Vatileaks: un escándalo “tutto” italiano

papa Benedicto XVI observado a través de un balcón

Vaticanistas achacan los problemas a la “italianización” de la Curia y del Colegio cardenalicio

papa Benedicto XVI observado a través de un balcón

DARÍO MENOR. ROMA | Además del contenido de un centenar de documentos confidenciales, el escándalo de Vatileaks ofrece la posibilidad de llegar a unas cuantas conclusiones sobre la situación del gobierno de la Iglesia católica. La primera es que la estructura de la Santa Sede es mucho más débil de lo que podía imaginarse.

La segunda conclusión es que esta debilidad es, en parte, consecuencia de la falta de internacionalidad de la Curia y de quien trabaja en el Vaticano, donde no encuentra representación la universalidad del catolicismo. Es más bien al contrario, pues los italianos son la inmensa mayoría.

Son precisamente de esta nacionalidad los protagonistas de Vatileaks, un escándalo que vuelve a demostrar la compleja y estrechísima relación que mantienen los dos poderes que se levantan a ambos lados del río Tíber.

“La mitad de los trabajadores de la Curia
son italianos, lo que aumenta la debilidad
de la institución, pues sus relaciones están marcadas
por redes familiares, conexiones personales y compromisos”.

Frédéric Mounier.

“Aproximadamente la mitad de de las personas que trabajan en la Curia son italianas, lo que aumenta la debilidad de la institución, pues sus relaciones están marcadas por redes familiares, conexiones personales y compromisos entre diversos grupos. Sus pocos efectivos y la composición de estos hace que el Vaticano no alcance los niveles europeos de gestión como se esperarían en una institución de esta importancia”, lamenta Frédéric Mounier, corresponsal en el Vaticano del diario católico francés La Croix.

El poder de los prelados transalpinos ha aumentado durante el pontificado de Benedicto XVI tanto en la Curia, donde controlan la mayoría de los vértices de gestión y de organización económica, como en el Colegio cardenalicio. Alrededor de un 25% de los miembros de este organismo ha nacido en Italia.

Las peleas entre las diversas corrientes de este colectivo han sido las que habrían acabado provocando las filtraciones de Vatileaks, según comentan los diarios de Roma.

“Cuando se analizan los documentos que han aparecido, se ve que en la mayoría de ellos los italianos son los protagonistas. Casi todos los textos tienen que ver con las relaciones entre Italia y la Santa Sede. Hay un choque de fuerzas con la vista puesta en el próximo cónclave. Está en juego el siguiente pontificado”, sostiene Ignazio Ingrao, experto en información religiosa del semanario Panorama.

“Casi todos los textos filtrados tienen que ver
con las relaciones entre Italia y la Santa Sede.
Está en juego el siguiente pontificado”.

Ignazio Ingrao.

Juan de Lara, vaticanista de la Agencia Efe, se muestra más cauto: “Es difícil saber lo que ocurre realmente dentro de la Santa Sede. Las filtraciones han sido casi todas de documentos de interés para los italianos, lo que refleja que la Curia está en su mayoría formada por personas de este país. Al final, da la impresión de que el Vaticano es casi una parte de Italia. O viceversa”.

Valentina Alazraki, corresponsal en Roma de la televisión mexicana Televisa que cubrió la totalidad del pontificado de Juan Pablo II, recuerda que con el Papa polaco había una mayor representación de la universalidad de la Iglesia en el Vaticano.

“Ahora, sin embargo, se vuela bajo. Parece que hay un ajuste de cuentas entre distintos sectores mientras que el gobierno de la Iglesia está muy descuidado. Antes, el Vaticano tenía un peso geopolítico que hoy no tiene. Cuando Juan Pablo II hablaba, provocaba una gran reacción en la opinión pública de todo el mundo. Con Benedicto XVI no pasa eso. Da la sensación de que el Vaticano está demasiado ocupado con cuestiones de poder italianas”, dice Alazraki.

En el nº 2.806 de Vida Nueva. Vatileaks: un escándalo “tutto” italiano

 

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