas.cartel 50 años misioneros javerianos en España

– ¿Qué ha significado la canonización de su fundador el pasado octubre?

– Para nosotros significa que la Iglesia reconoce la santidad de nuestro fundador, san Guido Mª Conforti, y confirma que su carisma ha sido inspirado por el Espíritu y es un regalo grande para toda la Iglesia. Él fue un obispo diocesano, en la Italia de comienzos del siglo XX, con muchos problemas de descristianización, escasez de clero o anticlericalismo agresivo, capaz de fundar una congregación para la evangelización de los no cristianos. Lo decimos con humildad, pero la suya ha sido una intuición que después ha confirmado el Concilio Vaticano II: “Los Obispos (…) sientan, sobre todo, interés por las regiones del mundo en que todavía no se ha anunciado la palabra de Dios…” (CD, 6). Su canonización nos confirma en nuestro carisma misionero; él sigue inspirando a sus hijos e intercede por ellos para que la tarea urgente de la evangelización de los no cristianos siga adelante.

– ¿Cuál sería el balance de estos 50 años?

– El haber alcanzado la etapa de las ‘bodas de oro’ lo consideramos un regalo grande de parte del Señor, pero, como con todos sus regalos, conlleva compromiso. Hemos mirado hacia el pasado con mucho agradecimiento a Dios por su fuerza y su presencia, con simpatía y alegría por los hermanos españoles que Dios ha querido llamar a este carisma javeriano y por las muchísimas personas que, con nosotros, han participado de esta hermosa tarea de la misión ad gentes. Pero la mirada va obligatoriamente hacia el futuro: la urgencia sigue, los números nos desbordan, las necesidades siguen ahí o incluso crecen… Pero confiamos y somos optimistas. Esto del optimismo es tal vez lo ‘específico’ que los misioneros, hoy en día, ¡regalamos a la Iglesia española!

– ¿Cómo ve el futuro de la congregación en España?

– Aquí, en medio de pesimismos, crispaciones, dificultades, desconocimiento por parte de la sociedad de lo que se está haciendo (situaciones que los misioneros hemos experimentado siempre), queremos ser testigos de un optimismo que nace del Evangelio: el Espíritu sigue actuando y haciendo maravillas, a pesar de todo; estamos convencidos de que hay muchas personas que siguen creyendo en Jesucristo y que están trabajando por el Reino, que siguen a Jesucristo con mucho amor, entusiasmo y sacrificio; que la Iglesia es católica y no se puede encerrar en espacios restringidos y egoístas; que estamos abiertos con cordialidad a todo lo bueno, lo bello y lo verdadero de cada hermano que viene a vivir entre nosotros.

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.807 de Vida Nueva.

Compartir